Opinión Nacional

Amigos y enemigos

En los últimos cuatro meses los caminos dispersos de la oposición venían
convergiendo cada vez más rápidamente, y las únicas incógnitas estaban en
cuánto tiempo se quedaría Chávez en el cargo y cómo saldría. Los más
pusilánimes hablaban de un referéndum consultivo, otros hablaban de
convocar a una nueva constituyente, los más claros insistían, cada vez más,
en una huelga general indefinida con el expreso propósito de forzar la
renuncia presidencial, mientras los más radicales coqueteaban con una
salida de fuerza. Luego surgió el acuerdo CTV-Fedecámaras-Iglesia, que
mostró a la vez lo mejor y lo peor de la oposición.

El pacto secreto

Hace dos semanas, El Nacional informó que se estaba urdiendo un secreto
«Pacto de Gobernabilidad» entre la CTV, Fedecámaras y la Iglesia,
encendiendo alarmas en el resto de la oposición, que sospechó lo peor: que
las tres instituciones más prestigiosas del país iban a oxigenar a un
presidente técnicamente tumbado y desesperadamente necesitado de un
salvavidas. Una serie de reuniones urgentes pusieron a Carlos Ortega y a
Pedro Carmona cara a cara ante los dos principales factores excluidos de
dicho acuerdo: Los partidos políticos y la Sociedad Civil, siendo ésta la
que había puesto pecho y empeño para frenar a Chávez cuando éste estaba
fuerte y nadie más se atrevía a hacerlo, y cuya valentía y visión habían
logrado contener a una revolución desbocada, para luego amansarla a la
espera del jinete aun por aparecer.

Encarados a estos factores y sus airadas acusaciones de traición, Ortega y
Carmona negaron la especie e insistieron en que el acuerdo no era CON
Chávez, sino POST-Chávez. Después de eso, el Pacto de Gobernabilidad
cambió calladamente de nombre y se convirtió en Acuerdo Democrático, y los
discursos de ambos cerraron las puertas al diálogo con el presidente,
abriéndose hacia la transición. Pero, la verdad es que el acuerdo sí fue
urdido como salvavidas para el presidente.

Algunos factores de la CTV, de Fedecámaras y de la Iglesia, cada uno por
sus propias razones, quisieron tenderle una mano a Chávez, presentándose
como factores de equilibrio y ocultando sus verdaderas motivaciones. El
sector bancario de Fedecámaras quería prolongarle la vida a un gobierno
cuya crisis les genera millones de dólares diarios. En esto fue apoyado
por empresarios que tienen contratos gubernamentales y grandes cuentas por
cobrar. Por otro lado, sectores de la Iglesia -dicen que los Jesuitas-
insistían en un entendimiento con el presidente que les reportara el dinero
que necesitan para sus escuelas y un acuerdo de convivencia que les
permitiera continuar sin los sobresaltos de los últimos años. En la CTV
habían acordado en principio, pero sin conocer los detalles, siendo en esto
los más ingenuos de todos.

Pacto cupular

Con lo que no contaban los mala-mañosos escondidos en las filas de la
oposición es con esa misma indignación nacional creciente conque se ha
topado el presidente, y que lo condena a salir en desgracia. El pueblo
llano, la clase media, el empresario pequeño y mediano, los trabajadores y
la mayoría de la Iglesia -las fuerzas reales del país actual- terminaron
abortando la conspiración y encarrilando de nuevo el tren de la renuncia
presidencial, indispensable requerimiento para la salida de la crisis.

Partidos y sociedad civil habían acusado a Fedecámaras de haber urdido un
«pacto cupular» con Chávez, y terminaron de imponer el Acuerdo de
Transición sin CXhávez, que era clamor popular dentro de la gigantesca
oposición. Para ésta, el acuerdo logrado es un punto de partida
importante, no solamente porque presupone la salida del presidente, sino
también porque obliga a abordar, prioritariamente y con seriedad, el tema
de la pobreza, considerado ahora el problema clave cuya solución es
indispensable para la paz futura.

¿Trabajando pa’ lapa?

El incidente descrito destacó que en esta lucha hay amigos y enemigos, y
que éstos buscaron aprovechar el trabajo de desgaste hecho por unos para
presionar a Chávez para que aceptara sus términos. Como éstos, hay otros
movimientos recientes que nos muestran a factores que buscan la salida de
Chávez, pero para imponer a gente suya. En 1998, el apoyo decidido de
Miguel Henrique Otero y de Gustavo Cisneros a la campaña de Chávez fue
decisivo para su victoria. Sabiendo que Salas Römer no era controlable,
ellos y otros de los «verdaderos factores de poder» se confabularon en la
recta final para llevar a Chávez a la presidencia, una vez que se hubiese
hecho claro que la dócil Irene no tenía vida. Temieron más a Salas que al
radical Chávez, a su falta de preparación e ineptitud, suponiendo que
suplirían sus fallas con gente de confianza, y que la recompensa bien
valdría el esfuerzo.

Llegados, tres años después, a la conclusión de que el presidente amenaza
la supervivencia misma del país, estos y otros individuos se mueven ahora
dentro de la corriente opositora para salir de él y sustituirlo por otro de
su escogencia. Esto debe preocuparnos, pues nada hay en el pasado de
Cisneros y de Otero como para hacernos sentir cómodos dejando en sus manos
nuestro futuro y la escogencia de nuestros dirigentes. De hecho, parte
integral del pecado original que permitió que Venezuela llegara a la
situación en la cual se encuentra actualmente fue, precisamente, el delegar
en manos de gente así el manejo de nuestros asuntos públicos, como
titiriteros, sin ejercer sobre ellos supervisión ni exigir cuentas.

Ahora, para las fuerzas reales de la OPOSICIÓN, aquellos a quienes les
interesa el PAÍS, llega el momento de la verdad, aquel en que por un lado
han de presionar la salida rápida del régimen pero, por otro, evitar que
pesquen estas fuerzas reales del PODER, los de siempre, en la vorágine que
viene. Para evitarlo, la oposición tendrá que seguir ejerciendo el tipo de
presión que logró abortar el Acuerdo de Gobernabilidad, y dando respaldo
resoluto a esfuerzos como el que se hace en la Asamblea de Ciudadanos para
elaborar el mapa del futuro que ha de mostrarnos la salida auténtica del
laberinto.

ASAMBLEA DE CIUDADANOS

Extrañó a todos los que han seguido durante tres años los pasos de una
oposición aguerrida pero dispersa, el hecho de que Fedecámaras, la CTV y la
Iglesia hayan ignorado a la Asamblea de Ciudadanos y su trabajo serio para
elaborar un programa de transición y de gobernabilidad pos-chavista. Una
vez abortado el intento de pactar con chávez, se requiere ahora la
capacidad de convocatoria de las tres principales instituciones de la
oposición, pero también la seriedad de esta Asamblea de Ciudadanos, que se
viene reuniendo desde fines del 2001. Compuesta por personalidades que
consideran que la emergencia actual no es nueva pero «estalla ante nuestros
ojos con particular virulencia, colocando al país al borde de una seria
fractura. En menos de tres años, el cambio que quisimos darnos los
venezolanos en 1998 ha fracasado estrepitosamente, profundizando todos los
errores y vicios que lo propiciaron», señalan.

Para esta Asamblea, el «Proceso» actual tiene siete características claras:
1. Un Caudillismo que sustituyó las cúpulas de AD y de Copei «por un
asfixiante personalismo megalómano». 2. Militarismo, donde el proceso
actual desanda el camino tomado desde 1958, «colocando de nuevo a los
militares en el ejercicio directo del poder político y el control
hegemónico de la administración pública». 3. Estatismo, donde una población
«que durante años anheló rescatar espacios de la iniciativa privada frente
a la presencia avasalladora del Estado, hoy está arrinconada por su
profundizada hipertrofia». 4. Centralismo, donde los «revolucionarios» han
derogado el proceso descentralizador, descalificando y debilitando
sistemáticamente a gobernadores y alcaldes, electos tan democráticamente
como ellos». 5. Incapacidad e ineficiencia administrativa, siendo «el peor
gobierno que hemos tenido para diseñar y ejecutar políticas». 6. Populismo
exacerbado, marcado por «un Presidente que besa niños y acumula papelitos
pedigüeños, mientras los programas sociales sufren una reducción
presupuestaria neta y se mantienen sin solución graves problemas como los
de Vargas «. 7. Corrupción descarada, «en beneficio de los nuevos
oligarcas, y donde los espacios institucionales para exigir cuentas
-Contraloría, Fiscalía, Tribunal Supremo- han sido copados por personas
afectas al actual régimen».

El sentido del trabajo de la Asamblea reside en su convencimiento de que
hasta ahora habíamos resistido aisladamente los embates de este régimen,
pero que ahora necesitamos una acción colectiva capaz de aglutinar mentes,
cuerpos y acciones para salir de chávez y para forjar el futuro deseado, y
están en la etapa final de la elaboración de ese programa de acción. Ayer
tuvieron otra reunión de trabajo, a la cual habían cursado invitación
abierta a todos los interesados, y donde se avanzó de manera importante en
esa dirección.

EN LA MIRA:

OJOS QUE VEN: Mañana lunes, a las nueve de la noche por NC Televisión de
Carabobo, abordaremos el presente y futuro del país. No dejes de verlo, se
repetirá el martes a la una de la tarde. Piloto venezolano revela venta de
armas a las FARC

PERTRECHOS PARA LA FARC: El piloto venezolano detenido en Colombia con un
cargamento de proyectiles para las FARC, hizo siete entregas de material
militar a la guerrilla antes de ser interceptado por un avión de la Fuerza
Aérea Colombiana. El piloto declaró que algunos de los pertrechos
militares (incluyendo uniformes) para las FARC fueron negociados por un
ciudadano venezolano con miembros de nuestra Guardia Nacional.

Datos e información: [email protected] , 0412 3460601

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