Una nueva oportunidad
La Cumbre de Lima presenta una nueva oportunidad para fortalecer las relaciones de América Latina con Europa que, lamentablemente, no atraviesan su mejor momento. Las tensiones por el discurso de los populistas de la región, el apoyo de algunos a movimientos terroristas de la región -como las FARC y el ELN- la política migratoria de la Unión Europea, las relaciones comerciales entre ambas regiones, son aspectos fundamentales que deberán considerar los Jefes de Estado y de Gobierno, al examinar los temas de su Agenda, la pobreza, la desigualdad, el exclusionismo.
Sin duda, independientemente de la agenda formal, algunas cuestiones deben preocupar a los mandatarios. La situación interna de los países de la región: libertades en Venezuela, inestabilidad en Bolivia, desaciertos en Nicaragua y en Ecuador; las agresiones del presidente venezolano a algunos de los mandatarios presentes, la Jefe del Gobierno, el Presidente Álvaro Uribe, entre otros; el crecimiento de la pobreza en la región, entre algunos otros asuntos, complican el ambiente del encuentro.
El régimen bolivariano, aunque las sonrisas y los abrazos se reflejen en fotografías y videos, resulta una piedra en el zapato para todos. Los mandatarios de la región y del mundo están cansados de las irreverencias del Presidente venezolano quien recurre a la confrontación cada vez que se le cierra el serrucho adentro. En efecto, en momentos en que su popularidad cae estrepitosamente, su movimiento se desintegra, sus partidarios expresan decepción y la corrupción termina de corroer a la administración, el Presidente venezolano ataca groseramente a la INTERPOL, organismo internacional sumamente serio, incluso para el régimen bolivariano, hasta ahora, por haber dado a conocer el resultado de la investigación que llevara a cabo, por solicitud del Gobierno de Colombia, sobre la veracidad de la información contenida en las computadoras del terrorista Raúl Reyes, abatido semanas atrás, en enfrentamiento con las fuerzas armadas de ese país.
Ataca además, en forma aún más grosera, al Presidente Uribe quien sigue acumulando puntos y generando mayor confianza en la región y en el mundo. Los disparates del venezolano han traído consecuencias muy desfavorables para la denominada revolución bolivariana. Los insultos proferidos contra la Canciller Merkel, a pesar de haberse disculpado, al Presidente colombiano y antes a los Presidente del Perú, de El Salvador y otros, son una muestra de la debilidad integral del presidente venezolano que ha sido incapaz de llevar a Venezuela, por el camino del progreso y de la estabilidad. Más bien todo lo contrario, durante diez años de desgobierno bolivariano, el país se ha hundido en la más grave crisis que haya sufrido en su historia.
La Cumbre adoptará algunas decisiones a favor del fortalecimiento de las relaciones entre las dos regiones. Al mismo tiempo, los mandatarios, en pasillos y contactos informales, conocerán la realidad de las relaciones internas de la región y la situación de algunos países, como Venezuela. Desde luego, descubrir lo que realmente pasa en la región, perjudica aún más al presidente bolivariano quien insiste en gobernar, desconociendo la realidad nacional, ignorando a las mayorías, para imponer el disparatado proyecto revolucionario.
Los resultados de la Cumbre, independientemente de sus decisiones formales, serán muy positivos. Los europeos, principalmente, se llevarán una impresión más real de lo que acontece en la región, amenazada ahora por una dirigencia populista e irresponsable que amenaza con la tranquilidad interna y regional.
Es, sin duda alguna, una nueva oportunidad para que se aclaren conceptos, para que se entienda la realidad regional, para que se adopten posiciones sensatas, a favor de la democracia y de los derechos humanos.
