Opinión Internacional

No drama Obama

Para inculcar las normas de una sociedad o para inducir a transgredirlas se usa el discurso del mito, del cuento infantil o el político, en especial el revolucionario. A nivel subconsciente se ha creado un estereotipo del numero de roles, localidades y programas temporales que rigen la vida del individuo en la sociedad. En análisis transaccional para explicar la estructura discursiva, Karpman propuso al drama cuya intensidad esta determinada por la tasa de cambios en los roles posibles entre victima, perseguidor y salvador y entre las ubicaciones entre lo cercano y lo lejano que a su vez se subdividen entre lo abierto y lo cerrado, lo privado y lo publico.

Desde que llego la calamidad bolivariana, Chávez nos perturba con un drama con una tasa muy alta de cambios de rol y de localidades. Para ello necesita a Bush, al Imperio, el golpe, la oligarquía, los medios, la disidencia. Estos peligros le permiten victimizarse en el me quieren a mi, quieren detener el proceso, quieren al petróleo de los venezolanos, quieren volver a gobernar, quieren someter al pueblo. Por eso busca el conflicto externo – donde ya nadie le presta atención sino los chulos y el vecino que lo tiene prensado- o el interno – donde la disidencia democrática debe aprender a darle donde le duele-. Ha sido “el drama de Chávez” que ya nadie soporta.

Para parecer presidenciable y ser presidente de los EE.UU. Obama ha mantenido una retórica calmada y argumental. Ya el mundo reconoce en él, a un individuo educado y apropiado para la gestión ejecutiva de una potencia nacional en un mundo global. Es el Harvard del Uber-educado. No ha buscado su victimización ni su persecución ni ser salvador de nada. He aquí su nueva política. Es la retórica imperial denominada por un discurso y una conducta de “No drama, Obama”. En el ámbito domestico la vimos durante la campaña y en la manera de abordar la crisis financiera de EE.UU. y del mundo global. En el ámbito internacional la hemos observado con el misil Norcoreano y la orden de atacar a piratas africanos. “No drama, Obama” será contrastada con la retórica apocalíptica del bloque ALBA resumida en “El drama de Chávez” que evidentemente asumirá a plenitud el concepto transaccional durante la cumbre. Que aprenda la disidencia este enfoque de ningún drama. La política extranjera basada en un enfoque realista de negocios enfocados en intereses y relaciones de país a país que promueva la democracia y los derechos humanos se hará presente en Puerto España. Chávez será aislado y subsumido por los intereses regionales.

Parte de una política opositora de ningún drama se debe centrar en el fracaso del proceso, el desmantelamiento de las instituciones del Estado, del olvido del juramento de la Constitución, la perdida de los altos ingresos que tardaran en volver, en su situación de debacle de ingresos, en la exigencia en la calle de las elecciones parlamentarias y de concejales, la criminalización de la disidencia, en la defensa de la libertad de expresión y de los medios, en la denuncia de los banqueros que buscan arreglos interesados y en la conflictividad creciente de gremios y sectores. Él busca el conflicto interno y nos amenaza con dejar de ser el rey de los pendejos para pasar a ser el rey de los gorilas. Al encontrar de frente al factor democrático, que crece y crece, terminara su fracaso ejerciendo el rol de rey de los araguatos. En ese entonces, vencerá la política de ningún drama o las realidades que no ha sabido enfrentar. Debió haber sido fiel al juramento militar y quedarse en la cantina del cuartel. En lo público su deficiente educación lo ha puesto en evidencia. El fracaso es su drama personal.

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