Porto Alegre explota, el sur festeja

Concebida como idea casi utópica hace un año, plasmada como iniciativa internacional en junio del año pasado en el marco de la Cumbre Social Mundial de Ginebra, el anti-Davos del Sur abre sus puertas este jueves en la capital del Estado brasileño de Río Grande del Sur.

Porto Alegre explota. Y se percibe en diarios, revistas, centros culturales, parques, plazas y calles una atmósfera inimaginable. Estimulada por un programa intenso que durante seis días colocará a la ordenada ciudad «gaucha» de cerca de dos millones de habitantes en el centro de la atención internacional.

Si hasta ahora su nombre se asociaba al de la cuna del presupuesto participativo, a partir de este jueves será la rampa de despegue de un nuevo movimiento de coordinación. Un movimiento que busca alternativas mundiales a la globalización neo-liberal, tal como lo perciben los portavoces de la convocatoria.

No se trata de un Foro de protesta. Se presentarán reflexiones, propuestas de tesis, experiencias concretas, iniciativas políticas que escapan a aquello que se denomina habitualmente el «pensamiento único».

Tenemos la pretensión de demostrar que otro mundo es posible, señala a la prensa Oded Grajew, empresario de 56 años, Presidente del Consejo de Fundación del Instituto Ethos y uno de los principales organizadores del encuentro internacional.

Para subrayar enseguida que el evento será propositivo y no un muro de lamentos por el neoliberalismo. El Foro no se limitará a las críticas, será mucho más que eso, insiste.

Pero si la creatividad política puede desbordar en el Foro Social Mundial, mucho más la decisión de los principales movimientos sociales brasileños por marcar la línea de base de que no hay reflexión sin acción . Se pretende que el Foro no sea un encuentro más de intelectuales progresistas sino la síntesis de importantes movimientos populares, activos y contestatarios.

Este jueves y como señal de partida, luego de una primera sesión formal de apertura a primeras horas de la tarde, el Movimiento de los sin Tierra, la Central Única de Trabajadores y otras organizaciones sociales convocan a una movilización masiva en las calles.

Rememorando lo que fuera la histórica «marcha de los 100 mil» del año pasado, las organizaciones populares, -ahora un poco menos pretensiosas y conscientes que las vacaciones veraniegas pueden limitar el poder de convocatoria- plantean movilizar varios miles de brasileños. A los que se sumarán los varios miles de delegados y participantes extranjeros que ya inundan la ciudad y sus alrededores.

La marcha, según los planes iniciales del Comité de Organización del Foro Social Mundial pasará pacíficamente frente a un Mac Donalds en signo de denuncia. Se manifestará frente a uno de los grandes bancos extranjeros que se dedican a vaciar las entidades financieras nacionales y, posiblemente, hará una parada silenciosa en uno de los sitios céntricos visitados por el Papa cuando estuvo en Porto Alegre.

Del centro, la marcha seguirá hacia el anfiteatro Por de Sol (la Puerta del Sol), donde un masivo acto cultural dará el pitazo inicial, real, del Foro.

Centenares de actividades culturales, exposiciones, ferias de libros, funciones especiales de cines con programas anti-globlización aparecen en programas diversos que forman parte de una ola imposible a seguir.

Cerca de la Universidad Pontificia que será la sede central del Foro, se asientan el campamento de los pueblos aborígenes y el campamento de la juventud. En lugares descentralizados de la ciudad, una serie de eventos complementarios marcarán un ritmo casi infernal.

No se olvidarán las «visitas guiadas» a asentamientos cercanos del MST y a barrios de la ciudad para informarse en vivo y en directo sobre la gestión práctica del presupuesto participativo. Estas dos actividades se realizarán en respuesta a insistentes pedidos de los delegados y participantes extranjeros.

Vamos a Porto Alegre para intercambiar experiencias concretas, para mirarnos las caras entre todos, para pensar y mejorar alternativas, señala María das Graças de Jesús, joven dirigente barrial de San Pablo, miembro de la dirección estadual de la Central de Movimientos Populares en diálogo exclusivo con Púlsar.

Es un enorme desafío para los movimientos sociales del Brasil… No es fácil digerir la organización de algo tan grande en poco tiempo. A pesar de estos «miedos», estamos convencidos que es una gran ocasión para coordina mejor toda la red de movimientos sociales de aquí, del Sur, y del Norte, señala por su parte «Cecinho», líder nacional de la misma organización.

Estarán todas voces que son tan variadas como complementarias, con expectativas tan amplias que si los avances son posibles, las desiluciones también. El desafío se abre en Porto Alegre al ritmo de música, de verano caliente, de cansancio por el neoliberalismo y de ganas de construir en serio.