Opinión Internacional

Elecciones en el País Vasco: Nacionalismo contra violencia

Los resultados de las elecciones que acaban de llevarse a cabo en Euskadi dan un claro triunfo al Partido Nacionalista Vasco (PNV) en coalición con Eusko Alkartasuna, también del nacionalismo moderado. De lo ocurrido el pasado domingo 13 de mayo se destaca lo siguiente:

  1. El electorado vasco votó mayoritariamente a favor del nacionalismo y en contra de la violencia de ETA. El descalabro sufrido por Euskal Herritarrok es una forma en que los vascos le están diciendo a ETA, que aunque apoyan la autonomía vasca, rechazan los asesinatos y la violencia. Ya sucedió, cuando ETA asesinó al joven concejal del Partido Popular en Ermua, Miguel Angel Blanco, cuando toda España, pero especialmente el País Vasco salió a la calle, a pesar del miedo, a repudiar el crimen. Todavía recuerdo las imágenes en los telediarios españoles, de las lluviosas calles de cada uno de los pueblos de esa región de España, llenas de gente con una sola consigna: vascos sí, ETA no.

    En las elecciones anteriores en las que fue electo lehendakari Juan José Ibarretxe, el partido Euskal Herritarrok (antiguo Herri Batasuna), logró un numero importante de escaños lo que lo llevó a formar coalición con el PNV para gobernar. Esto fue producto del proceso que se desencadenó a partir del asesinato de Miguel Angel Blanco, que pienso, marcó un hito en la historia de la vioelncia vasca. Recuérdese que a partir de ese momento se desencadena un proceso que lleva a la configuración de nuevas posibles vais, el llamado Pacto de Estella, el discurso político de EH, que pareció por momentos que estaba buscando un espacio político. La tregua de ETA, que por 18 meses permitió vivir a los españoles sin el temor del tiro en la nuca, es otro de los factores que permitieron a Euskal Herritarrok ser visto como una alternativa nacionalista democrática.

    El pacto de legislatura entre el PNV-EA-EH suscrito en la anterior administración del gobierno vasco conocido como “Acuerdo de Bases de Actuación Colaboradora” se basaba en el reconocimiento que: “…la nueva fase política que vive Euskal Herria, en la cual la búsqueda y desarrollo de espacios y métodos en los que la capacidad de decisión y la voluntad de construcción de su propio futuro por parte de todos los vascos y vascas pueda manifestarse libremente y encontrar los cauces adecuados para su democrática plasmación resulta un objetivo irrenunciable. En este nuevo contexto, Euskal Herritarrok ha mostrado su determinación de prestar el apoyo parlamentario necesario para los dos partidos coaligados , y ha manifestado su plena disposición y firme apuesta por diseñar unas bases estables para vertebrar una base común y coordinado en el ámbito institucional del Parlamento Vasco” y resaltaba el principio de una Apuesta inequívoca por las vías exclusivamente políticas y democráticas para la solución del conflicto de naturaleza política existente en Euskal Herria y que atendiendo al escenario de ilusión y esperanza suscitado en la sociedad vasca tras la iniciativa de ETA del pasado mes de septiembre, «….se aboga por la desaparición plena de todas las acciones y manifestaciones de violencia». Y «……Asumen la obligación de afrontar las dificultades que puedan producirse durante el desarrollo del proceso abierto y se comprometen a que las iniciativas y respuestas sean canalizadas a través de procedimientos estrictamente democráticos, y hacer que desaparezcan definitivamente todo tipo de reacciones y acciones vulneradoras de derechos individuales y colectivos[1].

  2. Sin embargo, por razones que sería muy largo analizar aquí, ETA rompe unilateralmente la tregua y comienza una cadena de atentados y asesinatos, lo que colocó a EH en el predicamento de definirse. Esto es, o condenaba los asesinatos y se declaraba defensor del nacionalismo pero por la vía democrática – tal como había convenido en el citado Pacto de Legislatura – o por el contrario y tal como lo hizo, se mantenía en una ambigüedad tan patética, que al PNV no le quedó otra opción que romper su alianza parlamentaria y al quedarse sin mayoría parlamentaria, se vio obligado a convocar a nuevas elecciones. Al quedar EH, a los ojos de los vascos, una vez más como sólo el brazo político de la organización terrorista, se le quita en medida importante el apoyo que le habían dado en las elecciones pasadas.
  3. En este escenario político, ante la grave crisis del PNV al verse obligado a convocar nuevas elecciones, y al incrementarse las acciones terroristas, tanto el Partido Popular como el PSOE, encausaron su campaña electoral con fuertes ataques tanto al PNV como a los nacionalistas radicales, acusando a los primeros de haber sido complacientes con las acciones violentas. El PP, contando con Jaime Mayor Oreja como candidato presidencial, (Mayor Oreja fue Ministro de Interior en el primer mandato de Aznar y parte del actual, siendo uno de las figuras mas respetadas), creyó posible que un PNV deteriorado por la crisis del gobierno, no alcanzara la votación necesaria y en alianza con la Unión Alavesa y probablemente el PSOE, pudiera formarse por primera vez un gobierno no nacionalista. Evidentemente midieron mal sus fuerzas e hicieron una lectura equivocada del sentimiento de la población vasca. No sólo no lo lograron, sino que en la provincia de Alava, en la que el mismo Aznar cerró la campaña electoral perdieron la mayoría y hoy igualan en escaños al PNV-EA. El índice de abstención que disminuyó al 20%, en las elecciones autonómicas con mayor participación de la historia en Euskadi, demuestra que, el PNV supo movilizar a los vascos nacionalistas y como pedía el hoy lehendakari Juan José Ibarrexte, salieron a votar por el nacionalismo. Según Xabier Arzalluz, Presidente del PNV, «… la única explicación a la alta participación registrada ayer en los comicios vascos es el rechazo provocado por la campaña del PP.
  4. Si bien pudiera pensarse que estos resultados pudieran en alguna medida detener la violencia etarra, el atentado que los terroristas llevaron a cabo contra un periodista vasco, demuestra que queda un larguísimo camino que recorrer para detener el terrorismo. El nuevo escenario que se dibuja luego de las elecciones pasadas, pueden dar mayor margen de acción a los nacionalistas democráticos para reiniciar el diálogo a través de los mecanismos que ya existen, el Pacto de Ajuria Enea, el mismo Pacto de Lizarra y otras tantos foros de discusión que se han ido creando. El gobierno central, el Partido Popular y el PSOE tienen también una gran responsabilidad en el manejo de este asunto. Arzalluz ha hecho el planteamiento de la concertación de todos los actores en una especie de Mesa como la que llevó a los Acuerdos de Paz en Irlanda. Es una tarea complicada, pero así como la tregua de ETA hizo renacer la esperanza de paz, esta manifestación del pueblo vasco de rechazo a la violencia a través de su voto y las posibilidades que se abren al gobierno del PNV, puede ser el inicio, muy incipiente, de un proceso que finalmente culmine con el cese de la violencia terrorista y lleve la paz a Euskal Herria.

Nota

[1] Pacto de legislatura firmado entre las organizaciones políticas Partido nacionalista Vasco, Eusko Alkartasuna y Euskal Herritarrok para conformar el gobierno autonómico vasco en la administración pasada
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