Opinión Internacional

El nuevo Uruguay “peronista”

(%=Image(3078168,»L»)%)
Montevideo (AIPE)- En 1943, Argentina vivió uno de sus frecuentes “golpes de Estado”. Esta vez los que rompían el orden institucional era un grupo de militares admiradores del “Eje” fascista. El mundo estaba en medio de la Segunda Guerra Mundial y Argentina -muy beneficiada por el conflicto que estaba tiñendo de sangre al continente europeo- nadaba en la abundancia. Las arcas fiscales desbordaban de divisas.

En el grupo de los “golpistas” estaba Juan Domingo Perón, aunque en ese momento no era la figura principal. El “trofeo” que él hábilmente eligió del botín estatal a repartir fue la dirección del Departamento Nacional del Trabajo. Luego asumió como ministro de Trabajo y Previsión Social. Desde esa posición de poder se dedicó a fomentar el fortalecimiento de los sindicatos existentes y la creación de otros nuevos. Impuso un mecanismo de control que daba privilegios a los sindicatos favorecidos por el Departamento que él dirigía. En las disputas laborales, Perón, invariablemente estaba dispuesto a fallar a favor de los trabajadores.

Dentro del gobierno que él integraba se convirtió en el vocero del sector obrero industrial, recomendando reformas para favorecerlo: planes de vivienda, salud, seguridad social, aumentos compulsivos de sueldos para los trabajadores, etc. En dos años se convirtió así en el hombre más poderoso del gobierno militar y fundó un partido político, que en su primer momento se llamó “Laborista” y hoy se le conoce como “Justicialista” o “Peronista”. En las elecciones de 1946, ganó la presidencia por mayoría abrumadora.

Desde la presidencia prestamente dilapidó la riqueza acumulada y, además, en poco tiempo creó un déficit fiscal. Los salarios y otros beneficios para los trabajadores, que habían sido concedidos por decreto y sin ninguna relación a la productividad, comenzaron a ser devorados por la inflación galopante y porque abruptamente cayó el rendimiento real de la economía, bajo el peso insostenible de los impuestos y de las “conquistas” sociales. En líneas generales, toda la estructura costos-precios de la economía argentina fue trastornada artificialmente para dar satisfacciones materiales y psicológicas inmediatas al sector laboral.

Con el correr del tiempo, el peronismo se convirtió en brutalmente policíaco e intimidatorio. La administración pública llegó a extremos increíbles de corrupción, que hacían prácticamente imposible emprender cualquier negocio de cierta importancia sin el “visto bueno” del gobierno.

Cambiando ciertos detalles, parecería ser ésta la historia que actualmente estamos presenciando en el Uruguay. Un gobierno de izquierda conquistó la presidencia en elecciones democráticas y limpias, en momentos en que hay un excepcional contexto internacional favorable para el país. La economía, por causas primordialmente exógenas, está pujante y las arcas fiscales rebosan de divisas.

Una vez controlados todos los resortes del poder desde las dependencias gubernamentales, principalmente el Ministerio del Trabajo y de la Seguridad Social, se han puesto en funcionamiento prácticas peronistas.

Para completar el cuadro, en el marco del festejo de su quinto aniversario, y con el explícito objetivo de recaudar fondos, una revista declaradamente oficialista realizó recientemente una reunión. En ella, los jerarcas estatales cenaron con empresarios que pagaron 150 dólares por cubierto. Los legisladores y jerarcas asistían gratis mientras que los titulares de las empresas fueron “convencidos” acerca de la conveniencia de asistir, principalmente con el argumento de lo beneficioso que podría resultar para sus respectivos intereses personales “mantener contactos informales con gobernantes en sus áreas de influencia”.

En el anverso de las invitaciones se anunciaba una “Cena con amigos” y el valor del ticket. En el reverso exhibían una fotografía del director de la publicación acariciando un tigre, con la siguiente leyenda: “¡Ahora hay que darle de comer al tigre!”
“Este tigre quedó buchón”, comentó un empresario, quien prefirió mantener en secreto su nombre. Como diría Jorge Luis Borges, “el círculo se ha cerrado”
___* Analista uruguaya.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba