Nuevo embajador de Estados Unidos en la ONU
Washington (AIPE) El nombramiento de John Bolton como embajador de EEUU en la ONU es oportuno y el momento es crucial para la organización mundial. Debido al escándalo del programa «Petróleo por alimentos» y a las acusaciones de abusos efectuados por las tropas de paz en el Congo, la confianza del pueblo norteamericano en la ONU se ha hundido a su más bajo nivel. La ONU se encuentra sumida en una profunda crisis y necesita un nuevo y vigoroso liderazgo.
Bolton conoce bien a la ONU por sus cargos anteriores, pero no gana allí ningún concurso de popularidad. Sin embargo, se hará notar y defenderá con dinamismo los intereses norteamericanos sobre la toma de responsabilidades y necesaria transparencia de la organización mundial.
El nombramiento de Bolton simboliza la importancia que la administración Bush le da a la reforma de la institución multilateral más grande del mundo. Su nombramiento también indica la necesidad de un fuerte liderazgo americano en la ONU.
Como veterano de tres administraciones, Bolton tiene un currículum distinguido como diplomático y como funcionario público, habiendo servido como subsecretario de Control de Armas y Seguridad Internacional, secretario asistente para Asuntos de Organización Internacional (donde supervisaba la participación americana en la ONU) y administrador asistente de la Agencia Americana para el Desarrollo Internacional, la agencia de ayuda externa.
Bolton tiene gran peso en Washington y es respetado por muchos congresistas. Sus opiniones están en sintonía con el creciente reclamo del Congreso de exigir responsabilidades a la ONU, ya que el ciudadano estadounidense contribuye con una gran parte de sus gastos. Actualmente se llevan adelante no menos de cinco investigaciones en el Congreso en Washington para averiguar lo que pasó con dinero del programa iraquí «Petróleo por alimentos», como también una investigación profunda del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes para analizar las operaciones de las tropas de pacificación de la ONU.
El nombramiento de Bolton indica que la Casa Blanca considera central el papel de las Naciones Unidas. Es de interés nacional que la ONU sea un cuerpo mundial efectivo, responsable de sus actos y con credibilidad.
Ante la creciente amenaza a la seguridad planteada por naciones como Irán, Corea del Norte, Siria y Venezuela, el papel del Consejo de Seguridad aumentará en importancia y Bolton será una figura clave en cualquier negociación que se lleve a cabo.
Estados Unidos también debe asegurarse que la ONU profundice mucho más sobre el genocidio de Sudán y que tome una posición clara sobre los derechos humanos en el mundo entero. Un aspecto fuerte de Bolton es su buena voluntad para enfrentarse a los tiranos desde Pyongyang hasta Teherán. La claridad moral de Bolton será un soplo de aire fresco para la ONU. Por ejemplo, una de las prioridades claves del nuevo embajador debería ser la reorganización de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, entre cuyos actuales miembros hay varios de los peores violadores de derechos humanos en el mundo.
El nombramiento de Bolton como embajador de Estados Unidos a la ONU significa que este país está comprometido a transformar la ONU actual en una institución multilateral seria y moderna, para que sea efectiva en el siglo XXI. Bolton hará lo que se necesite hacer, desafiando la mentalidad continuista, defendiendo los intereses de EEUU y señalando el camino de la reforma.
Por encima de todo, el embajador Bolton será una fuerza importante en la transformación de una institución que en gran parte ha perdido la confianza de los ciudadanos de Estados Unidos.
(*): Académico visitante de políticas de seguridad, Heritage Foundation.
