Adiós Chávez que te vas
Aquel día cuando en medio de la confusión y los tiros lo vi por primera vez, joven y huraño, pero decidido a mantenerse firme en su propósito, en ese momento frustrado, les confieso que al igual como a la mayoría de los venezolanos, me entró un fresquito en el cuerpo y me dije a mis adentros: no se quien es este Teniente Coronel, pero bien bueno que se haya atrevido a dar semejante paso y bien merecido que se lo tienen estos adecos y copeyanos, quienes en sus cuarenta años han hecho colapsar todas las esperanzas de un pueblo, el cual creyó haber logrado su liberación definitiva, cuando desde las calles logró derrocar aquel 23 de enero, a una dictadura que lo había subyugado durante 10 años.
De verdad que a casi todos nos pasó. Nos llenamos de fé y de expectativas, lo acompañamos desde la predica de freírle la cabeza al primer corrupto que apareciera en su gestión, hasta la de convertir a Venezuela en un país con una democracia inclusiva, participativa y protagónica de su destino; pero al cabo de estos catorce años, salimos con las tablas en la cabeza, con un gobernante que pasará el resto de sus días, preguntándose en que momento comenzó a desmoronársele el poder, que con todos sus adimentos, el pueblo venezolano como nunca antes le había otorgado, ni siquiera al mismisimo Bolívar, tantas facultades para gobernar.
La verdad verdadera, es que no éramos felices y todos lo sabíamos. De allí que tampoco ahora podemos venir con el cuento, que todo lo vivido con el que se va, ha sido un fraude. Iniciativas como Barrio Adentro, las misiones y la inclusión masiva en la educación superior, sería una necedad negarlas; pero también es una gran verdad, que hoy casi todos estos programas sociales, están rodeados de una ineficiencia y de una ineficacia espantosa. Por lo demás en casi nada, estos casi tres lustros de administración “socialista”, tienen algo que los diferencie de las viejas formas de gobernar, de quienes lo hicieron en los tiempos dorados de la democracia representativa.
Hemos llegado al punto de las definiciones y si millones de los que nos hacíamos llamar chavistas, durante catorce años le depositamos nuestra confianza, cada vez que se producía el hecho electoral, hoy no lo haremos porque estamos convencidos de que el país no se detendrá. Que no habrá plan, ni paquete ni paquetazo que nos lleve al pasado. Que queremos un país libre de cualquiera injerencia extranjera. Que queremos enterrar esta forma absurda de hacer política, donde un hijo o un hermano puede ser un enemigo al que hay que aniquilar.
Este domingo 7 de octubre, millones de venezolanos como yo, por primera vez dejaremos de votar por quien desde el poder no pudo trasformar la Venezuela que consiguió; eso si logró transformarse él, en un presidente más de lo mismo, rodeado de una élite de epígonos del modelo moribundo cubano y asfixiados en la peor corrupción conocida en la república. Este domingo no hay marcha a atrás, si en la reforma tragamos grueso y nos abstuvimos, en esta ocasión no te daremos otra oportunidad.
Esta vez, los millones de venezolanos que te acompañábamos orgullosos de sentirnos chavistas, te decimos adiós Chávez que te vas, porque nos quebraste las esperanzas. Esperanzas y expectativas de cambio que renacieron en estos días con mucha fuerza, en manos de quien ha decidido y prometido darle continuidad a este proceso de cambio. Te decimos adiós Chávez, porque este domingo apostaremos por un país distinto, porque habrá un camino de seguridad y progreso con Henrique Capriles Radonski como futuro Presidente. Por eso te decimos ahora en nuestra nueva condición de ex chavistas y sin miedo. Adiós Chávez que te vas.