Opinión Internacional

Mercosur, de fracaso en fracaso

El ambicioso proyecto de integración económica, al cual pertenecen Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela (desde 2006), y lo integran como observadores Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile “es una Organización regional creada por el Tratado de Asunción (1991) para el establecimiento de un mercado común en Sudamérica, tiene su origen en un acuerdo bilateral de comercio firmado por Argentina y Brasil en 1986, el cual se amplió en 1990 para formar una zona de libre comercio.

Este gran proyecto no ha estado exento de problemas. Recordemos que la Unión Europea debió trabajar 50 años para lograr una uniformidad en criterios económicos-comerciales, políticos y sociales, llegando incluso a crear un Banco Central que regula y controla las actividades financieras y crediticias de todos sus miembros con excepción del U.K. y logró, también, establecer una Constitución única que uniforma y regula todas las leyes locales y garantiza a los ciudadanos europeos, antes que nada, la libertad y democracia.

¿Se logrará esto, algún día en el MERCOSUR? El último de los miembros, al parecer, entró al Mercado de la misma manera en que el escorpión que se subió al sapo para atravesar el río. El sapo no quería porque el escorpión lo aguijonearía matándolo en medio del río. El escorpión juró por su madre que no lo haría. Convenció al sapo y este dijo bien, móntate en mi espalda. El sapo apenas había nadado un trecho del caudaloso río cuando el escorpión le asestó un aguijonazo. El sapo le dijo “pero tú juraste no hacerlo, ahora moriremos los dos”. Ante lo que el escorpión respondió “¿Qué pretendías, no sabes que mi naturaleza es destructiva?”…

II
La cumbre realizada entre el 19 y 20 de enero (2007) en Río de Janeiro, no solamente tuvo como participantes a un escorpión, Venezuela. Sino que a este se le sumaron dos invitados más: Ecuador y Bolivia, ambos con mandatarios totalmente entregados al pensamiento único del presidente venezolano Hugo Chávez, quien plantea un “socialismo del siglo XXI” el cual aún no ha podido ser definido.

Chávez y Evo, más la suma de Correa, quien por ser un economista graduado en el clasicismo económico europeo y estadounidense, es o debería ser, al fin y al cabo, más instruido (por no decir inteligente), que sus pares socialistoides del siglo XXI.

En la cumbre Hugo Chávez juró, con arrogante tono de conferencista, de que antes que en Latinoamérica se divulgaran las tesis de Marx y Engels, Abreu De Lima, Mariátegui, y otros habían planteado el socialismo indigenista. Eso no es nada. En cierta ocasión dijo que los Aztecas y los Incas, practicaban el socialismo (seguramente de allí salió el socialismo de Sadam Hussein). El presidente Chávez negó que “radicalizaría o envenenaría” al MERCOSUR, sólo “hay que reformatear al MERCOSUR” dijo, con su mejor léxico digital. Hugo Chávez, desde antes de ingresar al grupo económico sureño, se convenció que desde allí, quitándole el liderazgo a Brasil, podría imponer sus tesis de lo que él cree es socialismo. No contó, ni le interesa, y es más, creo que no entiende las asimetrías allí existentes. Parafraseando a Don Miguel de Cervantes y Saavedra, podríamos decir que con la renta petrolera y la gran deuda externa venezolana, el presidente Chávez podría parecer a “Un asno cargado de oro subiendo fácilmente la montaña”, lo cual no deja de ser cierto pues el oro se va quedando en Bolivia, Brasil, Cuba (en especial), Nicaragua, etc.

Yo recuerdo, que en una ocasión, estando en Quito, compré algunas esmeraldas, con algunas pequeñas fallas, de esas que solo los entendidos reconocen, y las regalé entre mis primas y amigas. Obviamente, fui el hombre más popular por durante unos seis meses, subí a Caracas, como el asno de don Quijote…

El problema que le presentará el presidente Chávez al MERCOSUR, no deja de tener importancia, toda vez que allí, los principales miembros creen en el libre comercio, en los tratados de libre comercio con EE.UU., unos y Europa y Asia otros, y entre países de la misma América Latina.

El Presidente venezolano adversa los tratados de los países americanos con EE.UU., mientras que por otro lado el clama por independencia y no sumisión ha firmado tratados con casi todos los enemigos del coloso del norte y con países que están en tela de juicio ante la ONU por sus posiciones belicistas: Irán, Corea, Cuba, etc. Y, por otro lado, quiere imponer en el tratado del MERCOSUR ideas como las de un Banco Central, sin autonomía, como el de Venezuela, en economía quiere plantear el sistema del trueque: petróleo por pollos, por ejemplo; quiere que haya un control total sobre la banca. Por otra parte el BCV financia, desde hace mucho, al Gobierno “revolucionario”, con un truco contable de la “utilidades cambiarias y la entrega de reservas internacionales” de esta manera violentan las estadísticas sobre tasas de interés, el encaje y las comisiones bancarias” y, además, propone la creación de un Banco del Sur, con el que quiere suprimir la dependencia del FMI, lo cual, obviamente, le crearía un problema para el intercambio comercial internacional toda vez que la banca internacional se rige y se guía por los informes financieros del FMI, organismo creado por la ONU en Bretón Woods en 1946 con el fin de arbitrar y controlar las finanzas mundiales, en especial la de los países más dependientes o pobres.

Venezuela cree en el control de cambios y en el control de precios, lleva ya tres años con esta práctica y es el país con la inflación más alta del mundo. La inflación alimenticia supera el 26% y el país requiere del 30% de sus divisas para medio alimentarse: los anaqueles de los supermercados están semi vacíos, no se consigue azúcar en ningún lugar, ni muchos otros productos de la dieta básica del venezolano. El pueblo venezolano se está acostumbrando como el cubano a hacer largas y tediosas colas para conseguir algunos alimentos en la red estatal de distribución, Mercal que se supone debería venderle los pocos productos que posee a precios controlados pero no lo hace así.

Ahora, el gobierno quiere estatizar toda la minería, incluyendo los hidrocarburos en donde hay inversiones de Brasil, Chile y Argentina. La electricidad, teléfonos, hierro, aluminio, etc. también serán estatizadas a pesar de que allí hay grandes intereses e inversiones de Japón, México, Canadá, etc.

Chávez, lamentablemente, cree que todo esto es socialismo. No entiende que es solo imitación de lo que se llamó socialismo durante el siglo XX que terminó en fracaso, en un fracaso tan grande que Vietnam, China y otras pequeñas naciones que quedaban como muestra del jurásico socialista implantado por Stalin, ya están de regreso y han adoptado la libre competencia de los mercados con una fuerte dosis de privatizaciones. Alguien recordó que con razón Trotsky había dicho que “un militar no podía ser socialista”.

III
Todas estas iniciativas y tesis, Chávez las quiere llevar al MERCOSUR. Sigue con un discurso demodé, acusando al imperio de todos los males de América Latina y del Mundo. En este caso el imperio es Estados Unidos (no sabemos por que no Francia, Alemania, UK o Japón; en fin, cada quien con su tema).

La cumbre del MERCOSUR, volvió a caer en el mismo juego de las anteriores: el desequilibrio del tamaño de las economías, la pobreza de sus habitantes, la necesidad de que el sistema evolucione. De cumbre en cumbre se ha venido escuchando exactamente lo mismo. ¿Qué cambió en esta ocasión? La intervención de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, cuyo país tiene las tasas de desempleo más bajas de la región (6%), el mejor estándar y calidad de vida y cuenta a su haber con 49 tratados de Libre Comercio en el ámbito mundial. Bachelet ofreció al MERCOSUR una red de acuerdos comerciales de Chile, en especial aquellas que existen con los países de Asia y del Pacífico, para que el MERCOSUR vendiera sus productos, en contraste con el presidente Hugo Chávez, que como dijimos, buscó “reformatear” el pacto parea dotarlo de atribuciones políticas “anti-imperialistas”, pero, sin mencionar al imperio, el cual, de pronto, se encuentra fuera de nuestra galaxia.

Obviamente, en este sentido, Chávez, quien fue apoyado y por Evo Morales, por Correa, fue resistido por Brasil, por Chile y Argentina no se pronunció, con la típica posición de Kirchner que siempre que hay algo escabroso se levanta para ir al baño.

El acuerdo final, firmado por Brasil, Paraguay, Argentina, Uruguay y Venezuela como miembros plenos y Colombia, Chile, Bolivia, Ecuador y Perú como asociados, advierte que hay “diferencias estructurales” (lo cual es obvio), la cuales “trascienden los tamaños de las economías”. Esto, es lo que se ha venido acordando en todas las reuniones anteriores, sin que realmente se produzcan cambios en las estructuras del grupo.

V
Los verdaderos perdedores inmediatos de esta cumbre han sido, sin duda los más pequeños: Paraguay y Uruguay. El presidente de Uruguay Tabaré Vásquez condicionó la permanencia de su país en el MERCOSUR, y no sin razón. En la próxima ronda (2008) que se efectuará en Paraguay, deberá decidirse si habrá flexibilización pata ambas naciones, en caso contrario, dijeron sus mandatarios, firmarán un TLC con Estados Unidos. Ambos países acumulan multimillonario déficit económico en el intercambio con sus socios pero, Argentina y Brasil no logran acuerdo para flexibilizar el trato comercial a estas naciones. Por otra parte, los Goliat económicos de la región, Brasil, Argentina y Venezuela, amenazaron, por debajo cuerda, las pretensiones de paraguay y de Uruguay de firmar un TLC con EE.UU.: lo cual significará, sin duda, el aporte de otros capitales a esas naciones para sobrevivir en un acuerdo tan leonino como lo es el MERCOSUR. Ambos países, dejaron en claro que no buscan dávidas ni beneficencia pública, queremos, dijo Vásquez, “como sujetos de derecho, justicia”
Finalmente, y como lo planteó Bachelet, pareciera que la salida a los problemas de Paraguay y de Uruguay, pasarían por Chile, país que hasta ahora ha invertido 30 mil millones de dólares en el MERCOSUR y ha aumentado sus exportaciones desde 1999 de US.$ 650 millones a US.$ 3,72 mil millones en 2006, con importaciones hacia Chile que superan lo 9 mil millones de dólares.

Esto, seguramente, será considerado por Uruguay y paraguay, buscarán una salida al Pacífico y al Asia, y se sumarán al exitoso modelo chileno, país que además propuso que la integración debería generar “beneficios tangibles para nuestros pueblos” defendiendo su propuesta de proyectos de protección social dentro del MERCOSUR, para lo cual, Bachelet, insistió en crear un Observatorio Regional de desarrollo Social.

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