Imagen dolorosa
No puedo negar que, a pesar de adversar al presidente Chávez, me causó un gran malestar verlo enredado, desconcertado y en clara minusvalía frente al Presidente de Colombia, quien lucía totalmente dueño de la situación, reposado y coherente, como corresponde a quien sabe para dónde va, conoce sus fuerzas y tiene bien estudiadas las debilidades del adversario. Era mi patria sumisa, fácilmente manejable y rendida, ante el representante de una oligarquía implacable, que no ha hecho otra cosa que despojarnos, cada vez que tiene la oportunidad, de nuestro territorio. Impotentes y tristes nos sentimos de sabernos tan mal representados y vulnerables ante los insensatos reclamos limítrofes de los vecinos.
Venezuela fue la denunciada, bravuconamente rompe relaciones, para en forma inmediata buscar su reapertura, sin ninguna exigencia sobre las denuncias efectuadas. El Canciller asiste a la toma de posesión de Santos, a los pocos días de la ruptura diplomática. No exigimos un país neutral para reunirnos; aceptamos la exigencia colombiana de que fuera en su territorio y la agenda de la reunión también se nos impuso. ¡Qué debilidad frente a los neogranadinos! Las bases militares no estuvieron en la agenda, pero nuestro Presidente se encargó de aclararnos que «eso era un problema de soberanía colombiana», curiosamente la misma respuesta que le había dado Uribe cuando efectuamos las primeras protestas.
Sobre las Farc, dice: «Las guerrillas colombianas deberían reconsiderar su estrategia armada (…) El mundo de hoy no es el mismo de los años sesenta (…) Creo que no hay condiciones para que ellos (…) en cambio, se han convertido en la principal excusa del imperio para penetrar Colombia y desde ahí agredir a Venezuela». Ya les había dicho algo similar cuando inició sus amores con Uribe. En aquella ocasión desechó al marxismo por pasado de moda. Dos acuerdos adicionales: pagar de inmediato nuestras deudas y reactivar el comercio binacional en forma idéntica a como se realizaba: balanza comercial deficitaria y venta venezolana de productos sin valor agregado.
Presidente: Nos dio vergüenza ajena. Las bases son un peligro para toda Latinoamérica a pesar de los acuerdos que usted haya efectuado con las Fuerzas Armadas colombianas y las estadounidenses.
