Movimientos plantean gran alianza antineoliberal

Porto Alegre, ciudad limpia, verde y cálida, que desde hace 12 años está gobernada por el Partido de los Trabajadores, acoge a los delegados de todo el mundo que participarán en el Foro Social Mundial que se cumplió del 25 al 30 de enero. Grandes carteles y afiches colocados en calles, iglesias y mercados, anunciaron la realización del Foro que rebasó todas las expectativas: los organizadores preveían la participación de 2500 personas y llegaron 10.000 de 122 países.

El Foro de Porto Alegre (que es un contrapunto al Foro Económico Mundial que se reúne en estas mismas fechas en Davos, Suiza, congregando a representantes destacados del pensamiento neoliberal) también ha recibido una amplia cobertura de los periódicos locales que destacan la polémica que ha provocado unas declaraciones realizadas por el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, en
Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en las que cuestiona el apoyo financiero del gobierno del Estado de Río Grande do Sul al Foro, defiende las privatizaciones y se lanza contra aquellos que se oponen a la globalización. Olivio Dutra, gobernador petista del Estado de Río Grande do Sul, respondió que los gastos del Foro Social son transparentes y están a disposición de toda la sociedad. Destacó, así mismo, que el Foro Social Mundial es una respuesta a «aquellos que tratan de subordinarse al pensamiento único neoliberal, como es el caso del gobierno federal de Cardoso».

Para la inauguración se realizó una gran movilización «contra el neoliberalismo y por la vida» que recorrió las calles de la ciudad y culminó en un gran festival
musical. Los temas generales del Foro giran en torno a la producción de riquezas y reproducción social; el acceso a las riquezas y su sustentación; la afirmación de la
sociedad civil y de los espacios públicos, y el poder político y ética en la nueva sociedad. Paralelamente al suceso, se realizarán 400 eventos en distintas partes de la ciudad que abordarán los temas más variados: desde deuda, comunicación, ecología, pasando por participación popular, derechos laborales y transgénicos.

«Los gobiernos se reúnen en Davos para diseñar las políticas que van a implementar en el futuro, a ellos no les tiembla la mano ni les remueve el corazón para globalizar el hambre y la represión, frente a ello nosotros también tenemos que globalizar nuestra lucha y el Foro Social Mundial es un espacio para buscar la unidad frente
al proyecto de los poderosos», dice el mexicano Gilberto Silvestre, dirigente de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, CLOC.

Vía Campesina, movimiento con 40 millones de afiliados en los cinco continentes, participa activamente en el Foro Social con medio centenar de delegados y realizará talleres en torno a semillas y lucha contra los transgénicos, soberanía alimentaria. privatización y patentes.

Rafael Alegría, secretario operativo de esta organización campesina mundial, señala que las mujeres, indígenas, los pequeños y medianos agricultores son los más afectados por el modelo neoliberal y sus políticas de ajuste estructural. Los gobiernos han readecuado su marco jurídico y político y han cerrado todos los espacios para que los campesinos puedan acceder a la tierra por la vía de la reforma
agraria; los procesos de privatización de los servicios públicos han avanzado tremendamente y se ha desmantelado la parte institucional que antes servía, de alguna manera, a los pequeños agricultores para la producción.

La liberalización de los mercados es un mito, no hay tal libre mercado, enfatiza Alegría. «Y no lo hay, continúa, porque los pequeños agricultores no estamos en el libre mercado, es un libre mercado para las transnacionales, lo que existe es un comercio mundial entre las multinacionales, apoyado por los estados más industrializados de Europa, Estados Unidos y Canadá, que incluso subsidian sus exportaciones e inundan con sus productos a los países tercermundistas». El resultado de todo esto es que la producción campesina de maíz, frejol, soya y otros no se puede vender ni colocar aún en los mercado locales.

El Fondo Monetario Internacional, FMI, el Banco Mundial y otras instituciones poderosas le han dado el mandato a la Organización Mundial de Comercio, OMC, para impulsar una mayor liberalización de mercados y de capitales. La OMC se
perfila como la organización internacional más fuerte pero también es la que tiene más problemas, debido a que en su Cumbre en Seatttle de finales del 2000 terminó sin ningún acuerdo, y no hay duda que son las grandes movilizaciones de los pueblos, y las contradicciones entre los Estados ricos y pobres los que impidieron los acuerdos. Ahora donde se reúnen la OMC, el FMI y el Banco Mundial está presente la resistencia de los pueblos, después de Seattle, grandes movilizaciones se produjeron en Bankok y Praga; ahora creemos que Porto Alegre debe ser la continuación de estas movilizaciones de los pueblos, señala Alegría.

«Creemos que es indispensable crecer con estos procesos de articulación mundial, manifiesta Alegría, lograr mayor unidad de los gremios sociales, Ongs, iglesias, etc, es decir, ir construyendo una gran alianza mundial antineoliberal».

«Ahora hay un mayor espíritu de movilización, de resistencia y de rebeldía de grandes sectores de la sociedad mundial. Por otro lado, consideramos que es
necesario articular una propuesta alternativa frente al modelo neoliberal en la agricultura, esto no es tarea solo del sector campesino sino de todos los sectores de las sociedad. Yo creo que el modelo neoliberal está en crisis, que tocó fondo, y que ahora hay que ir para arriba, expresa el dirigente campesino de nacionalidad hondureña.

Aunque no se ha previsto una declaración final del Foro de Porto Alegre, representantes de movimientos sociales han anunciado que van a reunirse y harán una declaración en la que fijarán su posición frente al modelo neoliberal y harán
un llamado a la unidad, la solidaridad y la lucha global.