Libia un ejemplo que reconforta
Fue el Jibril, que convenció al presidente, Nicolás Sarkozy, que el rebelde Consejo Nacional de Transición era una organización en la que Francia podía confiar y así fue ese país el primero en reconocer el cuerpo el pasado marzo.
Estuvo vez más al lado de Sarkozy en París, cuando el presidente francés hizo su primera declaración pública sobre la inminente derrota de Gadafi en manos de los rebeldes.
Jibril es formalmente el presidente de la junta ejecutiva del gobierno rebelde basado en Benghazi.
Al igual que el presidente de la NTC, Mustafa Abdul-Jalil, sirvió en el gobierno de Gaddafi, pero afirma que fue prácticamente obligado a entrar al mismo.
Después de estudiar y enseñar ciencias políticas y la planificación estratégica de la Universidad de Pittsburgh en Pennsylvania, el señor Gabriel dejó a los EE.UU. en 1984 para irse a El Cairo, desde donde trabajó como consultor e instructor de liderazgo durante muchos años.
Luego, en 2007, el hijo predilecto de Gaddafi, Saif al-Islam, le envió un avión privado a Libia, donde se le pidió que fuera ministro de Planificación Nacional para que se uniera a su esfuerzo por reestructurar la economía libia. El Sr. Jibril dijo que necesitaría un año para pensar en ello, pero al día siguiente se sorprendió al ver un reportaje de la televisión estatal que confirmaba su nombramiento y el de otros ministros nuevos. Sin embargo, él tomó el trabajo y fue nombrado presidente de la Junta Nacional de Desarrollo Económico en 2009.
Un cable de Wikileaks filtrado lo cita en unas notas diplomáticas desde noviembre de ese año como “un interlocutor serio, que” escucha “el punto de vista de EE.UU.”. Otro cable de EE.UU. describe al señor Gabriel como ” de mente reformista”. Gene Cretz, el embajador de EE.UU. en Libia, escribió que “se puso de relieve la necesidad de reemplazar la infraestructura decrépita del país y entrenar a los libios”, con un llamamiento a la ayuda estadounidense pública y privada para hacerlo. Debió haber sido convincente, ya que el cable llegó a la conclusión: “Deberíamos aceptar su oferta.”
Pero después de tratar de “vender” el régimen a los inversionistas extranjeros, terminó frustrado en el gobierno y afirma que él trató de renunciar por años, pero Gadafi no se lo permitió hasta el año pasado, cuando finalmente se fue. Así también fue uno de los primeros en unirse a la NTC apenas unos meses más tarde.
En las últimas semanas ha utilizado su capacidad de persuasión para tratar de acceder a los miles de millones de activos de Libia congelados en bancos extranjeros para ayudar a la oposición del país, establecer su liderazgo y pagar los vitales suministros médicos y humanitarios.
Jibril sobrevivió la agitación en el NTC, cuando toda la junta directiva fue despedida en masa a principios de este mes tras la lenta respuesta al asesinato del general Abdul Fatah Younis, máximo comandante de Bengasi. Las razones de su muerte aún no están claras.
A Jabril se le pidió formar una nueva junta.
Uno de sus principales retos ha sido el de disipar las preocupaciones de Occidente de que los rebeldes están luchando como un Oriente contra la guerra civil de los grupos tribales de Occidente y que los islamistas constituyen una parte significativa de sus fuerzas.
Al igual que todos los líderes del consejo, el Jibril se ha comprometido a servir sólo para un período de transición y no participar en las elecciones futuras, que los líderes rebeldes esperan que sea tan pronto como el próximo mes de abril.
El martes, pidió a los libios a mostrar moderación.
“La justicia va a restaurar su reputación, para mostrar al mundo que ustedes pueden construir una nación moderna, debemos demostrar que estamos preparados para esta revolución y ser capaces de construir un país moderno”, dijo.
