Opinión Internacional

Última navidad en Palacio

Esta será la última navidad que Andrés Pastrana Arango pasará con su familia en el Palacio de Nariño. Su período termina en meses con algunas glorias y muchas penas. El paisaje colombiano después de su gobierno le abre paso a un nuevo Presidente (o Presidenta) con un país en crisis y decepcionado, como reflejó una encuesta de reciente data.

A pesar de esta decepción expandida entre la población, Colombia es uno de los pocos países del continente que ha logrado sortear la crisis del año 2001 con algún crecimiento económico, por debajo de las metas oficiales, pero superior a la debacle latinoamericana. La región ha sido duramente golpeada por la recesión económica estadounidense durante todo el año 2001, profundizada luego del desastre del 11 de septiembre. México y Argentina son los países a los cuales les ha tocado un mayor impacto: el primero por su cercanía geográfica y económica con los Estados Unidos, y el segundo por arrastrar una recesión económica de proporciones descomunales desde el último año de Carlos Menem.

El gobierno colombiano había proyectado un crecimiento de casi cuatro por ciento para el presente año. La realidad ha sido terca, pero los resultados son tímidamente positivos: un crecimiento del dos por ciento durante un año tan difícil como el presente es un mérito para anotar. Aún así la crisis en Colombia es suficientemente grave, una inflación del ocho por ciento se compaginó con alrededor de tres millones de desempleados. El crecimiento económico no parece haber llegado a las grandes mayorías de la población, 26 millones de colombianos viven hoy en la pobreza, datos que reflejan que el reto para los próximos años es complicado.

Posiblemente el hijo de Misael Pastrana Borrero, delfín de la casa Pastrana que tuvo una importante experiencia en medios de comunicación y en la Alcaldía de Bogotá, nunca imaginó que las condiciones de su gobierno se iban a revertir tan duramente, que una Presidencia no es una Alcaldía y que el tiempo se le disolvería entre las manos, entre las iniciativas de paz, intentando limpiar la imagen de Colombia y de alcanzar un consenso internacional alrededor de iniciativas como la del famoso Plan Colombia.

Su herencia no parece ser consistente: un intento voluntarioso de forzar la realidad de una guerra que ha hecho correr demasiada sangre en los campos. He aquí su gran mérito y su más triste fracaso: el estado del proceso de paz. El Presidente ha buscado valientemente un acuerdo real por todos los medios, ha cedido en la medida de lo posible y más allá de lo que cualquier observador hubiera imaginado en 1998. No ha estado solo, la sociedad se encuentra íntimamente comprometida con la paz, y de allí que su voluntad es la voluntad de muchos. Esa es su fortaleza, grande, pero insuficiente. Lástima. Pero el proceso de paz se encuentra congelado, en retroceso, allí donde Andrés Pastrana colocó su empeño y voluntad personal es donde se retira derrotado, su iniciativa de paz parece haberse estrellado contra la intransigencia de los grupos guerrilleros y paramilitares. La situación después de la muerte de La Cacica se ha endurecido, el ámbito de maniobra para alcanzar la paz es demasiado estrecho, y la nueva geopolítica internacional juega contra una solución consensual. Se ha llegado al extremo de que un candidato presidencial, Álvaro Uribe, promueva una intervención extranjera en el conflicto, gesto irresponsable que los otros candidatos se han apresurado a rechazar. Mientras, las amenazas de muerte caen sobre los sindicalistas y candidatos presidenciales. Los últimos meses del gobierno de Pastrana no parecen caracterizarse por un clima de reconciliación y paz.

Algunas cosas han cambiado desde la llegada del actual inquilino al Palacio de Nariño. La victoria de Andrés Pastrana, sobre Serpa y la Sanín, fue en gran parte consecuencia de una esperanza popular de renovar la política colombiana luego de los múltiples y desagradables escándalos del gobierno de Ernesto Samper, escándalos que comprometieron seriamente el prestigio de la institucionalidad del Ejecutivo frente a la sociedad y frente a la comunidad internacional. Hoy Horacio Serpa -hombre de aparato, hombre del Partido Liberal, imagen pública del político más tradicional, segundo al mando durante el período samperista-, se proyecta como el candidato con más probabilidades de sucederlo por vía democrática. Entonces ¿qué pasó?

Al recorrer las calles de Bogotá, como me tocó hacerlo algunas semanas en 2000 y 2001, y conversar con ciudadanos de a pie, una percepción común lleva a la reflexión. Andrés Pastrana es visto por algunos como un Presidente que persiguió, durante todo su período, cultivar su imagen personal frente a la comunidad internacional, comprometido con la paz pero descuidado frente a importantes aspectos internos relativamente desligados de dicho proceso, algunos programas sociales creados durante la administración de Ernesto Samper, nunca gratamente recordado por muchos, fueron desarticulados y abandonados, algunas escuelas fueron cerradas. La ciudadanía no termina de entender el papel del Plan Colombia y las relaciones cercanas del país con los Estados Unidos, un ruido en la comunicación ha ido separando al Presidente de amplios sectores de la sociedad. Evidentemente no es una evaluación estadística sino reflexiones realizadas al vuelo de varias caminatas y conversaciones con colombianos de diversa condición.

La voz de Pastrana retumbará finalmente despidiendo el 2001, último fin de año de una Presidencia que se disuelve entre esperanzas y decepciones, entre gestos valientes por la paz e intransigencia en el diálogo, entre unas manos tendidas y varios ejércitos armados. Existe la seguridad de que durante los últimos meses de su gobierno seguirá presionando su humanidad hacia el diálogo, pero el reloj ya cuenta en su contra. En estas fiestas navideñas ¿reflexionará Andrés Pastrana en torno a su destino y al destino de Colombia luego de su salida? ¿Estará preparando su despedida?

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba