Derecho a los pueblos a suicidarse
El derecho al suicidio (o “autosuicidio” como decía un ex – Presdidente de la IV República) origina profundas discusiones filosóficas con aspectos morales, religiosos y éticos aun no dirimidos. Sin embargo, cuando se trata de política, es claro que los pueblos, en uso del inalienable derecho a la autodeterminación son muy dueños de tomar decisiones que les resulten altamente detrimentales y les causen serios perjuicios, mas aun cuando el proceso para llegar a tales decisiones ha transitado la senda democrática expresada por la voluntad de las mayorías. Eso sí: quien tome esas decisiones en uso de tal legítimo derecho tendrá que asumir la responsabilidad respectiva. Es lo que conocemos como “hay que calársela”.
En nuestro país por ejemplo algunos de los Estados más pobres persisten una y otra vez en ser chavistas re-eligiendo no solo al caporal nacional sino también a gobernadores y alcaldes que una y otra vez los han dejado en el abandono. Vargas es un ejemplo que viene al caso. Postergados y engañados cuando pudieron reconstruirse como un nuevo Cancún después del deslave de 1999, se conformaron con seguir con su Catia la Mar. Ahora deben afrontar las consecuencias y no sería extraño que el 23 de noviembre le den el voto a García Carneiro. También sería su derecho como lo es igualmente el de “ir a llorar al Valle”. Nosotros les facilitaremos pañuelo para secar sus autodeterminadas lágrimas!
Lo mismo es aplicable para nuestro querido Trujillo donde la pobreza es extrema, las fuentes de trabajo casi no existen , la salud pública está por el suelo y la gente aun quiere más de lo mismo. Están en su derecho…y en su responsabilidad.
Pero como lo nuestro es lo internacional el tema lo centraremos en Bolivia donde una determinante mayoría del 60% acaba de ratificar a Evo Morales frente a una minoría de 40% que hubiera preferido verlo salir del cargo. Según las reglas del juego democrático no hay objeción que hacer. No la hacemos.
El detalle está en que los del 60% ganador son los que tienen las necesidades y los del 40% que perdió son los que tienen los recursos económicos, educativos y la experticia gerencial además de las fuentes de empleo. Si el 60% comandado por el gobierno en alianza con el “fundamentalismo aimara” se decanta por “profundizar”, ayudado por el Mecenas de Barinas, no demorarán en que tal “profundización” se la del abismo a la que quedará sometido aquel pueblo. Eso sí… nadie discute su derecho a decidirlo así. La única objeción –si acaso- es la de que los medios requeridos para el suicidio sean por cuenta del tesoro venezolano cuya misión primordial es la de atender las necesidades de nuestros ciudadanos.
Deseamos que la decisión de los bolivianos resulte en su felicidad, justicia social, equidad y concordia. Lo merecen luego de haber sido víctimas centenarias de la explotación por una oligarquía sin corazón. Ojala la terca historia no se encargue de demostrarles –como ya pasó una y mil veces- que se equivocaron. Ojala que cuando Cuba ya viene de regreso ellos no sigan por el camino de ida. Y si lo hacen, ojala que no sea por cuenta de nosotros!
