Putin conquistó Londres
Vladímir Putin se apuntó un tanto en su primer viaje a Occidente como presidente electo de Rusia ya que, a partir de ahora, y pese a las profundas divergencias existentes sobre Chechenia, puede contar con el premier británico Tony Blair como poderoso aliado.
La elección de Londres como meta de su ‘debut’ internacional fue un éxito: Blair acogió calurosamente a Putin, al que saludó como una persona «que habla nuestro mismo lenguaje sobre las reformas, quiere una Rusia moderna y una relación fuerte con Occidente», citó ANSA.
Tras un almuerzo en el número 10 de Downing Street, Blair manifestó su preocupación por la represión rusa en el Cáucaso pero, por lo demás, expresó un apoyo incondicional total. «Rusia debe ser integrada en el diálogo y no debe quedar aislada», señaló.
Resulta bastante evidente el motivo de la calurosa apertura de crédito: el jefe de gobierno de Su Majestad desea hacer de puente entre Moscú y Washington, mediando sobre las cuestiones militares.
Putin, quien en su visita relámpago de 24 horas a Londres fue también a tomar el té con la reina Isabel en el palacio de Windsor, pareció muy interesado en un eje preferencial Moscú-Londres.