Opinión Internacional

Metamorfosis

En mi artículo de la semana pasada ofrecí referirme hoy a lo ocurrido en Puerto España entre el teniente coronel presidente y el presidente Obama. Mucho de lo que pensaba decir lo escribió ya Carlos Blanco en su columna «Tiempo de Palabra» el pasado domingo.

Acostumbrados a los cambios de discurso y de personalidad del teniente coronel presidente según la audiencia o el auditorio ante el cual se presenta, no debe sorprendernos que luego de haber amenazado con cañonear la Cumbre de las Américas terminara lanzando papelillos y serpentinas y dejando en la estacada a sus colegas del ALBA.

Sin embargo, no deja de llamar la atención el cambio de su actitud hacia el presidente norteamericano a quien apenas un par de semanas antes había calificado de ignorante. «Al menos uno pudiera decir pobre ignorante, que estudie, que lea un poco para que aprenda cuál es la realidad de lo que está viviendo y la realidad de América y la realidad del mundo». Seguramente para ayudarlo a superar esa falencia es que le obsequió el libro «Las venas abiertas de América Latina». Pero quien evidenció ignorancia supina fue el propio teniente coronel presidente porque el escenario latinoamericano de que habla Eduardo Galeano en su obra ha dejado de tener vigencia.

Lo cierto es que aquel orangután agresivo que vimos en Cumaná durante la cumbre de los tírame algo, se convirtió en Puerto España en un manso chimpancé, feliz de haber podido estrecharle la mano al cabecilla del odiado imperio capitalista. Esta metamorfosis la describe muy bien un despacho de prensa que dijo: «Llegó a Puerto España con el ceño fruncido y el aparente ánimo de enfrentar a Obama en la V Cumbre. Poco después, sin embargo, se mostraba sonriente y haciéndole regalos a quien supuestamente iba a ser su contrincante en el gran duelo de la reunión».

En todo caso logró coronar con éxito su ambicionado propósito de tomarse una foto con el presidente Obama. Supuestamente este último fue quien buscó el acercamiento con el mandamás de Miraflores, pero Carlos Blanco describió muy bien en su columna las circunstancias que rodearon esa instantánea fotográfica.

Por otra parte, la versión que de esas circunstancias ofreció el propio mandante venezolano (El Universal, sábado 25-04-09. Pág. 1-5) podrían servir de guión de una pieza de teatro en el mejor estilo de Laureano Márquez y Claudio Nazoa:

«De repente yo veo que el caballero Obama viene directo a darme la mano. Vino con una sonrisa. Yo le sonrío. Si hubiera venido con cara de bravo, le pongo cara de bravo. Si me hubiera lanzado una derecha, le lanzo la izquierda. Ah! Le di la mano. Nos dimos la mano, lo cual causó un alboroto en el salón, porque muchos creen que soy un ogro. Soy capaz de reír. La mano sí. La sonrisa sí. Y una vez y dos veces, y la tercera y cuarta vez. Luego, en la despedida se acercó y me dijo: bye bye my friend. Y le dije: bye bye Obama».

Tampoco deja de llamar la atención el hecho de que la única foto de aquel estrechón de manos, reproducida por casi todos los medios en el mundo, es la que tomó un fotógrafo oficial venezolano, al punto de que cuando CNN la difunde aparece con el rótulo: «Venezuelan government photograph». Tampoco fue improvisada la entrega del libro al presidente Obama. La escena seguramente fue debidamente preparada y ensayada para que se viera claramente la carátula del libro de Galeano que sostenía en sus manos el teniente coronel presidente.

Estos detalles pudieran lucir intrascendentes. Sin embargo, le permitieron al presidente norteamericano conocer la verdadera personalidad de su colega venezolano. De allí que cuando un periodista le preguntó por qué no se había fotografiado también con otros mandatarios de la región, respondió: «Tuve encuentros con todos, pero Chávez es más hábil para posicionarse delante de las cámaras».

Se han forjado muchas expectativas alrededor de ese relajamiento de las relaciones personales del gobernante venezolano con el gobernante norteamericano. Digo «las relaciones personales» porque en ningún momento las relaciones venezolano-norteamericanas han estado afectadas. Venezuela le sigue vendiendo petróleo a ese país, seguimos comprándole de todo al «imperio» y el tráfico de personas, incluidos los chavistas a quienes les encanta viajar a Estados Unidos, sigue siendo normal. Además, las amenazas de suspender el suministro de petróleo al vecino del Norte se las tuvo que meter en el bolsillo trasero como consecuencia del impacto de la caída del precio de nuestro principal producto de exportación.

Como dijo David Axelrod, asesor político de Obama, el gobierno norteamericano sabe que «los gestos de buena voluntad que se produjeron en la Cumbre de la Américas no son suficientes… El presidente de Venezuela debe enterrar su discurso antiamericano y tratar de cooperar con EEUU si quiere normalizar las relaciones… Debe parar ese antiamericanismo rampante y de mal gusto que hemos visto durante los últimos ocho años».

Coincido con mi colega, tocayo y amigo Adolfo Salgueiro. Esa luna de miel del teniente coronel presidente con el presidente Obama no durará mucho. Ojalá me equivoque, pero lo cierto es ya comenzaron los primeros escarceos: «El imperialismo sigue vivito y coleando bajo el gobierno de Obama… Seguiremos luchando contra todo tipo de imperialismo… Seguiremos construyendo el socialismo bolivariano».

www.adolfotaylhardat.net

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba