Francisco Frutos: Yo no soy nadie para pedir un acto de contricción al Partido Socialista
En plena negociación con el PSOE, el cabeza de lista de Izquierda Unida, Francisco Frutos, clarificó ayer la posición de su formación en el foro de El Mundo, en la sede del periódico. Frutos cree posible un pacto de mínimos, pero advierte de que IU mantendrá su identidad propia.
«El candidato de Izquierda Unida no es Joaquín Almunia, soy yo». Con esta expresiva frase, Francisco Frutos rechazó ayer durante su intervención en el Foro de El Mundo la posibilidad de que la coalición retire una sola de sus candidaturas.
Según Frutos, lo más importante es preservar la identidad de IU, sin diluirse en el PSOE e intentando que nadie pueda apelar en su nombre al voto útil de la izquierda. El candidato de IU, no obstante, asegura que está dispuesto al acuerdo, que el proceso abierto es irreversible y que no es quien «para pedir al PSOE un acto de contrición» por sus pecados pretéritos.
En plena recta final de sus conversaciones con los socialistas, Frutos se enfrentó ayer durante dos horas a las preguntas de periodistas de EL MUNDO en la sede del diario.
Hace mes y medio, Francisco Frutos, secretario general del PCE, amenazaba con retirarse de las listas de IU, al verse relegado al número tres de la candidatura de Madrid. Ahora es el candidato a la Presidencia del Gobierno y hace méritos para quitarse de encima la etiqueta de gris aparatchik y de ortodoxo comunista.
Y negocia un acuerdo con el PSOE que ha cambiado el curso de la campaña electoral, que ha acabado con el derrotismo de la izquierda y que preocupa al Partido Popular. La negociación también ha roto la impresión de que sólo había dos partidos en las elecciones, aunque existiera un tercero al que se le marginaba de los medios, de los debates y de los pronósticos. Ahora IU también existe, Frutos vive sus diez minutos de gloria y, como dice él en broma, «Paco Frutos se ha convertido en un personaje mediático».
Frutos fue designado para resucitar un muerto por una organización que no conocía la palabra unanimidad. De puertas para dentro ha conseguido que, a día de hoy, no se oiga una frase más alta que otra en la agitada sede de la coalición.
Explica, por ejemplo, que este proceso hacia la unidad de la izquierda tiene sus raíces en la propuesta que Julio Anguita hizo al PSOE durante el debate del estado de la Nación de 1998. Año y medio después, según Frutos, el PSOE ha dado señales de vida cuando Anguita ya no era el líder de la coalición. Izquierda Unida le ha tomado la palabra, porque «no se puede hacer un órdago y luego retirarse, no se puede ir de farol en política».
Voz en la campaña
La coalición, asegura, negocia sobre la base de preservar su propia identidad: «IU mantendrá su propia personalidad e intentará no ser víctima de cualquier bocadillo» y «sería perjudicial para la democracia que IU se convirtiera en un elemento residual de la política».
Hasta el punto de que IU sigue reclamando su espacio durante la campaña -«sería una cacicada que hubiera un cara a cara entre Aznar y Almunia»- y niega que hayan firmado «un cheque en blanco» para una hipotética investidura de Almunia. Crecido, añade: «El candidato de IU está vivo, plenamente vivo, existe, está toda la campaña, llegará al final y, a lo mejor, también puede ser candidato a la Presidencia del Gobierno, no eludimos ninguna responsabilidad, no se nos caen los anillos».
Juan Francisco Martín Seco, miembro de la dirección de IU y del equipo negociador, apunta que, en cualquier caso, ambas formaciones mantienen sus propios programas para evitar que el PSOE utilice el llamamiento al voto útil de la izquierda.
A la pregunta de qué ha cambiado en el PSOE para que IU se plantee pactar con quienes antes eran acusados por ellos de crímenes de Estado o de corrupción, Frutos responde: «No soy nadie para pedir un acto de contrición al PSOE».
No obstante, asegura que «hubo determinadas denuncias en relación a comportamientos que son absolutamente impresentables desde cualquier concepción democrática. Todo esto representaba ungolpe muy fuerte a lo que era el comportamiento de la izquierda. Todo eso ha pasado. Hay casos que están en los tribunales y otros que han pasado y, ahora, tenemos que ver la realidad concreta que hay y las propuestas que llegan».
Tras rememorar que Jospin pedía perdón en cada mitin, se felicita de que ahora Almunia se disculpe por los errores e, incluso, confiesa que «en nombre del comunismo se han cometido muchos crímenes». Por si acaso, advierte que IU «mantendrá la tensión ética de la política, porque el comportamiento ético forma parte del ADN» de la coalición.
Como ejemplo, su compromiso a oponerse a cualquier medida de gracia para convictos vinculados al PSOE.
Frutos responde con rotundidad y aparente frialdad, mostrando que no es sólo quien pone su foto para el cartel de la coalición; con ironías y sólo con un indisimulado malestar cuando se le menciona la pinza o las supuestas interferencias de Anguita en el proceso de negociación.
Así, la crítica más clara hacia el PSOE es por haber difundido, según él, el tópico de la colaboración de IU con el PP -«No tengo la sensación de haber vivido una pinza con el PP»-, con insinuación incluida: «Ha habido tenazas y no pinzas y algunas de ellas están siendo juzgadas estos días». Deja sin contestar la pregunta sobre la utilización que la derecha hace de IU para impedir una victoria electoral del PSOE.
Sobre Anguita, Frutos elogia su figura, y pronostica que «dentro de unos años será un patrimonio moral e intelectual de este país». «Está claro que Anguita y yo somos muy diferentes, cada uno tiene una forma de hacer y decir las cosas, no somos clónicos, aunque en los asuntos fundamentales hemos estado de acuerdo y hemos discrepado en los flecos», asegura mirando al pasado.
Para el presente, Frutos explica que el coordinador general de IU «está informado al minuto, porque vive la política con pasión». Y para el futuro, Frutos, que cumplió 61 años la pasada semana, afirma que no es candidato a suceder a Anguita como coordinador general de IU, pero, tras una breve pausa, matiza: «Aunque todo se puede reconsiderar». Y concluye: «Mi compromiso es a tope, total»
El cabeza de lista de IU introduce entre líneas, no obstante, en todo su discurso toques de distanciamiento con respecto a Anguita, demostrando, una vez más, que en política las puertas se cierran desde dentro y que el sucesor tiende a evitar el seguidismo. Por ejemplo, mientras es notorio que Anguita mantuvo pésimas relaciones con los principales sindicatos, Frutos asegura que la relación con Comisiones Obreras «está muy normalizada» y añade: «Nosotros hemos entrado aquí y, progresivamente, se han situado bien las cosas, por ambas partes, manteniendo naturalmente la libertad de cada uno para opinar de todo».
Acuerdo programático
Con respecto a su posición durante la negociación con el PSOE, Frutos asegura que no entiende las razones por las que el PSOE no aceptó su propuesta de coalición. Una vez rechazada también la contraoferta de constituir una agrupación de electores, confiesa que «se han agotado las posibilidades».
A día de ayer, el líder de IU certifica que no está cerrado el acuerdo programático y subsiste el escollo de las listas. Incluso, mientras el PSOE sigue considerando posible un acuerdo para el Senado, Frutos matiza que cualquier pacto para la Cámara Alta se extendería a todas las circunscripciones y no sólo a ocho como pretende el PSOE.
De las palabras de Frutos, apoyadas por Martín Seco, se deduce que tanto el PSOE como IU han buscado un acuerdo programático de mínimos, «una declaración de intenciones» que recoja lo que une a ambas formaciones, y no lo que les separa. Es decir, que los dos puedan esgrimir su programa propio y su identidad, pero bajo un manifiesto común, y con el compromiso de apoyarse en una hipotética votación de investidura.
IU, según Frutos, mantendrá su programa en puntos para ellos esenciales como la fiscalidad o la implantación de la jornada de 35 horas semanales.
Sobre fiscalidad, asegura que no tienen «ningún interés en decir, y menos en campaña, que IU va a subir los impuestos». Su propuesta pasa por «recaudar dinero suficiente para las inversiones de carácter social» y por «una progresividad que suba la fiscalidad de los tramos más altos del IRPFy, especialmente, a las rentas del capital».
Frutos tampoco renuncia a establecer por ley la jornada laboral de 35 horas semanales, «porque la ley es lo que consagra un movimiento que ha habido en la sociedad, porque si no hay ley, puede existir la trampa». Pero, al plasmarlo en el pacto con el PSOE, acepta que haya «una formulación que, dando tres saltos mortales sin red, pueda decir lo mismo». O sea, que no será un escollo para el acuerdo.
El candidato de IU, por si acaso, advierte al PSOE de que blindará el pacto con el apoyo de la sociedad: «Seguiremos manteniendo o intentando mantener esta tensión social, este apoyo social y, si predominaran dentro del PSOE las políticas más conservadoras y antiunitarias, un sector de la sociedad que puede coincidir con un Gobierno de izquierdas, se lo haría pagar caro al PSOE».
Tomado de (%=Link(«http://www.el-mundo.es/»,»El Mundo en Internet»)%) de España