Opinión Internacional

El Golfo Pérsico de América

“La defensa de los recursos naturales de América Latina está en juego… quienes tienen un sillón permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pueden violar una y mil veces, sistemáticamente las disposiciones de Naciones Unidas, mientras que el resto de los países se ve obligado a cumplirlas, bajo pena de ser declarado un país enemigo o tal vez con calificaciones más duras; bajo pena de ser invadido militarmente o intervenido políticamente sus gobiernos». Presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el marco de la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe

Casi treinta años después de la derrota de la junta militar argentina, ante la insistencia del gobierno de Gordon Brown por las Malvinas y la férrea defensa por parte de la administración Kirchner, se ha vuelto a poner sobre la mesa un tema de 177 años de antigüedad cuando los británicos tomaron por la fuerza de la isla, desde entonces el derecho internacional ha permanecido mudo.

La guerra de 1982 poco parece haber cambiado en este tema, Londres no da respuesta alguna a las exigencias del gobierno argentino, la desconfianza, la falta de acuerdos y las posturas polarizadas subsisten, y lo más importante los habitantes de la isla siguen tan alejados y ajenos de una relación con el país sudamericano como entonces.

Cada foro internacional es aprovechado por  Cristina Fernández de Kirchner para pronunciarse contra los “abusos” cometidos por Gran Bretaña, ¿por qué razón vuelve a cubrir esta discusión los principales diarios internacionales? Y más importante aún ¿cuál es interés de fondo por las islas Malvinas? La clave radica en la empresa estadounidense Diamond Offshore la cual está próxima a arribar al territorio en disputa. En los próximos días Gran Bretaña a través de esta empresa iniciará la explotación del petróleo que hay en el subsuelo de la zona, se estiman alrededor de más de 60 mil millones de barriles de petróleo, lo pondría en la categoría de los mayores campos petrolíferos de Arabia Saudí.

Desde el gobierno de Menem se ha desalentado la inversión en la zona, sin embargo fue hasta el gobierno de Néstor Kirchner en 2004 cuando Argentina paralizó los vuelos hacia la isla. Hace unos días, su esposa Cristina Fernández de Kirchner ha firmado un decreto con el cual se limita el paso y anclaje de cualquier navío con destino a Malvinas.

La estrategia del gobierno argentino ha sido duramente criticada, se le ha calificado como desatinada, y este martes en Cancún, la primera mandataria argentina ha invitado a todos los países de Centroamérica, Sudamérica y el Caribe a defender los recursos de América Latina, “ya que está en juego la defensa de los recursos naturales de cada país, frente a naciones con poder que imponen sus decisiones como Gran Bretaña, violando sistemáticamente el derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas”, afirmo Kirchner.  

Por su parte Hugo Chávez se dirigió a la Reina Isabel, advirtiendo que la situación ha cambiado, “muchas cosas han cambiado y Argentina esta vez no irá sola a la guerra contra Gran Bretaña”, afirmó el mandatario de Venezuela. Tal vez no sea coincidencia para Kirchner y Chávez que para esta Cumbre hayan decidido dejar fuera a Canadá y a Estados Unidos, parece que le mensaje de una sola América Latina ha permeado con gran fuerza por lo que ya preparan una declaración de apoyo firmada por todos los países del continente desde México hasta la propia Patagonia.

La petropolítica ha vuelto a traer un tema que parecía resuelto, sin embargo aunque pocas situaciones han cambiado en el caso de las Malvinas, la reconfiguración de los sistemas políticos y las alianzas en el continente han cambiado radicalmente. Los intereses empresariales y contratos millonarios firmados hace tiempo por los británicos están bajo la lupa, Kirchner parece segura que esta vez no le será tan fácil. Sin embargo los diversos discursos y llamados del gobierno argentino no han encontrado eco en ningún miembro del gobierno de Brown.

Las tensiones bilaterales parecen estar llegando a su límite, las compañías petroleras y de gas natural se apoyan en británicos y estadounidenses para eludir los reclamos y demandas argentinas.

Habrá que esperar si de esta Cumbre en Cancún, cuyo nombre sigue pendiente, se materializa una postura de los mandatarios latinoamericanos que pueda hacer frente a estos grandes corporativos y frenar la ofensiva de la Gran Bretaña, esperemos no vivimos otro episodio tan lamentable como el de 1982 que dejó un saldo de 649 argentinos y 255 militares británicos.

Ante la falta de resultados del derecho internacional, ante el diálogo roto y grandes intereses de por medio, parece ser que volveremos a vivir un capítulo más de esta tensa relación, un golfo pérsico americano, pero esta vez habrá que considerar las nuevas variables que se han sumado al conflicto.

 

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