Opinión Internacional

Cuba en la encrucijada

Ya pasaron dos semanas del anuncio de la enfermedad de Fidel Castro y las noticias que nos llegan de la Isla siguen siendo tan claras… como el lodo. Y no esperemos mucho mas, la desinformación es característica de los procesos de transición en regímenes autoritarios donde el culto a la personalidad es la base del poder. Cuando muere “el líder”, sin las instituciones, ni los precedentes de una transición con reglas claras, se genera una suerte de limbo donde los sistemas de seguridad del estado tienen un rol fundamental: amedrentar. El miedo paralizante sirve como inhibidor de cualquier intento de aprovechar ese limbo para cambiar el régimen. Quizás esto sea lo que explique también el silencio de Raul Castro, heredero del poder por decisión de su hermano Fidel, pero sin el carisma ni el liderazgo de éste último. Raul y el resto del gobierno necesitan tiempo para evaluar las alternativas. Sin Fidel, vienen cambios. Desaparecido el líder cambiaran las relaciones de Cuba con Venezuela y Estados Unidos. Pero ¿en cual dirección? El reto fundamental para los sucesores de Fidel es el tener la respuesta correcta a esa pregunta.

Nueve presidentes han desfilado por La Casa Blanca y Miraflores desde que Castro llegó al poder en 1959. Siete de cada diez cubanos han nacido bajo el régimen comunista y no han conocido otro sistema. Sin embargo, luego del desmembramiento de la Unión Soviética, la Revolución cubana recibió un duro golpe del cual no se ha recuperado. La crisis ideológica provocada por los forzados cambios en los códigos éticos del socialismo al abrazar reformas capitalistas para sobrevivir, dio a luz un frágil equilibrio político sólo mantenido hasta hoy por el indiscutible liderazgo de Fidel. Sin el subsidio soviético, la revolución Cubana se desfiguró y se convirtió en un fracasado híbrido con lo peor del socialismo y del capitalismo. Sólo quedó Fidel como el símbolo desafiante de un pasado nostálgico. Su muerte, traerá también el entierro definitivo de la ilusión que provocara la revolución de 1959.

Es verdad que Venezuela ha sustituido en gran parte el apoyo que otrora le diera la URSS, pero los dos mil millones de petrodólares al año con los que Chávez subsidia la economía cubana, servirán quizás para tapar el déficit de balanza de pagos, pero no el otro, mas grande aún: el de ilusiones no cumplidas. Las expectativas de cambio ante la ausencia de Fidel, no se alimentan con petrodólares venezolanos; éstas exigen reformas sustanciales en los derechos de propiedad y en las libertades individuales. Y es que Cuba esta hoy llena de contradicciones y de desigualdades que van a requerir atención inmediata. Existen unos privilegiados que pertenecen a la economía en dólares y unos marginados que transan en pesos. Los que tienen familiares en Miami viven mejor que aquellas familias que nunca emigraron por lealtad a la revolución. Los inversionistas extranjeros hacen negocios, compran condominios de gran lujo y automóviles último modelo, mientras los cubanos viven condenados al comunismo sin derechos de propiedad sobre absolutamente nada, ni siquiera sobre el techo bajo el cual viven.

Raul Castro, quien podría ser el Deng Xiaoping de Cuba, es un militar, empresario, pragmático y entiende los peligros potenciales de no darle respuesta a las aspiraciones de libertades de la mayoría de los Cubanos. Con esto en mente, debe estar evaluando sus relaciones futuras con Venezuela y Estados Unidos.

Por otro lado desde Venzuela, sin Fidel, Cuba se vuelve menos atractiva para Chávez. Luego de heredar el manto revolucionario del líder cubano, los petrodólares sólo le servirán para seguir comprando médicos, deportistas y especialistas en inteligencia. Pero todos estos programas, dirigidos directamente por Fidel han estado fundamentados en la confianza y afecto entre ambos líderes. Raúl Castro quien no tiene con Chávez ni la relación de confianza, ni de afecto de su hermano, tampoco le atrae la idea de aparecer ante el escenario internacional junto a Chávez como otro Evo Morales. Aunque esto es lo que quiere Chavez, eso a Raul no se lo perdonarian nunca.

Por todo esto pienso que la desaparición de Fidel pone en peligro la inversión chavista en Cuba. Mientras a la isla se le abre la opción de normalizar sus relaciones con Estados Unidos, de desmantelar el embargo y desarrollar una transición pacifica, Chávez va exactamente en la dirección contraria. Esta encrucijada requiere de una estrategia muy bien pensada. Chávez tratará de boicotear cualquier acercamiento de Cuba con USA. Por ahora Bush ha dicho que hay que dejar que los Cubanos de Cuba que resuelvan ellos mismos sus problemas…buena señal.

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