Amigos

Una de las palabras de las que se abusa en nuestro idioma es la de amigo. Sobre todo en nuestro país, donde apenas conocemos a alguien, ya lo llamamos amigo.

Los venezolanos, especialmente quienes vivimos en lugares diferentes a la cordillera, somos muy amigueros. Nosotros pensamos que la palabra y el calificativo de amigo deben reservarse para las situaciones que lo ameritan y no las aparentes.

Un amigo es alguien por quien sentimos afecto y no tenemos intereses materiales que lo empañen. Por ello, pensamos que los mejores amigos y los más puros son aquellos que cultivamos durante nuestros años de aprendizaje. El colegio, el liceo y aún la universidad son campos en los cuales germinan amistades verdaderas y duraderas.

La amistad entre personas de sexo diferente no es fácil. Las sentimientos de atracción florecen con facilidad.

Se tiene la tentación de proclamar amistad a relaciones que surgen del campo de los negocios y del desempeño de las profesiones. No vamos a descalificarlas a todas, pero pensamos que la gran mayoría se mediatizan por los intereses, económicos o profesionales, que significan escollos en el camino de la amistad.

Los deportes, a pesar de la competencia que generalmente encierran, también son campo propicio para el nacimiento de amistades verdaderas, estas son más probables cuando se trata de deportes en equipo. Los centros sociales también son lugares donde germinan amistades cuando los componentes de la pareja de amigos tienen actividades deportivas o lúdicas comunes.

Cuando se trata de estas últimas es necesario cuidar que el monto de dinero involucrado en ellas sea de poca importancia pues el exceso de apuestas generalmente conduce a situaciones indeseables.

Los verdaderos amigos lo son, tomando en cuenta los atributos y los defectos. Maximizamos los primeros y desdeñamos los segundos, sin olvidarnos de que ellos existen.

Las ocasiones difíciles son las oportunidades cuando la amistad adquiere primordial importancia.

No son reales los amigos de las fiestas. Para ellas, los mal llamados amigos, sobran. Los tragos amargos que nos proporciona el riesgo de vivir son las oportunidades donde las expresiones y acciones del amigo son importantes.

Dios bendiga a todos mis amigos.