Opinión Internacional

Diálogo Social y Neocorporativismo en América Latina

La base del diálogo social parte de la equidad, en cuanto a la participación de los actores fundamentales en los procesos componentes de los sistemas de relaciones de trabajo. Este desarrollo tiene un punto de partida favorable en el Tripartismo impulsado por la OIT en todos los países, donde participen Gobiernos, Empresarios y Trabajadores; determinando para su funcionamiento ideal un equilibrio consensuado entre las partes interactuantes.

Debido a que es un proceso cambiante, el valor referencial de cada uno de los actores se reconoce en las acciones, propuestas, organización, peso específico en la economía y participación efectiva en los sistemas normativos y en las áreas componentes de los sistemas de relaciones de trabajo. Debiendo establecerse una relación equilibrada, basada en el reconocimiento de cada actor ante el resto de actores.

Cuando se visualizan tendencias de marcado corte neocorporativista en un sistema politico, es producto de una intervención sobreestimada del actor Gobierno sobre el resto de actores ya citados. El cual se orienta en la integración de todas las instituciones privadas al Estado, pasando éste a subsumir finalmente a la sociedad entera. Esta visión de Estado entra en contradicción con el diálogo social, la libertad económica y la libertad sindical, a contratación colectiva, el derecho a huelga. En fin produce un estallido en el sistema de relaciones de trabajo.

Aun cuando estos sistemas políticos estarían asociados a regimenes totalitarios de diferente corte ideològico. Observamos que en los últimos años en América Latina, incluso en sistemas democràticos observamos el resurgimiento de tendencias neocorporativistas en diferentes paìses. A tal fin analizaremos el caso de Venezuela y el de México. Cada país con su particularidad respectiva merece un estudio especìfico.

En América Latina el estudio de este tema no es una novedad. En la historia del Siglo XX se presentaron diversas experiencias, el Peronismo en Argentina, el Varguismo en Brasil; Fujimori en Perú la integración de sindicatos al Estado marcó la orientación laboral de estos gobiernos. Por otra parte hubo otras experiencias de neocorporativismo consensuado, surgido de pactos hegemónicos como el caso del PRI Mexicano o el caso de AD en Venezuela, con la participación de todos los actores involucrados.

En el contexto actual que analizamos ha habido importantes avances en la democracia, a diferencia de las experiencias citadas anteriormente. Las polìticas de la OIT, de gobiernos, de empresarios, de organizaciones sindicales a nivel continental comprometidas en el impulso de la democracia y el diálogo social ha acercado a cierto nivel de equilibrio en los sistemas de relaciones de trabajo del continente americano.

Por ello al observarse el surgimiento o fortalecimiento de orientaciones o sesgos corporativos como políticas de Estado, es fundamental su análisis a fin de profundizar las variantes que ofrecen el desarrollo de los sistemas de relaciones de trabajo en América Latina

Froilan Barrios Nieves´
Secretario Ejecutivo CTV

Email: [email protected]

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