El show del balserito cubano, ¿qué oculta?
Los gobernantes autocráticos perciben pronto que no pueden desarrollar a sus países- vía estatismo- y, por lo tanto, tienen que manejarse haciendo populismo y creando matrices de opinión que les sean favorables. Hábiles como comunicadores sociales se valen de los medios para el ejercicio populista del poder. Hacen ver que hacen aunque no hagan nada. Pura burbuja. Castro es un genio en este manejo mediático.
Al tomar la vía del estatismo económico condujo a la quiebra la economía cubana. Entonces fue subsidiado por la U.R.S.S. al precio de sacrificar la soberanía, (Cuba país satélite)mientras Fidel vociferaba para ocultarlo “Cuba, territorio libre de América”. Dime de que haces alarde….Pero cuando se derrumbó la U.R.S.S. se acabó el subsidio. La búsqueda del dólar se convirtió en una necesidad , casi en una obsesión.-Política de Estado.
La captación más fácil y cuantiosa fue a través del tráfico de estupefacientes. Los norteamericanos lo detectaron. Escándalo. El juicio sumario al Comandante Arnaldo Ochoa desplazó al ilícito de la escena y colocó en primera página este juicio con el cual el Gobierno Cubano se “lavó las manos” ante el mundo. Como Ochoa era narco, sin que Castro supiera nada, absolutamente nada, fue ajusticiado. Escándalo mató a escándalo. Una vida menos, que importa . Razón de Estado.
Entonces la carrera turística tras el dólar lleva al Gobierno Cubano a claudicar. Se conquista a empresarios capitalistas españoles para que construyan hoteles en la Isla y poder atraer así a los turistas. Se les ofrece bajos salarios y prohibición absoluta de huelgas. Un verdadero paraíso. Comunismo salvaje se une con el capitalismo salvaje en la búsqueda de dólares sobre las espaldas de una clase obrera que recuerda a los siervos de la Edad Media . Las “jineteras” cubanas”, ya tristemente famosas, no son perseguidas porque ellas también traen dólares. Razón de Estado.
Y para completar este cuadro desesperado por conquistar dólares los cubanos exilados, que saben de los carencias vitales de sus seres queridos a la Isla, envían todos los meses una suma substancial de la divisa americana que engorda también la caja de dólares del Gobierno Cubano. Esos dólares de los exiliados son “bienvenidos”. Como los dólares de los turistas, los de la droga, o los de las jineteras. Qué desgracia !. Qué vergüenza.- Sin haberse decretado la dolarización en Cuba, el dólar corre libre y feliz por las calles de la Habana. Soberanamente. Bienvenido ese billetico, verde como la esperanza, con la imagen de George Washington, el fundador del Imperio. Vale la pena hasta darle un besito.
Pero dirá el lector, ¿ qué tiene que ver todo esto con Eliancito ?.Muchísimo. Estos regímenes viven del “show” publicitario. Cuando una película termina ponen otra en pantalla. La demanda multimillonaria de Cuba contra E.U. desapareció pronto de la primera página en los medios. Fue una mala película, sin taquilla. Nadie le paró. Esta cortina de humo no funcionó como se esperaba. Ahora está, sin saberlo, el pobre Eliancito en pantalla cual nueva cortina para distraer la atención de todo lo que ocurre en la Isla: venta de los empleos vinculados con el turismo por los sindicaleros revolucionarios, o sea, corrupción; cacería mundial de empresarios capitalistas salvajes para que hagan para el Gobierno los reales que este no sabe como hacer; “jineteras” que venden su cuerpo ayudando así a un Estado quebrado y, en fin, dólares corriendo libres y felices por la Habana. ¿ Quien lo diría ?. El dólar desplazando al peso soberano en “Cuba, territorio libre de las Américas”.
No es el amor a Eliancito, el balserito, lo que interesa. Al papá le interesó tanto su hijo que ni se enteró que la mamá se lo llevó en una balsa y Castro lo quiere muchísimo porque le ayuda a crear una matriz de opinión que haga olvidar todo lo que sucede en la Isla. Si Castro no lloró por Alina, su propia hija, no lo va a hacer por el balsertito. Cuando pase el show del balserito montará otro… y otro. Esto SÍ lo sabe hacer, gobernar para darle felicidad del pueblo, NO.- Perpetuarse en el poder, SÍ.
Pablo Antillano, (%=Link(«/bitblioteca/pantillano/elian.asp»,»El síndrome de Elián»)%)
Roberto Hernández Montoya, (%=Link(«/bitblioteca/roberto/elian.asp»,»Elián de Troya»)%)