Opinión Internacional

El Terremoto de San Francisco

La ciudad ha realizado tanta publicidad en torno al evento sísmico que cumple 99 años, que uno se pregunta si se trata de una conmemoración del dolor pasado o una festividad. Quizá sea ambas cosas.

Es la fecha en que murieron 478 personas y se destruyeron 28 mil edificios. Razones para recordar un duelo masivo. Muchos de los que sobrevivieron al terremoto no lo hicieron al incendio que le siguió. Ante tanta calamidad, los espíritus y visionarios se impusieron.

San Francisco, fue considerada muerta, pues se creía se convertiría en una ciudad fantasma. Finalmente emergió como una joya del Pacífico. El visionario responsable de tal milagro fue el Banco de América, que rechazó tal posibilidad y comenzó a realizar préstamos masivos para financiar la reconstrucción. No con intereses leoninos, sino con una política solidaria.

Entonces bien podría ser el día en que rendimos honor a las victimas y la fiesta en que la vida triunfó sobre el desastre.

Cada vez que una tragedia nos afecta, nos prometemos y encomiamos a Dios para que no se vuelva a repetir y sí se repite, que ésta vez salgamos indemnes. Muchos trabajan esforzadamente para que de repetirse el evento, quede minimizado. Enfocándose en labores de prevención, preparación y respuesta. Esto es parte de la naturaleza humana. Así creemos banalmente los hombres de a pié y temo decirles que estamos muchas veces errados.

Nos olvidamos de la política y esta suele definirlo todo. Que el Hombre es un animal político no es nada nuevo en el firmamento, pero deberíamos decir que éste es un animal salvaje, para así lograr dibujar correctamente su imagen y actitud.

En esa voraz lucha por evitar que la ciudad de San Francisco sucumba a la fatalidad, se ocultaron hechos, se camuflaron otros, se manipularon sucesos y hasta se maquillaron fotos, tal como se ha descubierto recientemente. Los informes oficiales dicen que las pérdidas sumaron 250 millones de dólares de la época y esta no es la parte más polémica. Muchas de las medidas anti sísmicas tomadas por la ciudad, como sus reglamentos y su planes están llevados sobre presupuestos de un pasado y de un comportamiento estructural irreal.

Un detalle curioso que se ha generado en esta revisión histórica y que puede describir una pasada política del encubrimiento, es el reciente anuncio de la Junta de Gobernadores de San Francisco, quienes acordaron aumentar el número oficial de víctimas, hasta ahora de 478, para incluir a los miles que desaparecieron sin ser contados en el caos que sobrevino después del terremoto e incendio.

Los bomberos de la ciudad afirman haberse ilustrado de su pasado. Un bombero de San Francisco me dijo hace poco -no sé si fanfarroneando- que si había una ciudad que aprendió a mantener el control en caso de desastres, era San Francisco. Que sí el colapso de las Torres Gemelas y la muerte del Jefe de Bomberos Peter Ganci, hubieran ocurrido en la ciudad del Golden Gate, no se hubieran sumergido en el caos operativo en que se ahogaron los servicios de emergencia neoyorquinos.

Pues, durante el terremoto de San Francisco murió el Jefe del Departamento de Bomberos, Dennis T. Sullivan y esa era una lección de comando y control jamás olvidada. Este episodio, en su momento empeoró el desastre. Ellos juraron desde ese momento, nunca jamás.

Aunque me parece que hay algo de presunción, no puedo tampoco dejar de subestimar ese sentimiento ni esa convicción. Ciertamente el precursor del Fire Command, la metodología para dirigir y coordinar incendios fue el FIRESCOPE (Fire Resources of California Organized for Potential Emergencies) Un sistema que trascendió al mundo.

No se puede subestimar la mística que se crea en la personas al vivir ciertos sucesos traumáticos ni como estos impactan en el futuro comportamiento de las organizaciones. Los bomberos rusos humillados en el terremoto de Armenia en la Georgia soviética (1988), al ver su inferioridad frente a los equipos occidentales, se juraron un nunca jamás. Esto se volvió una extática poderosísima. Hoy vemos a Emercom de Rusia dar cátedra universal y sus equipos de rescate han sido de los más eficientes en Asía. En el terremoto de Armenia en Colombia, (1999) ciertamente no pudieron dejar de apreciar la paradoja del nombre de la ciudad y como esta vez, estaban a la par de otras naciones que llevaban ayuda humanitaria.

Eso es aprendizaje, es el valor de vivir en una sociedad inteligente. No es, no equivocarse, sino ser capaz de aprender de su pasado y remontarlo.

Pero si las políticas de gobierno, aunque con buenas intenciones obstruyen la libertad de información, ocultan episodios para quedar mejor, y cuyos datos finalmente sirven para que los investigadores y científicos puedan aprender y proponer nuevas modalidades de construcción y normas de edificación, quizá solo estamos preparando el menú para un siniestro mayor.

(*): Site del autor: (%=Link(«http://www.josemusse.com»,»www.josemusse.com»)%)

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