Opinión Internacional

Los destituidos

El Presidente está facultado para destituir a sus colaboradores cercanos,
pero debe explicar la causa de sus decisiones, a fin de no dañar la imagen
de personas que merecen respeto, como el ex Ministro de Minería, Guillermo
Dalence, o del ex cónsul general en Chile, José Enrique Pínelo, dice
textualmente en un artículo de opinión el ex Ministro de Hidrocarburos
Andrés Solíz Rada. Aunque muchas de las destituciones no tienen
aparentemente una explicación, se les puede encontrar un factor común o
relación, que las identifica con una especie de castigo, purga, o acometida,
practicada contra las personas que realizan denuncias que involucran a
funcionarios que gozan de la venia del presidente y que son parte del
entorno palaciego. El fantasma de esta relación aparece nuevamente en la
destitución del director de Dicarbi, Denver Pedraza, ocurrida en medio de
graves acusaciones que el mentado funcionario realizara sobre la
viceministra Anticorrupción, Nardy Suxo, a quien ha sindicado de haber
permitido que desmantelaran una casa incautada que le entregaron el pasado
diciembre.

Según Pedraza, su despido es el pago a un buen trabajo que hizo después de
asumir la Dirección de Bienes Incautados. La ministra Anticorrupción se
defiende aduciendo que el funcionario ha sido despedido porque durante su
gestión ha entregado 14 bienes incautados en forma irregular. Pero más allá
de los dimes y diretes, hay serias dudas sobre la conducta de muchos
funcionarios dentro de la actual gestión. En los hechos de corrupción que
han tenido que ser admitidos porque han saltado a la luz pública, se ha
observado una escasa disposición del ejecutivo para imprimir a su gestión
una celeridad en pos de la transparencia que promete a la ciudadanía.

En el caso que ahora nos ocupa, consideramos que el ministerio
anticorrupción debería estar en manos de una persona sobre la que no recaiga
ni la más mínima duda de relación con actos de corrupción. Un gobierno que
pretende erigirse como modelo de transparencia no puede dejar que los trapos
sucios se acumulen y se laven en el patio trasero de la casa. El gobierno se
está equivocando de cabo a rabo en la forma en que está tratando el tema de
la corrupción. Tememos que por cuidar la apariencia de moralidad en la que
se intenta escudar el gobierno, se escondan muchos actos que en realidad
deberían ser abiertamente repudiados y sancionados.

Nos preocupa que entre el regimiento de neo destituidos, se inaugure una
nueva forma de marginamiento, caracterizada por excluir a quienes hablen lo
que el partido o el gobierno pretenden silenciar, para no ensuciar el ropaje
de ética que desea conservar.

La verdadera transparencia es estar de cara al pueblo, mostrando lo malo y
lo bueno de las prácticas que realizan los ciudadanos que han sido elegidos
como funcionarios públicos. Lo grave y amoral es más bien el tratar de crear
una cortina de humo o intentar tapar el sol con un dedo para no estropear
los intereses del partido.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba