Opinión Internacional

Uribe auxilia a Chávez

Vamos con lo primero. No tengo la más mínima duda que en Venezuela circulan las guerrillas colombianas como Pedro por su casa. Eso lo sabe todo el mundo, y todos sabemos que el gobierno de Hugo Chávez no ha hecho nada significativo para impedirlo. Es su jugada. Es su doble discurso.

Sin embargo, creo que es absolutamente irrelevante, inoportuna y ociosa la decisión del gobierno de Álvaro Uribe de denunciar al gobierno de Venezuela ante la OEA por el supuesto apoyo que éste brinda a las FARC y al ELN, faltando pocas horas para abandonar el gobierno, y, lo que es peor, faltando dos meses para las elecciones parlamentarias venezolanas que, hasta la fecha de hoy, tiene perdidas el gobierno de Hugo Chávez (a menos que un hecho sorpresivo le dé oxígeno).

¿Qué sentido tiene hacerlo hoy? ¿Qué lógica gubernamental o militar respalda esta decisión?

En primer lugar, las “pruebas” sustentadas ante la OEA no dicen absolutamente nada. Desde la playa donde está el supuesto guerrillero tomando una cerveza “Polar” hasta los guerrilleros cocinando un lechón en la selva, no son ningún indicio para determinar que ellos están allí bajo el amparo del gobierno venezolano. Efectivamente, y tal como lo aprovechó gustosamente el embajador venezolano Roy Chaderton, esas playas y la selva podían haber sido algunas cualquieras de Colombia u otro país. Si el gobierno venezolano, o cualquiera del planeta, no quieren investigar, difícilmente habrá manera de probarlo. Y el asunto es que el gobierno de Venezuela no quiere investigar.

La única manera en que Colombia pudo demostrarle a la comunidad internacional, y en especial a Ecuador sobre la presencia guerrillera colombiana en su territorio, luego de innumerables “pitazos” e informaciones infructuosas (parecidas a las que también ha dado a Venezuela) fue lanzando el ataque sorpresivo que costó la vida a Raul Reyes. Punto.

Ahora bien, ¿cuál puede ser la ruta lógica que tendrá la denuncia colombiana en la OEA a partir de ahora?

Primer escenario. El más probable. Uribe lanza el ataque diplomático con la intención de dejar consignada la denuncia ante los organismos internacionales antes de retirarse del gobierno, cubriéndose las espaldas ante una supuesta tendencia conciliadora y “blandengue” del presidente electo Juan Manuel Santos. Este escenario no pasaría de ser una simple travesura de Uribe antes de irse.

Esta inoportuna cachorrería de Uribe, acompañada de una guerra de micrófonos, le daría oxígeno a Chávez en unas elecciones parlamentarias históricas que tiene perdidas. La razón es sencilla: Hugo Chávez está luchando contra la apatía y el fantasma de la abstención chavista en Septiembre, el mismo que lo derrotó en el 2007. La máxima maquiavélica universal dice que ante una amenaza externa, los propios deben jugar cuadro cerrado. Eso ya está haciendo.

Segundo escenario. El menos recomendable. Uribe lanza las denuncias ante la comunidad internacional como paso previo antes de ejecutar un ataque militar sorpresivo en territorio venezolano, parecido al que llevó a cabo en Ecuador. De ser así, esta incursión tendría que realizarse en las próximas horas, es decir, antes del 8 de Agosto, cuando Uribe debería abandonar oficialmente el cargo. Sin embargo, no creo que Uribe tome una decisión de esta magnitud sin haber consultado previamente con el presidente electo, Juan Manuel Santos. Este escenario podría conducir a una suspensión de las elecciones de Septiembre en Venezuela.

Cualquiera de los dos escenarios afectaría a Venezuela. No se lo agradeceríamos, presidente Uribe.

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