Elecciones en España: la memoria y las urnas
El gobierno español ya está satisfecho. El ex dictador Pinochet ya está en su país para escarnio de todas sus víctimas y de todas las víctimas de todas las dictaduras. El Partido Popular se ha “descentrado” con el “caso Pinochet”, con el maquillaje que han gastado para ser “de centro”.
Para los progresistas españoles sentar en el banquillo a Pinochet era un revolución ética. De alguna manera el fascista chileno iba a a pagar la culpa de todos los fascistas, incluso del nuestro. La amnesia que sigue a las transiciones a la democracia ha permitido a los colaboradores de Franco -o a sus hijos biológicos y políticos- dar lecciones de democracia y llegar al gobierno. Y el juicio a Pinochet era también un juicio para los actuales gobernantes o para sus padres. Ahí está la razón de Estado, la postura de Pilatos de finales del siglo XX, la complicidad por omisión con un criminal: la memoria de las víctimas siempre escuece a los verdugos.
Recuerdo ahora a Manuel Fraga –dirigente y fundador del PP- bramando la calle es mía tras el asesinato –sí asesinato- de tres obreros en Vitoria por la policía. Don Manuel era el ministro de la policía del primer gobierno franquista tras la muerte de Franco. Y antes fue ministro franquista en vida del dictador. Ahora, está más feliz que las víctimas del fascismo por el destino de Pinochet. ¿A alguien le extraña? Algunos ministros se hicieron ricos durante el franquismo, caso de Rato y Matutes. Otros son hijos de altos cargos del franquismo o nietos del biógrafo oficial de Franco, como José María Aznar. Pero las responsabilidades no se heredan me dirán. Y es verdad, pero el PP votó contra la condena parlamentaria del alzamiento militar de Franco, y mantiene como dirigentes a colaboradores de la dictadura, y dice que no hay que mirar al pasado. Siempre dicen que no hay que mirar al pasado los que tienen algo que ocultar en él. De ahí que el gobierno de la derecha española no quiera que tengamos memoria, ni en Chile ni en España, no vayan a aparecer sus nombres o los de sus padres mezclados en mil tropelías. Entonces no podrían darnos lecciones de democracia porque recordaríamos perfectamente que eran –¿sólo eran?- unos fascistas.
Artículos anteriores de Agustín Madariaga sobre las elecciones españolas:
(%=Link(7711789,»»)%), 2 de marzo de 2000.
(%=Link(2378614,»»)%), 1° de marzo de 2000.
(%=Link(3839658,»»)%), 29 de febrero de 2000.
(%=Link(5598020,»»)%), 25 de febrero de 2000.
Otros artículos de Agustín Madariaga:
(%=Link(9640851,»»)%), 24 de febrero de 2000.
(%=Link(5492551,»»)%), 23 de febrero de 2000.
(%=Link(1694303,»»)%), 18 de enero de 2000.
