Gobierno británico e irlandés intentan desactivar crisis de Belfast
Los gobiernos de Gran Bretaña e Irlanda negociaron este jueves entre bambalinas, intentando forjar una estrategia común para salvar a la administración católica-protestante de Irlanda del Norte y persuadir al Ejército Republicano Irlandés a que se desarme.
El gobierno británico se preparaba para divulgar hoy un informe de una comisión de desarme de la provincia, que indicaría que la proscrita IRA aún no empezó a destruir sus armas en respuesta a la formación de la administración hace nueve semanas.
El principal partido protestante, el Unionista de Ulster, aceptó formar un gabinete que incluya al Sinn Fein, el partido vinculado con el IRA, en un gabinete de cuatro partidos que forma parte de un plan gestionado por Estados Unidos. A cambio de ello, el IRA debe colaborar con la comisión de desarme y negociar la destrucción gradual de sus depósitos secretos de armas.
El líder de los unionistas David Trimble, un ministro de alto rango en el gabinete, insistió que a menos que los británicos le quiten los poderes al gabinete y reanuden su control directo de la provincia, los ministros de su partido se verán obligados a renunciar y provocar el desplome de la administración.
La oficina del primer ministro británico Tony Blair dijo que la cumbre de emergencia programada para hoy entre Blair y el primer ministro irlandés Bertie Ahern será celebrada recién después que el gobierno británico anuncie sus planes, y no antes.
El secretario de Blair para asuntos de Irlanda del Norte, Peter Mandelson, iba a revelar las intenciones del gobierno en un comunicado dirigido al Parlamento en Londres.