Las encuestas anticipan el triunfo de la oposición en España
El Partido Popular (PP), comandado por Mariano Rajoy que lidera al PP desde 2004, a estar a las más recientes encuestas de opinión parecería encaminarse hacia un triunfo amplio que desplazaría del gobierno hispano al desprestigiado socialismo y pondría casi un punto final al largo ciclo político del líder socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
El PP tiene hoy un 47,1 % de la intención de voto. Supera así ampliamente al socialismo que, liderado por un poco inspirador Alfredo Perez Rucalba, apenas obtiene un 32,3 %. Si estas estimaciones y la brecha que ha continuado creciendo a favor del PP se mantienen en el tiempo, el PP no sólo triunfaría en las elecciones de noviembre, sino que se aseguraría una cómoda mayoría parlamentaria, aún mayor que la que el PP obtuviera en el 2000.
Rajoy, quien fuera derrotado en dos elecciones anteriores, está haciendo una campaña intensa en la que despliega sus propuestas alternativas. Entre ellas, una estimulante rebaja a la tasa impositiva a las ganancias de las empresas y una promesa de reorganización del sistema financiero español. Sabe que el futuro será duro para España. Aún más que hoy. Y que su país está, desde hace rato, generando desconfianza en los mercados, lo que, en un mundo de tasas de interés bajas, genera para España la dura necesidad de tener que ofrecer -y pagar- ahora tasas de interés del 5,17 %, cuando de refinanciar sus pasivos se trata.
Rucalba contesta con propuestas de suba de tasas a la imposición a los contribuyentes más ricos. Apunta fundamentalmente a los más jóvenes, que enfrentan con desazón (ellos la llaman “indignación”) el futuro, mientras conviven frustrados con una amarga tasa de desocupación juvenil del 46 %.
Uno de los factores que seguramente ayudará al PP a poder regresar al gobierno peninsular, además del aludido desprestigio socialista, es su historial reciente cuando de reducir, paso a paso, el déficit fiscal se trata. En su gestión anterior el PP logró reducir a cero un déficit del 6,5 %. Ahora, cuando el socialismo hiciera crecer esa déficit hasta el 9,2 %, deberá enfrentar una reducción similar, desde que los recientes ajustes adoptados por el gobierno español deberían paulatinamente reducir el déficit actual a uno del orden de sólo el 6%.
Para España un probable cambio de timón. Para el PP, un baño de esperanza. Para el socialismo, por su parte, un momento de reflexión similar al de toda Europa, en el que deberá reflexionar acerca de los efectos económicos del “estado de bienestar” cuando sus prestaciones no pueden mantenerse en el tiempo. Pero cuidado, en el mundo en que todos vivimos, el impacto en la gente -sin distinción de banderías políticas- de los temas sociales no puede minimizarse, ellos están en el centro mismo de la agenda de la gente.
