Opinión Nacional

Aceptar el desafío

Cada día se registran 14.000 nuevos casos de Sida en el mundo y se ha convertido en la principal causa de muerte del siglo XX, por encima de las guerras y el hambre. Sin embargo, hoy hay motivo para la esperanza: la farmacéutica Glaxo Smith Klein y la ONG Iniciativa Internacional para una Vacuna contra el Sida (IAVI) han firmado un acuerdo de colaboración para desarrollar una vacuna. La organización IVAVI financiará la investigación y la Glaxo se ha comprometido a que si da con el que será el ‘descubrimiento del siglo’ comercializará la vacuna a precios económicos en los países empobrecidos, donde se concentra el 95% de los nuevos casos de Sida.

En la actualidad, hay 60 millones de personas infectadas y 45 millones (la población de un país como España) han desarrollado esta enfermedad mortal. El África Subsahariana bate todos los récords con 30 millones de enfermos. El último informe de Cruz Roja y Media Luna Roja Internacional alerta que el número de niños huérfanos por el Sida se duplicarán en cinco años en este continente. En el año 2010, serán 24 millones de niños huérfanos y tendrá graves efectos en la sociedad y la economía de países como Sudáfrica, Mozambique, Zimbabwe, Malawi, Angola… con los índices más altos de enfermos de Sida de todo el mundo.

Naciones Unidas se encuentra muy preocupada por el avance del Sida en la población femenina. El último informe realizado por Onusida revelaba que casi la mitad de las personas infectadas por el VIH son mujeres. La discriminación de la mujer, la falta de educación, la dificultad de acceder a la sanidad y las obligaciones y vejaciones a las que se ven sometidas son las causas de este rápido crecimiento. La mujer sigue estando en una posición de desventaja que difícilmente cambiará sin una educación básica para todos y el uso de medios barrera, como los preservativos, en las relaciones sexuales.

La ONU advierte que la epidemia se está extendiendo en Latinoamérica, sobre todo en la zona del Caribe. Honduras, Guatemala y El Salvador son los países más afectados, según el director de Onusida, Peter Piot. Rusia, Europa del Este y Asia Central son regiones que inquietan también a este organismo internacional por la proliferación de casos de Sida.

A pesar de todo esto, Kofi Annan, Secretario General de Naciones Unidas, no quiere ser pesimista y alaba los “signos reales de progreso en la lucha contra esta pandemia”. En Uganda, por ejemplo, se ha conseguido reducir la tasa de prevalencia del VIH entre un 4% y un 8% gracias a campañas de prevención. En Brasil, el gobierno produce medicamentos genéricos para el tratamiento de personas enfermas de Sida. China, con 840.000 casos de infección, trata de frenar la epidemia repartiendo retrovirales de manera gratuita.

Durante los últimos cuatro años, se ha duplicado el número de personas que reciben servicios de asesoramiento y pruebas, ha aumentado en un 70% el número de mujeres que acceden a servicios de prevención para prevenir la transmisión maternoinfantil del Sida y se ha duplicado el número de jóvenes que reciben educación sobre la enfermedad, según el informe de seguimiento de la Declaración de Compromiso sobre el VIH, herramienta fundamental para alcanzar el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de contener la enfermedad y de reducir el aumento de casos anuales para el año 2015.

El aumento del gasto destinado al Sida es también esperanzador. Mientras que en 2001 los países más ricos del planeta gastaban 2.000 millones de dólares, en 2005 la cifra aumentará hasta los 8.000 millones . No obstante, Naciones Unidas advierte que no es suficiente y que se necesita más inversión para controlar el Sida.

La comunidad internacional necesita hacer mayores esfuerzos si quiere cumplir los compromisos adquiridos en el año 2000 en la Cumbre del Milenio de Nueva York. Hay que acabar con actitudes egoístas y miopes que condenan el uso de preservativos cuando están en juego millones de vidas. Hay que invertir en educación y prevención y, sin duda, luchar para que todos los enfermos puedan tener acceso a las medicinas por encima de los beneficios de las grandes empresas farmacéuticas. Nunca hubo una sociedad con tantos recursos como la actual para hacer de este un mundo más justo. Aceptemos el desafío.

Fuente:
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