Opinión Internacional

Una visita fugaz

Fue notoria la ausencia de tres países claves, Chile, Perú y Paraguay, que se han distinguido por una posición equilibrada en relación con los acontecimientos en Venezuela. ¿Por qué no vinieron? ¿Prefirieron no tener que enfrentarse al ilegítimo? En todo caso, esto hizo que la composición de la comisión estuviera, de inicio, inclinada hacia el régimen.

Los cancilleres visitantes se reunieron por lo menos dos veces con el ilegítimo. También sostuvieron una larga reunión con una delegación de la MUD la cual les presentó información amplia acerca de los graves acontecimientos que han tenido lugar desde el 12 de febrero. También recibieron a un grupo de dirigentes de la juventud y de los estudiantes que han asumido el protagonismo en la lucha por la democracia, por la libertad de los presos políticos y por la solución de todos males que aquejan a nuestro sufrido país.

Según el comunicado emitido al final de la visita “También se reunieron con líderes de partidos políticos que conforman el Gran Polo Patriótico (GPP), con el Ministerio Publico, el Tribunal Supremo y la Defensoría del Pueblo, con el Nuncio Apostólico y representantes de distintos credos religiosos, organizaciones de derechos humanos y líderes estudiantiles. Esto supuestamente ocurrió dentro del marco de esa farsa que el ilegítimo denomina “conferencia nacional de paz”. Lamentablemente la misión de UNASUR cayó en la trampa. Mencionando dos veces en su comunicado la fulana “conferencia nacional de paz” le ha dado aliento a esa bufonada que sólo persigue hacer creer a la comunidad internacional que el régimen está haciendo un genuino esfuerzo para dialogar.

El comunicado “reconoce la apertura y disposición” del ilegítimo “de acoger las recomendaciones realizadas” Se desconoce totalmente cuales fueron esas recomendaciones, pero de las informaciones de prensa se puede inferir que no son nada novedosas sino duplicación de promesas hechas en el pasado por el ilegítimo “de la boca para afuera” pero que la Comisión las toma como propias.

La Comisión de UNASUR tituló su visita como “Primera Reunión de la Comisión de UNASUR”, lo que significa que habrá otras. Sin embargo, esta reunión acordó delegar en pequeño grupo de países la tarea de “dar continuidad a este proceso”. El grupo de tres Cancilleres” está integrado por los de Brasil, Colombia y Ecuador. Es decir, sigue prevaleciendo el mismo desbalance de la propia Comisión.

Según informaciones de prensa, ante la ausencia de Chile, Perú y Paraguay, fue la Canciller de Colombia quien exigió que se ampliara la agenda para recibir a la MUD y a la dirigencia opositora. Además exigió que no se limitaran las intervenciones de los estudiantes, porque «esta reunión probablemente sea la más importante de todas». Si esto es cierto, la Canciller Holguin merece nuestro reconocimiento.

La misma información destaca que el Canciller argentino se comportó como “un operador político de Venezuela. ¡Que vergüenza. Hasta donde ha llegado el kirchnerchavismo!

Un indicio de la actitud del régimen ante un eventual diálogo propiciado por UNASUR lo ofreció públicamente el simulacro de canciller cuando dijo que “algunas exigencias de la oposición, como el tema de los presos políticos serán parte del diálogo, pero no condición previa para el mismo” Con esta frase queda prácticamente frustrado todo intento de sentar a la oposición en una mesa de discusión sobre cualquier otro asunto. Además, empleando la acostumbrada táctica de atribuir a la disidencia lo que hace el régimen, exige, como condición para el supuesto diálogo, “que paren los francotiradores quienes han disparado contra las fuerzas públicas, que se detenga el sabotaje a las instalaciones del Metro de Caracas».

Un balance de la visita de la Comisión de UNASUR da como resultado que fue una misión insustancial y fútil. El comunicado es un documento superficial y anodino. Refleja que las posiciones en el interior de la Comisión entre pro-maduristas, que eran mayoría, y la minoría que reconoce que la situación venezolana merece una mayor atención de la comunidad regional, fueron inconciliables. Seguramente se dieron cuenta de que si no ha habido diálogo es por culpa del ilegítimo y sus invitaciones a dialogar sazonadas con ofensas, diatribas, engaños y amenazas. No habiendo podido llegar a nada concreto decidieron mantenerse dentro de un lenguaje de medio pelo y pasarle la pelota al grupo de los tres cancilleres.

Mientras Leopoldo López, Iván Simonovis, los alcaldes y todos los demás presos políticos permanezcan presos no puede haber diálogo. Esta debe ser condición esencial para sentarse a conversar con el ilegítimo. Esto lo deben tener muy claro los gobiernos de UNASUR.

 

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