Al borde del abismo
Los recientes hechos acaecidos con el industrial Filipo Sindoni, los hermanos Faddoul, su chofer Miguel Rivas y el Periodista Jorge Aguirre, en definitiva mártires todos, son el corolario de una tendencia que ha venido degradando nuestra sociedad. Estamos presenciando el derrumbe de un país, sin rumbo cierto, que no sea el permanente discurso ideológico, sin definición de políticas públicas que conlleven a la seguridad de todos los ciudadanos y el derecho a la vida consagrados en la Constitución Boliviariana de Venezuela.
Las cifras son aterradoras, 189 secuestros en un año, mas de 100 muertos los fines de semana y en los ùltimos 7 años mas de 60.000 fallecidos en las crónicas policiales, nos colocan en el expediente de una guerra civil. Para el mundo entero en los indicadores estamos de primeros en victimas fatales por la violencia, superando incluso a países como Brasil, Colombia, quienes encabezaban siempre los indicadores continentales.
Y es que sin decretarlo practicamente estamos viviendo un conflicto bélico disfrazado. Y cual es el origen de esta cruda realidad?. En primer lugar los indicadores sociales son contundentes, los indices de pobreza determinan sin justificar un sòlo crimen, que en cada esquina de las principales del país, se asesina por unos zapatos, un celular, prendas para ser revendidas en el mercado negro. Cada semana cientos de trabajadores son asaltados el dìa de cobro para saquearles la semana de trabajo a cambio en pocas palabras de la vida. Del mismo modo el sector transporte ve como atracan a decenas de choferes, corriendo con peor suerte los asesinados al volante de una buseta, un taxi.
En definitiva presenciamos la disgregación de nuestra sociedad y de allí al surgimiento de una fase de anarquía, donde cada quien haga justicia por su propia mano hay un paso. Quien debe responder ante esta hora tan dificil que vivimos los venezolanos, evidentemente el Estado y en el Poder Ejecutivo a sus diferentes niveles con la orientación de producir políticas económicas que superen la miseria y por el otro lado desechar el discurso del odio que descalifica a quienes no son partidarios del régimen actual .
La situación de miseria que viven los venezolanos, si bien es cierto no se originó en el gobierno actual, se ha venido produciendo desde mediados de los 80, se agravó mucho mas con el mandato de Hugo Chávez. Culpar al empresariado, a la empresa privada, a la globalización, a las potencias capitalistas, no es la solución, se debe ver también las ejecutorias presidenciales en materia de seguridad, prevención y sobre todo en materia social para superar la pobreza generalizada de la población.
El sacrificio de estos mártires no debe pasar en vano. A sus familiares el mas sentido pésame y al gobierno nacional percatarse que su propia existencia está en peligro si no corrige el rumbo de llevarnos al abismo.
Froilan A,. Barrios Nieves Secretario Ejecutivo de la CTV. Caracas, 11-04-06
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