Opinión Internacional

Los coletazos de un dinosaurio

Las contradicciones que han privado siempre entre los No Alineados se expresaron una vez mas en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada en La Habana, donde se repitió el guión característico de las reuniones periódicas de una organización que algunos han llegado a comparar con las criaturas prehistóricas en vías de extinción.

Como los personajes de Pirandello que andaban en busca de autor, el Movimiento conocido como Grupo de los 77, ha visto agudizarse el problema de identidad que marcó su propia creación en tiempos de la Guerra Fría, cuando sucumbió el Bloque Soviético, perdió significado la discutible equidistancia de ambos polos que pugnaban por el control mundial y el coloso triunfador ocupó con arrogancia el escenario.

De modo que la Isla antillana ha registrado de nuevo las diferencias entre los partidarios cada vez mas contados de un enfrentamiento radical entre el Sur miserable y el Norte avasallador y quienes dentro de esa vasta familia y heterogénea comunidad de 133 estados disfrutan de un cierto bienestar, mantienen vínculos especiales de índole económica y cultural con sus antiguas metrópolis y buscan mas bien conectarse con la tecnología y las inversiones del mundo industrializado que requieren para su desarrollo.

En La Habana ha quedado patente, otra vez, la incapacidad de los No Alineados para coordinar iniciativas en la solución de sus problemas; el tema siempre delicado de los derechos humanos reavivó las fisuras habituales entre la tendencia que se inspira en la declaración francesa, y quienes sostienen, en cambio, que los países debe basar los privilegios y obligaciones de sus ciudadanos en sus respectivas tradiciones, según normas de sociedades mas bien autoritarias donde la individualidad tiene muy poca o ninguna posibilidad de florecer.

Hace ocho años -al comentar la Cumbre de Bandung que pareció cerrar el ciclo que gigantes de la talla de Nehru, Nasser, Sukharno y Tito, abrieron en los años 60 en aquella misma ciudad tapizada de buganvilias- indicamos que el robustecimiento interno a través de un secretariado ágil y dinámico y el énfasis en proyectos concretos de cooperación económica eran condiciones inaplazables si el Movimiento aspiraba de veras a jugar un papel importante en un escenario global signado mas por el caos que por el nuevo orden anunciado por George Bush tras la Guerra del Golfo,
Nos parecía que el futuro del Movimiento pasaba por archivar la satanización ritual de las fuerzas malignas, el uso pleno del G-15 como auténtico brazo ejecutivo y una autocrítica necesariamente severa, para erigirse en referencia, sobre todo moral, del combate por los cambios que los estados miembros proclaman como fundamentales.

No ha ocurrido así y es sintomático de la crisis al interior del grupo la ausencia de la China Popular, que siempre maniobró para aprovecharlo cuando rivalizaba con la Unión Soviética y los Estados Unidos y cuyo presidente estimó mas oportuno irse de visita a Israel; y la estrategia de las principales instituciones de la globalización para dar alguna respuesta a las reivindicaciones de los países mas desfavorecidos.

Y no es que alguna mosca filantrópica haya picado al Banco Mundial, el FMI o la Organización Mundial de Comercio, sino que la situación global ha llegado a un grado de deterioro que incluso las mas altas esferas parecieran coincidir con la irónica ocurrencia del maestro Gonzalo Barrios de que los muertos no pueden pagar, y anuncian reformas para contener la cólera que pudiera arrastrar consigo al conjunto de la aldea global.

Son factores que nuestra diplomacia debe ponderar con absoluta objetividad al evaluar una membresía a la que accedimos tras permanecer como país observador durante veinte años , para administranos quizás con el mismo pragmatismo de que hace gala la mayoría de sus miembros, toda vez que asuntos de índole territorial, capitales para Venezuela – concretamente el litigio con Guyana- salen a relucir con frecuencia en sus reuniones; mientras es conveniente tener voz cada vez que en éstas surgen proposiciones que nos afectan en tanto que productores petroleros.

Tal ha sido el caso en La Habana ante la solicitud del Presidente Castro de un precio preferencial para los países de menores recursos y la exigencia, que ya es rutinaria, de los países beneficiarios del Acuerdo de San José de condiciones aún mas favorables en sus facturas petroleras; que si bien son legítimas en aras de la solidaridad, plantean inconvenientes desde el punto de vista comercial y hasta de salvaguarda del interés público en lo que toca a Venezuela.

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