Opinión Internacional

Una corbata roja para Peña Nieto

Toma 1: Cumbre de la CELAC. Locación: Santiago de Chile, enero de 2013. Escena: Raúl y Enrique. Producción: Cuba-México.

“Hasta traje mi corbata roja. ¡Qué bueno que el PRI regresó al poder en México!”, saludó Raúl Castro a Enrique Peña Nieto en la Cumbre de la CELAC, celebrada hace un año en Chile. “No conozco al comandante Fidel”, respondió Peña Nieto. “El día que vaya usted a La Habana, ese día, yo mismo lo llevo y se lo presento”, prometió Raúl.

Toma 2. Cumbre de la CELAC. Locación: La Habana, 28-30 de enero de 2014. Escena: en producción: Raúl, Enrique, ¿y Fidel?

La cancillería mexicana anunció posibles “diálogos” entre el general Raúl Castro y el presidente Peña Nieto, durante la visita oficial que éste hará a Cuba con motivo de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, un organismo regional producido al vapor, bajo la dirección artística del extinto Hugo Chávez, y que salió a la taquilla pública precisamente en Playa del Carmen, México, en el 2010, como “competencia” de la OEA, sin la presencia ni participación de Estados Unidos y Canadá.

De acuerdo al comunicado oficial, de lo que se trata es de convertir a México en un “actor con responsabilidad global”. ¿Acaso no la tiene? ¿No la tuvo con los gobiernos anteriores del PAN y los dos últimos del PRI, de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, que abrieron las puertas al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá y al activismo mexicano, en importantes foros mundiales, como el de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC)?

Cuando Peña Nieto conoció a Castro en Chile y lo invitó a visitar el DF, Raúl contestó que iría “si no es sólo a comer”, en clara referencia al episodio del “comes y te vas”, protagonizado por Vicente Fox y Fidel Castro, previo a la Cumbre de Monterrey, en el 2002, y que marcó, junto con otros conflictivos eventos, un giro de 180 grados en las “históricas” relaciones entre México y Cuba, en el sexenio de Fox.

Hace un par de meses el gobierno de Peña Nieto condonó 70 por ciento de una vieja deuda de Cuba con México, que ascendía a $487 millones. Ni Zedillo, ni Fox, ni Calderón perdonaron el adeudo, cuyo 30 por ciento restante, unos $146 millones, Cuba lo liquidará en un plazo de 10 años.

Un ex embajador mexicano en La Habana ha sugerido el disparate de una sociedad entre los dos países en materia energética. Bajo la presidencia de Calderón, México y Cuba firmaron en el año 2012 acuerdos de cooperación en estudios geológicos. Acuerdos que son hoy letra muerta.

¿Qué rayos va a hacer PEMEX con CUPET? Ni PEMEX tiene capital para botar, ni tecnología para desarrollar búsquedas en aguas profundas. PEMEX está enfrascado ahora mismo en proyectos con compañías estadounidenses en reservorios marítimos transfronterizos. Si PEMEX tuviera recursos suficientes, los canalizaría en suelo propio, ¡sobre todo después de la aprobación de la reforma energética!

Y si Raúl Castro anda a la caza de una empresa estatal, un tonto útil, que invierta en la fracasada exploración petrolera, PEMEX no es una opción real. Las empresas petroleras privadas que se arriesgaron a perforar en aguas cubanas están en retirada, tras hallar cinco pozos secos.

Por otro lado, el proyecto del Mariel, que Castro quiere impulsar, está empantanado. La inversión con Brasil fue correcta, en términos de desarrollo y desde el punto de vista de modelo económico a largo plazo, pero no suficiente. ¿Quién más va a invertir en el Mariel si lo que se descargue allí no puede ir al gran mercado, que es los Estados Unidos? El embargo a Cuba establece que todo barco que toque puerto cubano no puede entrar a territorio estadounidense por seis meses.

Entonces, en materia económica, no hay mucha tela por donde cortar para Peña Nieto. Las cifras del intercambio comercial entre los dos países son de risa: México exporta a Cuba barriles, bidones, polímeros y mercancía secundaria. Nada de peso. E importa de la isla tabaco, alcohol etílico, desperdicios de aluminio, sangre humana y sangre animal preparada para uso terapéutico. En el 2011 las exportaciones mexicanas a Cuba fueron de $357 millones y las importaciones apenas $7 millones.

En el plano político, me cuentan que Peña Nieto no tiene previsto reunirse con miembros de la oposición y la sociedad civil cubanas. Nada de Yoani Sánchez, Guillermo Fariñas, ni Damas de Blanco, cosa que tampoco hizo Calderón, a diferencia de sus predecesores.

Carlos Salinas recibió a Carlos Alberto Montaner y Juan Suárez Rivas, y, por separado, a Jorge Mas Canosa. Ernesto Zedillo se reunió con Montaner. Su canciller Rosario Green se encontró con opositores cubanos en la residencia del embajador en Cuba. Zedillo criticó duramente la violación de los derechos humanos en la isla ante la presencia de Fidel Castro durante la Cumbre Iberoamericana en La Habana, en 1999.

Jorge Castañeda, el canciller de Fox, no sólo se reunió con opositores cubanos, sino que marcó el que hasta ahora ha sido el giro político más importante en las relaciones bilaterales, cuando intentó decretar el fin del vínculo histórico de su gobierno con la revolución cubana, para transformarlo en uno con el Estado y el pueblo de Cuba.

En fin, lo que tenemos hasta ahora, a no ser que la agenda cambie, es una visita de folclor latinoamericano que consiste en conocer a los Castro, algo muy típico y propio de las complicidades del viejo PRI.

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