Opinión Internacional

Dos editoriales sobre las relaciones Colombia-EUA

La discusión sobre las relaciones entre Colombia y los Estados Unidos ha tomado relevancia internacional, por la reciente visita del presidente Uribe a Washington, justo antes de que el Congreso norteamericano entre a discutir la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre estos dos países. Para analizar que está pasando nos valdremos de dos valiosísimos editoriales al respecto, uno del exterior ( Washington Post-EUA) y otro interno ( El Tiempo). Para mi satisfacción ambos coinciden con mi opinión expresada en mi anterior artículo “Hay que defender la democracia colombiana”, Venezuela Analítica, 2-05-2007).

Comencemos con el editorial del Washington Post “ Assault on an ally” ( 6 de Mayo 2007), nadie puede decir que este diario es pro-Bush o amigo de los Conservadores o de la derecha, todo lo contrario, es el máximo exponente de la prensa pro-demócrata gringa, y sin embargo en este editorial se restea con Uribe, y critica la posición de los Demócratas en el Congreso de EUA.

Perdóneme las largas citas de este editorial, pero es que es quizás lo mejor que he leído en los últimos años en la prensa norteamericana con respecto a América Latina; comienza diciendo una gran verdad: “ (Uribe) puede ser el líder democrático más popular del mundo con una aprobación del 80%….Ha rescatado su país del status de casi un Estado-derrotado, duplicando los efectivos de su ejército y extendiendo el control del gobierno a grandes áreas que por décadas fueron dominadas por guerrillas y narcotraficantes” .O sea, que el Washington Post reconoce sin titubeos el gran éxito de la Política de Seguridad Democrática de Uribe, incluso, aporta datos cuantitativos que prueban esta realidad: “ La tasa de asesinatos ha disminuido a la mitad y los secuestros en un 75%”, por supuesto “ que con condiciones más seguras para la inversión, la economía de libre mercado está floreciendo”.

No pasa por alto este editorial la significativa importancia del gobierno de Uribe en términos geopolíticos: “En una región donde los demagogos populistas están en la ofensiva, Uribe se destaca como un defensor de la democracia liberal. Sin dejar de mencionar que es un firme aliado de los Estados Unidos”. Ni siquiera por eso, le fue bien a Uribe con los congresistas gringos: “ Uribe fue públicamente regañado por la líder de la mayoría Demócrata en la Cámara de Diputados Nancy Pelosi, cuya declaración no menciona la amistad que ella le ofreció al dictador Sirio Bashar-al-Assad. Human Rights Watch, que se unió a la campaña Demócrata contra Uribe declara que Colombia presenta actualmente la peor crisis de Derechos Humanos en el hemisferio occidental- sin hacer mención de Venezuela, Cuba o Haití. El ex Vice-Presidente Al Gore, quien ha sido abogado de negociaciones directas con el régimen de Kim Jong II y Mahmoud Ahmadinejad, canceló recientemente una conferencia con Uribe”

“¿Qué puede explicar esta reacción? Los Demócratas proclaman estar preocupados- mucho más que los Colombianos, aparentemente- con las revelaciones de la influencia profunda de los paramilitares en el Ejército y el Congreso” Esto es cierto, sin duda, pero lo más significativo, es como analiza un diario pro-Demócrata de Washington esta situación de la influencia de los paras en la política colombiana: “ Esto , en realidad es bien conocido desde hace años; lo que es nuevo es que las investigaciones por la Corte Suprema de Colombia y por la Procuraduría General de ese país han resultado en la sentencia y encarcelamiento de políticos y oficiales de seguridad… La iniciativa (de Uribe) de desmovilizar 30.000 paramilitares el año pasado ha abierto la vía para las actuales investigaciones, las cuales él y su gobierno han apoyado y financiado”

Yo creo que es muy difícil encontrar una mejor y objetiva defensa del gobierno de Uribe que este editorial, y lo más significativo es que proviene del Washington Post el diario que tumbó a Nixon, el más a la izquierda de los grandes periódicos serios de Estados Unidos, de quien nadie en el mundo puedo decir que tiene un sesgo pro regímenes autoritarios en alguna parte del mundo, muy al contrario por ejemplo del editor del Monde Diplomatique un viejo “compagnon de route” de tiranos latinoamericanos, verbigracia Fidel y Chávez.

Lo más notorio del editorial en cuestión es que revela la verdadera causa de la ofensiva Demócrata anti-Uribe: “los proteccionistas de línea dura se han agarrado de la supuesta crisis de derechos humanos como un pretexto para ponerle bola negra a Colombia”

La conclusión del editorial no puede ser más dramática para el futuro de la democracia y el desarrollo económico de América Latina, que muy lejos de la parlachinería de Chávez y sus chulos dentro y fuera del continente, está asociada a la posición al respecto del gobierno norteamericano: “ Si los demócratas ganan en herir a Uribe o frustrar los intentos de consolidar una democracia que basa su pensamiento económico en el libre comercio, los Estados Unidos tendrán que vivir sin ningún aliado latinoamericano”.

Está pues el establishment gringo muy bien advertido de la catástrofe que significaría la no aprobación del TLC con Colombia, lamentablemente como leí recientemente no recuerdo donde la mitad de los diputados demócratas no serían capaces de siquiera ubicar a Colombia en el mapa, con un liderazgo así ese país está destinado a basar su poderío únicamente en las armas, pues no tiene la capacidad de basar su preponderancia mundial en la economía o la diplomacia, ese el triste futuro que le espera a América Latina, si los proteccionistas se imponen en el Congreso de los EUA, respecto al TLC con Colombia.

Consideremos ahora el frente interno, me refiero al editorial de El Tiempo, ”El ingrato Tio Sam” del 6 de Mayo del 2007. A pesar de los conocidos nexos de ese periódico con los Santos, tampoco se puede dudar de la calidad y objetividad de su línea editorial. En líneas generales ambos diarios coinciden, aunque paradójicamente es mucho más vehemente la defensa del diario de Washington que la del de Bogotá. El Tiempo puntualiza que “ desde que el Partido Demócrata asumió en enero el control del Congreso, el ambiente hacia Colombia en Washington comenzó a deteriorarse”, indica que es bastante complicada la situación pues “ por primera vez, la presidenta del Congreso(sic), Nancy Pelosi, y el líder de los demócratas en el Senado, Harry Reid, sentaron posiciones sobre temas como el paramilitarismo, la justicia y los derechos humanos, lo que hace más difícil que den marcha atrás”.

Defiende El Tiempo la acción desarrollada por Uribe en Washington pues “ su viaje sirvió para neutralizar, en parte, el cabildeo que hicieron en Washington sus opositores. Fiel a su talante, les dio la cara a todos sus críticos gringos, expresó cifras y argumentos”.

Por su puesto El Tiempo no podía dejar de lado el aspecto geopolítico, aunque me parece más encarnada la posición del Washington Post, dice El Tiempo: “ No sorprende que muchos colombianos se pregunten si así es como le paga Tio Sam a quien bien le sirve… Hoy están en vilo temas neurálgicos para el país, como la continuidad del Plan Colombia y la aprobación del TLC… No es difícil imaginar el perverso deleite que a Hugo Chávez y compañía debe producirle esta paradoja”. Está bien esta óptica del Tiempo, respecto a la ingratitud del Tio Sam con Colombia, pero el problema no es que así le pague a Colombia que bien le ha servido ( pues también le sirvieron en un tiempo Hussein y Bin Laden), sino que así le pague- con ingratitud- a un líder de la democracia y del libre mercado, fundamental en la defensa de esos dos pilares del orden internacional actual- basado en la libertad, en América Latina, como sin ambages lo dice el Washington Post. Finalmente el Editorial de El Tiempo indica algo muy importante y que coincide con la conclusión del editorial del Washington Post: “ Varios sectores en Estados Unidos. Incluyendo a no pocos demócratas, han alertado sobre el riesgo de aislar o discriminar a un aliado regional tan estratégico como Colombia, o incluso, como lo advirtió The Wall Stret Journal, de terminar empujándolo en brazos de Chávez”. Esto último jamás sucederá, pues a pesar del habilidoso juego pragmático que ha tenido Uribe con Chávez, aquel al contrario de éste, es un hombre de principios, luego no caerá en brazos del Hitler tropical, pero si indudablemente por pragmatismo y por necesidad de supervivencia tendrá que acomodarse a una línea pasiva frente al expansionismo comunista en América Latina, lo cual como lo señalé en el artículo citado al comienzo, significaría el derrumbe de la democracia en Colombia, pues sola no podrá enfrentar la avalancha ofensiva de la revolución comunista liderada por Chávez en este continente.

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