Opinión Internacional

La Ingobernabilidad Regional

La estrategia de Mesa no funcionó. La vieja artimaña de revivir añejados rencores, visualizando a Chile como el culpable del ostracismo económico del país y la ofensiva por gasificar las relaciones internacionales no unió a los bolivianos. En otros tiempos, sí hubiera tenido éxito. No hace mucho, los líderes ecuatorianos hicieron lo mismo contra el Perú y les redituó millonarias ganancias.

Se dice que ninguna política nueva funciona bien en América Latina, pero ahora parece que las viejas fórmulas están empezando a fallar. ¿Qué está pasando? ¿Por qué los indígenas están rebelándose ahora?
Cuando en la década del 80, Sendero Luminoso inició su lucha armada, surgía una interrogante ¿Por qué ahora? Antes, en 1920, mucho antes de la Reforma Agraria, los indios vivían en semi esclavitud. Su condición había mejorado notablemente. No es que fueran satisfactorias, ni que cercanamente fueran aceptables esas condiciones, simplemente habían ganado algunos derechos vitales. Entonces, ¿Por qué ahora sí y antes no?
Algunos sociólogos ensayaron algunas respuestas que cobran relevancia ahora. Antes, se aceptaba la desigualdad como una situación normal. El patrón y el siervo, normal. Así estaba construido el mundo, era natural y por ende, aceptable.

Desde el 40, hubo una emigración masiva. Muchos indígenas han dejado el campo pero no todos lo han abandonado. Familias enteras han migrado a la ciudad, pero no todos han renunciado ni a sus familias, ni a sus herencias ni costumbres. Otros retornan con títulos universitarios y muchos otros, después de recorrer el mundo.

La globalización de las comunicaciones elimina el asilamiento. La Internet los acerca a otras realidades. El descontento nace y puede instrumentalizarse. Hoy, pueden coordinarse acciones desde Chiapas hasta Santa Cruz. Ver, conocer, aprender, son las herramientas más subversivas.

Por otro lado, el sistema democrático no es tal. A lo mucho es un sombrero, un adorno, cuando debería ser ropa interior. Democracia es un titulo, pero de ninguna manera es un estilo de vida local. No ha calado porque no se construyó bien, desde raíz. Solo es una triste imitación pirata adecuada en América Latina para mantener privilegios aristocráticos.

Que haya elecciones libres, solo convierte a nuestros países en dictaduras de urnas populares. Esa es la razón, por la cual, nuestras naciones añoran a los dictadores de golpes militares. Es igual que otro civil salido de las urnas. Amén que los militares son menos bullangueros si los comparamos con las cámaras de representantes.

¿Por qué preferir la democracia? Igual se atropellan derechos humanos, igual hay corrupción, igual crece la pobreza. Nadie siente la diferencia. Lo peor que ha hecho Europa y Estados Unidos es aceptar a tales gobiernos como democráticos. Con ello, desacreditó el sistema en la región.

Seguimos en el caudillismo de los candidatos perpetuos. Donde el abuso del poder y dinero es lo cotidiano. La compra de jueces y autoridades, lo normal. Nada de diferente al gamonalismo del siglo ante pasado. No hemos construido ni siquiera un sistema legal donde el rico y el pobre sean iguales ante el sistema. La impunidad campea. La inversión soñada de las multinacionales se convierte en monstruos que atropellan a pueblos campesinos. Los que terminan levantándose en armas en legitimas defensa. Un país institucionalizado, sí hubiera obtenido beneficios de tales multinacionales. Y, ante el abuso forestal o la contaminación minera, los fueros legales hubieran impuesto multas y sanciones. Se aseguraría así, la convivencia pacífica. Por el contrario nos quedamos con el gas lacrimógeno de la policía asalariada por la mina y la bomba molotov del indio.

Creemos en ideologías y nos despertamos viendo que ni el centro, la izquierda o la derecha han resuelto algo. ¿Por qué fallan todas las ideologías? Simple. El problema no es ideológico sino de gerencia.

Vivimos espejismos y creemos en salvadores acuerdos de mercados libres, que nos traerán la bonanza repentina y anhelada. Pero lo cierto es, que mientras no construyamos un sistema para que las instituciones funcionen –lo que es meramente un tema de correcta administración- solo unos pocos se beneficiarán y el descontento popular reinará y el desborde se producirá.

Hablamos de temas tan simples como organizar la justicia y la policía. De poner no al amigo, ni al compañero sino al profesional competente en el respetivo puesto público y privado.

No es la dictadura ni la derecha lo que hizo Pinochet y lo que levantó a Chile. Fue el orden y la disciplina que impuso, lo que hizo viable al país. Cuba es el mismo caso. Vemos como las instituciones de salud y educación son de primer nivel. Naciones Unidas alabó recientemente su sistema de prevención de desastres. Todo se reduce a un tema de gerencia.

La impunidad, la exclusión y marginación son un suicidio nacional. Cuando se presentó el informe peruano de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación. Un orador campesino lo dijo todo en una frase: “Ojalá, algún día, nosotros también podamos ser considerados peruanos”.

(*): Site del autor: ww.josemusse.com

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