Opinión Internacional

La derecha arrasó en España: ¿y ahora qué?

(%=Image(2720426,»R»)%)El Partido Popular arrasó en las elecciones del 12 de marzo en España, alcanzando por primera vez la derecha española la mayoría absoluta en el Parlamento. Un triunfo aplastante de la política económica de José María Aznar sobre el pacto alrededor del programa progresista de la izquierda. Derrota igualmente aplastante para el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y para su candidato y Secretario General Joaquín Almunia, quien intentó a través de un pacto con Izquierda Unida erigirse como una alternativa viable para presidir el gobierno.

Pero el gran perdedor de los comicios fue Izquierda Unida. El pacto con el PSOE fue absolutamente contraproducente para la gente de Frutos y Anguita, su bancada se redujo sensiblemente y con ello su peso político en la sociedad española. Varias conclusiones se pueden sacar de estos resultados e interesantes reflexiones a futuro alrededor del porvenir peninsular y europeo.

España premió al centro y a la prosperidad

(%=Image(4162244,»L»)%)Desde el retiro de Fraga Iribarne de la dirección general, y la llegada de José María Aznar a la cabeza del Partido Popular, y sobre todo después de alcanzar la presidencia del gobierno en 1996, Aznar se ha propuesto, y hasta ahora lo ha logrado, hacer girar a los populares al centro político.

Aznar recibió de manos de Fraga un típico partido conservador español, con un peso muerto franquista que actuaba, a la vez, como base social y ancla política en su posible desarrollo. Aznar encabeza a partir de ese momento un importante viraje de la derecha española: rompe con sus ortodoxos ‘mensajes’ conservadores y se aleja de su base política tradicional, sin prisa, pero sin pausa, va conquistando a un electorado de jóvenes de clase media que crecieron con la modernización socialista (y también con sus desaguisados), y para quienes la lucha contra la dictadura franquista y los relatos de la Guerra Civil son “prehistoria”. El viraje hacia el centro político amplió sensiblemente la base social de los populares. Esta política centrista que, junto con una política económica que ha traído prosperidad, ha sido evidentemente premiada por los españoles en estas elecciones.

El PP no necesita de nadie

(%=Image(7179776,»R»)%)Y eso puede ser aterrador. Desde 1988 todos los gobiernos españoles se han visto en la necesidad de negociar, pactar, conciliar con los diversos factores y minorías políticas, sobre todo con los diversos grupos nacionalistas, acentuando de esta manera tanto el carácter federal del Estado Español como una importante política de consensos. Estas dos realidades pueden encontrarse en peligro gracias a la mayoría aplastante de la centro derecha española.

Por más que los canarios hayan alcanzado varios escaños nuevos y de que los catalanes y los vascos se mantengan relativamente igual han perdido algo muy importante: su capacidad de condicionar a Madrid. A pesar de que en sus discursos no lo demuestren, los grupos nacionalistas del País Vasco, PNV, y de Cataluña, CiU, son otros de los grandes perdedores, no por perder escaños sino por perder la capacidad de presionar al gobierno de Madrid por una mayor autonomía. Esta situación puede tener una de dos consecuencias, o el discurso y la práctica nacionalista se radicaliza, al no encontrar modo de presionar al gobierno central, o la renovación de liderazgos llega a destronar a los viejos ‘dinosaurios’ nacionalistas, como Arzalluz y Pujol.

¿Una Izquierda Unida derrotada y ortodoxa?

(%=Image(4455579,»L»)%)Dentro de Izquierda Unida Anguita se debe estar relamiendo de una paradójica satisfacción. El anterior principal dirigente de IU siempre estuvo en contra de cualquier pacto con los socialistas, a pesar de que el acuerdo firmado fue ofrecido por él, la derrota de IU puede ser observada como un triunfo de la posición ortodoxa de Anguita dentro del partido. Estos resultados pueden terminar atornillando a Anguita a la cabeza de IU y frenar de esta manera otra renovación necesaria.

¿Hacía donde debe girar el PSOE?

(%=Image(3702192,»R»)%)En el seno de la izquierda la crisis ideológica y de liderazgos políticos dentro del PSOE parece acentuarse con estos resultados. Las decisiones que este importante partido político tome sobre su renovación ideológica y política no sólo afectarán al territorio español sino a todo el conglomerado socialista europeo.

Luego de que Felipe González, gran renovador de la izquierda española y europea en las décadas de los 80’ y 90’ y protagonista de la modernización de España como presidente del gobierno entre 1982 y 1996, renunciara a la secretaría general y a la candidatura, la renovación dentro de la estructura del PSOE, con más de un siglo de existencia, ha girado en torno a personalidades menos carismáticas y más ligadas al aparato del partido.

El experimento político de las primarias, que llevaron a José Borell a encabezar el partido durante pocos meses, se convirtió en un fracaso al dimitir el candidato ante el candidato felipista: Joaquín Almunia. La política de unidad de la izquierda lograda por Almunia con Izquierda Unida también demostró fallar drásticamente en estas elecciones. El PSOE perdió alrededor de dos millones de votos.

(%=Image(6819287,»L»)%)Más allá de España, en el contexto europeo las consecuencias pueden ser bastante complejas. Hasta ahora dentro del debate que se está generando en el seno de la socialdemocracia del viejo continente entre la Tercera Vía de Blair, del Partido Laborista de Gran Bretaña, y de Schroeder, del Partido Socialdemócrata alemán, y el Socialismo plural del francés Lionel Jospin y de Massimo Dalema, del PDS italiano, los socialistas españoles se habían mostrado más cercanos a la socialdemocracia francesa que al nuevo laborismo británico. La renovación ideológica del PSOE post Felipe González puede alterar el mapa del socialismo europeo. Hay dos posibilidades: o se mantiene dentro de la socialdemocracia clásica a la francesa, o da un leve giro hacia su derecha dentro de la izquierda, a la británica.

Hay quienes incluso acarician la idea de un triunfal regreso de Felipe González en el 2004, pero la reorganización y renovación de los socialistas debe hacerse rápido y bien, para lograr consolidarse como una alternativa progresista, de izquierda y modernizadora al gobierno de los populares.

Como vemos, importantes consecuencias para la política española y europea puede tener este triunfo de la centro derecha del Partido Popular en España. Cuatro años más de Aznar, posible renovación en el seno de la izquierda y de los nacionalistas. Sin dejar de observar que el mapa del socialismo democrático europeo se seguirá transformando.

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