Ni en Chile ni Haití tienen paz los sepulcros
No se puede olvidar con facilidad aquella multitud de agonizantes que fenecieron en batalla contra lo incontenible. Hoy se destapan desde los cimientos de la tierra y los escombros, los temas sociales que los medios ocultaron. ¿No eran la primera y más opulenta economía del continente ¿Su realidad: farsa. Se delata hoy cómo sociedad dividida entre el 5% de acaparadores que acumula el 90% de la ganancia contra un 95% viviendo en condiciones que los noticieros retratan. Miramos gente solicitando lo elemental, agua, comida y cobija ¿reciben? un pinochetero “toque de queda”. Absurdo recurso de las fuerzas militares y económicas para demostrar al pueblo quien manda y las armas de siempre dispuestas a defender la sagrada propiedad. El hambre y la sed, pueden esperar.
En Chile reina el asombro. Se hace notable la falta de organización. Esperemos las ideas del supergerente. La compasión del Estado por los menos aventajados día a día languidece. Es más, nunca importó. Ese pueblo solo le sobra cuanto a ellos les falta: moral y virtud.
¿Quien vela hoy en Chile por la vida de los ciudadanos sin voz para pedir justicia?. No creo aptos a los chicago boys para escucharlos. Los yuppies solo están ocupados repartiéndose los cargos y prebendas públicas, prometidos por Piñera.
Muchas preguntas y dudas asaltan. ¿Cómo explica el Gobierno esa rara ecuación, reconocer 500.000 casas destruidas, en una madrugada adonde todos dormían, para finalmente contabilizar 800 victimas¿. ¿Milagro?.
Hay caos nadie controla nada. Michelle se va y el Elegido y sus yuppie poco tienen que decir. Solo esperan la coronación. Ninguno responde de nada. Menos Sebastián. ¿Se puede pensar en Piñera inculpando a sus compadres de la construcción e Ingeniería del oprobio?. Sus financistas. Capaces de mezclar bosta con cemento y cobrarlo como concreto en edificaciones pagadas con financiamiento externo. Su materia es corrupta, válida para imponer préstamos impagables, y comprometer la gente hasta el fin de sus días. Hoy sin hogar, protección social e hijos en la calle. Bella herencia pinochetista. Llegó Katrina a Chile.
