Opinión Internacional

Salvando a Zimbabwe de Mugabe

VA presenta una traducción libre de un artículo aparecido el año 2000 de Robert Rotberg sobre la tragedia que el dictador Robert Mugabe ha impuesto a Zimbabwe. Es el personaje que estuvo en la reciente reunión del G-15, elogiado como anti-imperialista por Chávez, y motor de un régimen cleptocrático.

Salvando a Zimbabwe de Mugabe
Robert I. Rotberg
Presidente de World Peace Foundation
Cambridge, Mass.

La resistencia a abandonar el poder, de los cada vez más desacreditados gobernantes de Zimbabwe, esta inflamando una intimidación salvaje-muerte de opositores negros, invasiones a las fincas de los blancos, y el asesinato de agricultores.

Lo que une a los asesinados, negros y blancos, es su apoyo al Movimiento de Cambio Democrático, el nuevo movimiento político que intenta contrarrestar el dominio de 20 años del Frente Nacional y Patriótico Africano de Zimbabwe (African National Union-Patriotic Front, ZANU-PF) sobre este país.

Tanto Inglaterra como los Estados Unidos han condenado la violencia, criticando directamente al Presidente Robert Mugabe por incumplir con veredictos de la alta corte. Sur África ha intentado de obtener una tregua, y el retorno a la normalidad.

Pero Washington, Londres y Pretoria deberían tener mucha más firmeza para demandar elecciones libres sí se desea preservar algo del potencial económico de Zimbabwe y los derechos humanos de sus ciudadanos.

Está en juego es el futuro del señor Mugabe, el motivador e inspirador de la violencia oficial. Y también el futuro del edificio político y económico que el y sus compinches han construido. En los años recientes, el edificio se ha hecho cada vez más autoritario y corrupto.

Mugabe ha estado construyendo y comprando mansiones en Zimbabwe y en el exterior a una tasa acelerada y ordena el otorgamiento de los contratos de obras públicas a un consorcio dirigido por su sobrino.

Sin consultar al parlamento, envió 12.000 soldados a la República Democrática del Congo para combatir a los rebeldes, donde el pago de las tropas se retrasa, pero se cree que Mugabe y algunos de sus colaboradores claves se benefician de la explotación de diamantes y de las riquezas minerales de Zimbabwe.

¿Qué ha transformado a Mugabe y Zimbabwe? Como un joven nacionalista africano obtuvo prominencia a comienzos de los sesenta. A diferencia de Joshua Nkomo, el símbolo del nacionalismo de Zimbabwe para ese entonces, Mugabe, educado por los jesuitas, era ascético, principista y valiente.

Su inteligencia y agudeza estratégica impresionaron a muchos visitantes, entre los cuales me incluyo, en numerosas ocasiones. En los setenta, durante la guerra de guerrillas de Zimbabwe, Mugabe obtuvo el control del ZANU como comisario político y recaudador de fondos entre marxistas y aliados socialistas. Como cabeza de gobierno desde 1980, fue cruel con los oponentes, pero pragmático en el manejo de la economía.

Sólo durante la última década, después de tener niños con una secretaria que se transformó en su segunda esposa, Mugabe empezó a mostrar la avaricia y lujuria por el poder que actualmente lo caracterizan, una desgracia para su pueblo.

Ahora los habitantes han comenzado a rebelarse. Le propinaron una derrota electoral en febrero, votando en forma masiva contra los cambios institucionales propuestos. Han rechazado la inflación, que se ha elevado a 70%, la escasez aguda de divisas que a menudo ha dejado a la población sin combustible, y ver como se derrite una economía que una vez fue relativamente prospera.

La invasión de las granjas-supuestamente por veteranos de guerra sin tierra, pero en realidad bandas pagadas por el gobierno-han causado grave problemas en el momento de la subasta anual de tabaco, el principal producto de exportación agrícola de Zimbabwe.

Zimbabwe no era un caos. Tenía la población en términos per capita educada con relación al resto de África, una economía balanceada-con una variedad de cultivos, minerales y bienes manufacturados de exportación. La voracidad de Mugabe, combinada con su decisión de ayudar a ocupar el Congo, precipitó a Zimbabwe al borde del precipicio en 1999, y ha caído más este año.

África ha tenido muchos desastres naturales, pero el colapso de Zimbabwe es totalmente un producto humano. El peligro es que Mugabe se resista violentamente a su derrota. Zimbabwe esta descendiendo al abismo. Sólo la intervención de Washington, Londres y Pretoria, para buscar que se cumplan las leyes, reducir las bandas pagadas por el gobierno y elecciones honestas, podría evitar un colapso final.

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