Opinión Internacional

Washington retrocede y modera las críticas a Perú críticas a Perú

Después de haber calificado las elecciones peruanas de «inválidas», Estados Unidos dio marcha atrás ayer, descartando por el momento la imposición de sanciones unilaterales y colocando toda la presión sobre la OEA.

Phil Reeker, el vocero del Departamento de Estado, dijo que Washington decidirá los próximos pasos juntamente con los países del hemisferio.

«Todavía no hemos tomado ninguna decisión sobre cuáles son los pasos a seguir, como tampoco estamos considerando en este momento sanciones unilaterales», dijo Reeker, quien agregó: «Por lo tanto el próximo paso es que nos reuniremos con la OEA mañana» (por hoy).

A pedido del embajador de EE.UU. ante la OEA, Luis Laredo, hoy se reúne en sesión especial el Consejo Permanente de la OEA. Durante la reunión, Eduardo Stein el jefe de los observadores de la OEA que monitorearon las elecciones peruanas, presentará un informe sobre por qué decidieron retirarse de Perú antes de los comicios. Finalizada la presentación, los países deberán sentar sus posiciones sobre qué hacer al respecto.

Durante la rueda de prensa que dio ayer, Reeker no explicó por qué Estados Unidos calificó las elecciones de inválidas antes de escuchar el informe de Stein y antes de que la OEA siente posición al respecto.

El lunes una vocera del Departamento de Estado dijo que «ningún presidente que pudiera resultar de un proceso tan irregular puede reclamar legitimidad». Ayer, acosado por las preguntas de varios periodistas, incluyendo esta corresponsal, Reeker se negó a utilizar nuevamente el adjetivo inválido para calificar las elecciones.

Frente a la confusión reinante esta corresponsal entrevistó a dos funcionarios del Departamento de Estado que brindaron a Clarín dos versiones sobre el uso de la palabra inválidas que son diametralmente opuestas.

«La funcionaria que utilizó la palabra inválida simplemente se equivocó. Fue un error desafortunado. El problema es que tenemos muchas dificultades para reconocer públicamente cuándo nos equivocamos», dijo uno de los funcionarios .

«Al decir que los próximos pasos serán decididos con los países de la OEA, no estamos diciendo que la portavoz se equivocó al calificar las elecciones peruanas de inválidas», dijo por su parte otro funcionario: «Solamente decimos que ahora queremos decidir los próximos pasos con la OEA».

«Lanzaron un globo de ensayo, y cuando se dieron cuenta de que ningún país latinoamericano estaba dispuesto a calificar las elecciones de inválidas ni a condenar las elecciones, dieron marcha atrás», reaccionó uno de los diplomáticos latinoamericanos que representan a su país en la OEA. «Siempre hacen eso. El problema es que esta vez se les fue la mano, porque uno no puede decir que una elección es inválida sin decir si va a reconocer o no al nuevo presidente, y decir que no van a reconocer al gobierno de Alberto Fujimori son palabras mayores».

Reeker prefirió argumentar que en realidad las elecciones habían sido «imperfectas». «Estamos muy preocupados porque las acciones del gobierno de Perú pueden ser una transgresión del compromiso que tiene Perú a respetar los estándares de los valores y prácticas democráticas del hemisferio».

La confusa situación le calzó perfecto al gobierno peruano. Ayer, el canciller de ese país, Fernando de Trazegnies, negó que exista una rechazo internacional y puso en duda la primera condena del Departamento de Estado al sostener que «en lo único en que debemos basarnos» es en las declaraciones de Reeker en las cuales la «posición de inválida» se había convertido en «una lamentación», sostuvo.

El funcionario afirmó que, en lugar de condenas, recibieron muestras de apoyo de Ecuador, Venezuela y Bolivia. Y hasta aseguró que no ha habido aún felicitaciones porque todavía no se ha realizado la proclamación oficial.

En el seno de la OEA no hay consenso sobre cuáles deben ser los próximos pasos. México y Brasil se niegan a tomar una posición condenatoria invocando el principio de no intervención en los asuntos internos. Postura que también parece decidida a asumir la Argentina.

«Yo le puedo asegurar que no hemos recibido ninguna presión por parte de Estados Unidos», dijo a Clarín en Washington una fuente de la Cancillería argentina que pidió no ser identificada. «Además no sé qué pueden pedirnos, porque la OEA no tiene instrumentos que pueda aplicar a Perú. La Cláusula 1080 fue creada para suspender a países donde el proceso constitucional es interrumpido por un golpe de Estado, pero eso no es lo que ocurrió en Perú».

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