Opinión Internacional

Se necesita Exorcista con experiencia

Qué duda cabe que entramos a la vietnamización del conflicto iraquí. El reciente atentado contra la diplomática Akila al Hashemi del Consejo de Gobierno designado por Estados Unidos, demuestra la ineficacia de las medidas de seguridad impuestas y resultan ser sólo la cúspide de una cadena de chapuzas que van desde coches bombas y ataques a instalaciones petroleras, hasta sabotajes y emboscadas a tropas norteamericanas. Todo esto, no es más que la resulta de la falla en fijar objetivos claros y posibles.

El viejo general Norman Schwarzkopf, discípulo de Sun Tzu, lo tenía muy claro desde el principio. Estados Unidos no debería entrar a ningún conflicto militar sin la eventualidad de tener bien claro los objetivos bélicos y políticos a perseguir. Una década bastó para que se olvidaran de las dos premisas del estratega de la “Operación Tormenta del Desierto”. El general estadounidense lo había aprendido en 1970 como oficial del ejército en las aldeas de Vietnam. No se pueden perseguir fantasmas indefinidamente sin caer en el entrampamiento y el desgaste, ambos preámbulos de la derrota.

Lo único que se ha cumplido inexorablemente es un hecho histórico comprobable. Cada vez que Occidente pretende arreglar algo en Medio Oriente, termina empeorándolo todo. Lo digo a propósito de la Cumbre Chirac, Blair y Schroeder. Como bien recuerda Salah Jamal, autor de “Palestina: Ocupación y Resistencia” El viejo imperio colonial británico cocinó el conflicto israelí, no olvidemos que hasta antes del 10 de octubre de 1917 cuando el general Allenby entró a Palestina árabes y judíos llevaban buenas relaciones.

Iraq, ante las amenazas militares de ingleses y norteamericanos estaba dispuesto a colaborar y hacer concesiones, ese era el punto para tener a un sumiso y quieto Hussein. La oportunidad se perdió en bravatas.

Intentar encontrar Armas de Destrucción Masiva que nunca existieron crearon el primer agujero negro en la estrategia del Pentágono. Concentrar la victoria en la captura de Sadam Hussein era no aprender de la reciente experiencia de huidizo Bin Laden.

Las próximas elecciones presidenciales en EE.UU. serán el mejor sondeo, está claro que cuando más se acerquen las fechas del calendario electoral norteamericano, los fantasmas de Hussein y Al Qaeda rondarán. Definitivamente, La Casa Blanca necesita un exorcista con experiencia, de preferencia con crucifijo propio y agua bendita aprueba del calor iraquí.

(*) Site del autor: (%=Link(«http://www.josemusse.com»,»www.josemusse.com»)%)

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