Opinión Internacional

Postgasolinazo, gobernabilidad urgente

El reciente e impopular “gasolinazo” deja muchas interrogantes, algunas de especial preocupación. Porque para dictar una medida de esta envergadura, tiempo y cordura. Se tuvo que haber analizado y debatido mucho antes y en profundidad a todos los niveles del gobierno,  empezando por los más  técnicos. Imposible concebir su manejo en el marco discreto de unos pocos. Menos todavía que estuvieran ausentes o les fuera  desconocido a los directamente involucrados, empresas del sector  energía e hidrocarburos.  Ellos, con seguridad,  habrían detectado hace tiempo las fallas en las políticas del sector, y habrían expresado sus observaciones. Además, se contaba ya con muchas advertencias y comentarios de analistas y profesionales independientes, señalando aciertos,  pero también dudas y errores, los mismos que con el Decreto 748 se han reconocido oficialmente.

¿Cómo entender que se haya llevado al país a una situación declarada  como “insostenible”? El buen gobierno empieza ejercitando el sentido común. El acceso a buena información es vital cuando se trata, como en este caso, de la generación de los principales recursos del Estado. Sólo contando con información actualizada y  correcta sobre la realidad del sector  se pueden trazar políticas sociales, de impulsar la  industrialización de los recursos naturales, etc. Es decir, convertir el discurso del cambio en proyectos para  “bien vivir”, con los pies en la tierra.

¿Qué pasó? Los responsables de hacienda, de obras públicas, de planeamiento, ¿no sabían nada o no tienen acceso a la información pertinente? ¿De qué se habla en las reuniones de gabinete? Es de suponer que no es para llevar el último chiste de la calle, ni para comentar las peripecias del que salió “huyendo” de otro juicio, y menos sobre cuales son las problemáticas de los chinos, coreanos, iraníes, cubanos, venezolanos, nicaragüenses, palestinos, etc. Porque esos países tienen gobiernos propios para que los atiendan. La preocupación en realidades ajenas, y algunas muy extrañas,  quitan energías, recursos y tiempo –la mayor parte de las veces lo más valioso.

Pero, sorprende al extremo, la negativa de autoridades a todo nivel de reconocer que sabían algo sobre la medida a tomarse y finalmente tomada en el D748. No se trata de cuántos puntos a favor o en contra se apuntan los diversos actores con la medida. Si no de, si se dan cuenta, en especial el Presidente y el Vice del costo que como sociedad se paga con la pérdida de credibilidad de la sociedad para con sus conductores. Ni para qué decir frente a la comunidad internacional, especialmente empresaria. Después de esto de nada servirá, durante un buen tiempo, lo  que el gobierno  afirme, niegue o calle.  Un manto de duda se ha puesto sobre toda la gestión. Recuperar la confianza se convierte en prioritario para poder resolver la crisis, de lo contrario, asistiremos a su profundización. De nada sirve carretón sin bueyes, y viceversa. 

Parece claro que pasó la hora de discutir sobre las causas del marginamiento, la discriminación y el sexo de los ángeles. Hay pobreza, miseria, falencias en infraestructura y servicios mínimos para hablar de vivir con dignidad.  El tener en la mira otras cosas durante cinco años ha descuidado la planificación seria y responsable de la inversión, la generación de empleos, el consolidar y ampliar mercados para nuestros productos tradicionales y sobre todo para los no tradicionales. ¿Cuánto se ha perdido y cuánto se ha recuperado en este tiempo?  Si los pobres interesan, sus necesidades  deben ser atendidas con preferencia.  Con mucho menos discurso una ley como la de Participación Popular revolucionó hasta el último rincón distribuyendo de manera equitativa  y rápida los recursos económicos del Estado, facilitando la transformación de las condiciones de vida de los ciudadanos en todos los municipios.

En este caso todo apunta a que la información correcta estaba en manos del Presidente. Hasta el ministro de Hidrocarburos explicaba en declaraciones a Página 12, revista argentina,  con la medida “Pretendemos cerrar un enorme agujero financiero provocado por el combustible. Hace unos años, el Estado subsidió los hidrocarburos con el objeto de generar buenas condiciones económicas para el pueblo de Bolivia, y también para ganar competitividad en el mercado interno” (www.pagina12.com.ar). Había una  estrategia, ¿qué falló?

El Vice ha mencionado al Pacto de la Unidad como “el  que  conduce las  grandes sublevaciones  y  transformaciones en  el país en defensa  de los  intereses de los  bolivianos, convirtiéndose  en la columna  vertebral del movimiento  del pueblo  boliviano” (www.vicepresidencia.gob.bo/Inicio/tabid/36/ctl/noticia/mid/471/code/201012211/Default.aspx)

Y Evo Morales,  Presidente de todos los bolivianos, se va al Chapare a explicar las razones de la medida (www.patrianueva.bo/noticias/noticia.php?); finalmente se reúne el último día del año en Lauca Ñ con las seis Federaciones de Cocaleros. De allí en más la determinación es abrogar el Decreto 478, es decir, el “reculazo” (www.elsistema.info/index.php?option=com).

¿Qué le dijeron a Evo cocalero en contra de la decisión de Evo Presidente? Este es un tema de fondo. Puesto que nadie ha elegido a los movimientos sociales, ni al pacto de unidad, menos a los cocaleros para dictar rumbos ni gobernar al Estado. Por otra parte, tras la promulgación del infortunado decreto sólo algunos dirigentes de los impropiamente llamados movimientos sociales lo apoyaron de forma pública, aunque tímida. ¿Tendrá esto algo que ver con lo mencionado por el Vice de la disponibilidad de 120 millones de dólares para la cuenta del Fondo Indígena, “dinero que debe ser administrado con transparencia”? Lo sabían los dirigentes. ¿Sabían algo de esto las bases, que se tiraron en contra del Decreto junto a la mayoría del país? Es la fe en el Estado lo que está en entredicho; es requisito urgente para la gobernabilidad saber quién gobierna el país. 

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