Opinión Internacional

La tregua

Mientras el Defensor del pueblo ha tratado de darle una mano al gobierno, promocionando la nueva película que se estrena en las carteleras nacionales bajo el sugestivo título de «La tregua», inaugurada para beneficiar a los damnificados del desastre natural de La Niña, la ministra de Desarrollo Rural y Agropecuario y su doble Almaráz, toman un papel estelar estableciendo en medio del desastre un plan de priorizaciones con los que el gobierno anuncia que la tregua al saneamiento y expropiación de tierras será sólo «hasta que bajen las aguas y se pueda ingresar al campo», pero que eso no significa que se deje de hacer un seguimiento de las mismas, que implica que «no se contará el ganado que se vea en campo, sino que se utilizarán los registros de vacunación anteriores que demuestren la cantidad de ganado que tenían los propietarios» y se harán revisiones de imágenes satelitales anteriores para constatar la superficie cultivada, actualmente destrozada. El artículo 6 del Decreto Supremo No. 29438 de declaratoria de desastre nacional dispone la aplicación de un procedimiento especial en la verificación del cumplimiento de la Función Económico Social (FES) en las propiedades agrarias afectadas por las inundaciones causadas por el fenómeno de La Niña. De tal manera que observamos que en medio del desastre el gobierno sigue planteando sus prioridades expropiatorias.

En esta especie de «Khatrina» que hoy vive Bolivia, los voceros salen a convocar al diálogo político, mientras claman por un cuarto intermedio para neutralizar a los prefectos bajo el pretexto de que ahora se deben atender a los dannificados sin plazos ni medidas. Sin embargo, el Ejecutivo sigue avanzando y atacando a mansalva la legalidad de los Estatutos Autonómicos.

¿Es esta una tregua? Comprendemos que en el nuevo concepto de la Real Academia Masista, tregua significa callar, parar, neutralizar a prefectos y regiones. En una tregua las acciones del gobierno no deben parar, pero se deben realizar en forma más disimulada. En el vocabulario Masista la «tregua» es un tiempo valiosísimo que permite que el Ejecutivo avance en sus planes de consolidación de su régimen, sin las molestas protestas y denuncias de las regiones opositoras.

En la gramática masista, se puede conjugar el verbo treguar como a cada quien le de la gana: Yo te treguo, vos treguate, ellos se treguarán treguando, nosotros treguamos tregua.

También se pueden hacer divertidos trabalenguas:Tres tristes tregues treguean un treguante plato de treta-tregua.

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