A votar sin fraudes. El asecho de la guerra
No hablo por los demás, pero sin expreso lo que siento y en especial la desesperación que produce ver que una y otra vez, como dulces corderos mansos caemos en las mismas trampas.
De nuevo de la manera mas inocente, las autoridades corruptas e inmorales del Consejo Nacional Electoral, se pronuncian en jolgorio cuando, donde y a que alturas del año cometerán o tolerarán bajo cualquier escusa, otro gran fraude, como el de todos los comicios anteriores , y pomposamente agregan que están en plan de renovación de autoridades, de puestas en marcha y aceitada de las maquinitas famosas que son los indispensables cómplices para poder llevar a cabo el engaño en las elecciones ahora de la asamblea nacional.
Yo me sublevo y llamo al pueblo a tomar posición idéntica, no por NO VOTAR, óigase claro, sino hacer que no se utilice el proceso de votación con máquinas con las cuales se ha cometido, según demostraciones técnicas y científicas, repetidamente el fraude electoral, y ahora constatado en países diferentes al nuestro donde se realizaron dichos procesos con evidentes muestras de vagabunderías que hicieron inclusive se anularan dichos procesos.
No es el suscrito quien dice que hubo y hay fraude en dichos procesos, sino el amparo científico y de organismos del exterior, ajenos a todo interés por impugnar los resultados, quienes han dicho han sido elección viciadas y en las que se engaño al pueblo. Ha además evidencias de que la opinión de un macaco del grupo de observadores de Carter, se prestó, por unos viles reales a dar una opinión previamente favorable y luego retraída al reconocer que si se había incurrido en engaño con los resultados de las votaciones.
Por supuesto que estoy en contra clara y tajantemente de que no debemos abandonar los posibles escaños que en justa pelea correspondan a la oposición a esta intolerante e inservible democracia, pero tampoco podemos permitir, bajo ningún respecto que se escamoteen los resultados y se engañe al pueblo sobre los resultados de esas ni de ningún proceso electoral que se cumpla en el país.
El solo uso continuado de tales procedimientos, amen del engaño intolerable que supone para los votantes es una inaceptable burla para los sentimientos democráticos de un pueblo interesado en ejercer su derecho a voto y con ello dispensar su repudio a quienes han demostrado palpablemente su inconciencia en el gobierno, y su picardía en el como mantenerse en él contra vientos y mareas.
Yo invito, insisto y clamo por protestar e impedir que nuevamente se nos lleve a unas elecciones donde el árbitro a demostrado plegarse a las vagabunderías, y ha permitido, excusado y tolerado el fraude, invocando alegremente la obligación por sobre todas las cosas de mantener la paz y el sosiego social como preferible al levantamiento y desconocimiento de la apariencia democrática. HAY QUE DECIR NO A LAS ESPUEREAS AUTORIDADES Y AL INESTABLE E INSEGURO SISTEMA DE LAS VOTACIONES y mientras no se cambien y modifiquen impedir y a la vez oponernos con todos los mecanismos al alcance ciudadano a las elecciones.
En el ínterin, y aterrados por los resultados que se vislumbran con el despelote en que estamos viviendo, sin luz, sin agua, sin recursos e inventando con todo, se vuelve a optar por el uso de la excusa de las gestiones PRE-bélicas del vecino país, donde ni se piensa, ni se vive de tales mecanismos para mantener al país que con tantas dolencias ha demostrado poder superarlas y seguir adelante con la cabeza erguida, y defendiendo su democracia y vida institucional a pesar del acecho del malandraje que procuran imponer la guerrilla, los paramilitares y cuanto bicho con uña existe.
El gran vergatario bolchevique y su chofer de metro ya no encuentran que mas inventar para buscar una excusa que de manera alguna justifique la desestabilización que como excusa pretenden invocar a la penuria y falta de atención a su mal gobierno. Ya en la patria otrora casi lar bendito en este mundo por su prodigalidad en recursos, no hay a esta fecha ni agua, ni gas, ni petróleo, ni lluvia, ni verano ni invierno, sino penas y penurias que se van agolpando contra la mala gestión del gobierno y sus adláteres.
Quien las debe, las teme, aprieten por que Juan Pueblo ya está cansado, y cuando así actúa, muy poco puede esperarse de sus reacciones para bien.
