Opinión Nacional

Ante-tendencia totalitaria: una política

I

Para que el enorme descontento se pueda traducir en una movilización nacional que derrote las tendencias totalitarias es indispensable elaborar una política y que la dirigencia que encarna las luchas cobre clara conciencia de lo que está sucediendo, aprecie con sentido crítico lo actuado en los últimos años. N o se superará el desánimo, el pesimismo, la desconfianza, la pasividad si quienes tienen la obligación de elaborar, con el concurso popular, una política, no lo hacen. Una política se mide por sus resultados. Hasta ahora no son los mejores. Hemos pasado por el firmazo, el reafirmazo, el referendo revocatorio, el 11 de abril del 2002, la Plaza Altamira, el paro nacional y como parte de él, en forma determinante, el paro petrolero; hemos presenciado el crecimiento de la abstención hasta llegar a un 85% en diciembre del 2005.

Venezuela ha sido el asombro del mundo con movilizaciones de masas sin precedentes. Ha habido una Mesa de Negociación. En fin, es impresionante la movilidad política, el coraje derrochado a lo largo de estos últimos cinco años. El cambio de gobierno a través de las elecciones de 1998 se ha venido transformando en CAMBIO DE REGIMEN. Están modificando nuestra cultura, están pisoteando nuestras tradiciones. La Constitución de 1999 es violada diariamente y se amenaza con reformarla dentro de una idea donde todo se haga “legalmente”. Ya Martin Luther King, entre otros, señalaba que este era el “procedimiento” hitleriano.

Hay que tener la humildad, y la responsabilidad necesaria frente a la sociedad venezolana, la cual se encuentra en juego en estos momentos, para observar los resultados y establecer dónde estamos parados. Tener la valentía necesaria para examinar si no es necesario recorrer un camino diferente que guarde armonía con la realidad nacional

II

Acaba de salir un interesante trabajo del economista José Guerra, titulado “¿Qué es el socialismo del Siglo XXI? en el cual se avanza en el análisis de este “arroz con mango” del cual son portadores el autócrata y sus seguidores. Allí leemos:
“En Bolívar, en Rodríguez, en Zamora hay elementos de proyecto de una nación posible”, eso lo dice el autócrata. (ob cit p. 25).

La cita del autócrata es la mejor demostración de la alevosía, del cinismo con que actúa quien, mediante una de los mayores engaños y estafas contra nuestro pueblo y nuestro país, ejerce la primera magistratura. Así en minúscula.

Estas figuras libertadoras quedaron para la escenografía. Lo que está en marcha es una “revolución” marxista-leninista-fidelista, que toma los modelos por dónde vaya pasando el autócrata: Cuba, Irán, Belarus, Rusia, y pare usted de contar. Me da una gran pena con mi amigo Giordani que desaparece como planificador para ceder su puesto a cuánto “nuevo ideólogo” visita a nuestro país como son los casos más notados de Dietrich, Ramonet, Marta Haecneker, entre otros.

“De los tres sectores de la economía con presencia del Estado –comenta Guerra-, las empresas de producción social (EPS) y el binomio cooperativa-núcleos de desarrollo endógeno constituyen el embrión para intentar la formación de un sistema de propiedad colectiva de los medios de producción, tal como sugiere Dietrich”. (p.78, ob. Cit.)

Se está imponiendo, por un lado un desarrollo endógeno, autárquico, con un sector para el “trueque” porque de esa manera se “mina al capitalismo por la base”. Esto se realiza en plena era globalizadota y cuando están en marcha diversos procesos de integración. Por el otro, podemos calificar este tipo de desarrollo como un capitalismo de Estado salvaje representado en PDVSA, CVG, la banca oficial, los medios de comunicación por centenares (audiovisuales, eléctricos en general, impresos), etc. Un “desarrollo” donde aumenta la pobreza y la corrupción ante la falta de planificación, de rendición de cuentas y de control fiscal.

¿Qué tiene que ver todo esto con Bolívar, Rodríguez y Zamora? Se estarán revolviendo en sus tumbas. Es la desnacionalización con la presencia de más de 50 mil cubanos, con su manifiesta dependencia a Fidel y ahora a personajes como el Presidente de Irán donde quiere imitar a esa teocracia, de Belarus donde se sintió en su ambiente ante un personaje que cometió un fraude y quiere perpetuarse indefinidamente en el poder.

Es una maquinaria en marcha hacia un totalitarismo, con culto a la personalidad y con ahogo de la libertad, de los procedimientos democráticos. Se quiere avanzar hacia el dominio de la educación, hacia un pensamiento único lo cual amerita una movilización especial para impedirlo. Sería uno de los peores daños que se le podría inferir a los venezolanos y venezolanas. No pueden venir con ese cuento chino del “hombre nuevo”. Ya esto está colocado en otras dimensiones del conocimiento, en el atraso probado que significaría, como sucede ya en algunas Escuelas y en los Instituto Militares, lugares donde paladinamente se jura lealtad “al líder” y no a una institucionalidad. El “ordene, mi comandante” es una de las máximas expresiones de la pérdida de la separación de poderes y del funcionamiento democrático. Y “el patria o muerte, venceremos” una vulgar parodia extranjera.

Merece risa esta jalada que supera los mecates de Zapata: “En esta gran escenografía histórica, Hugo Chávez no sólo trasciende el alcance geopolítico de la praxis de la liberación de Simón Bolívar, América Latina y el Caribe, sino que actúa objetivamente a semejanza de Napoleón Bonaparte. (Dietrich, citado por Guerra p. 64) “La larga noche de la teoría revolucionaria antiburguesa duró tres lustros hasta que el revolucionario Hugo Chávez la rehabilitó (…) y le devolvió su status emancipador, no sólo en defensa de la humanidad…” Por ello, tiene todo el sentido la siguiente expresión: la revolución mundial pasa por Hugo Chávez” (Dietrich 2005, ob cit. p. 64-65) y por su chequera. Por eso el autócrata se cree el “salvador del mundo”
¡Adiós Bolívar, Rodríguez y Zamora!

III

Frente a esta realidad no valen desahogos personales y subalternas discusiones estériles en las cuales incluso predomina, como lo demostró Quirós Corradi, que de cada cinco declaraciones de opositores CUATRO ESTÁN DEDICADAS A DESCALIFICAR A OTROS adversarios del régimen. Por eso insisto que nadie tiene el monopolio de la lucha contra la autocracia. Que existen diversas maneras de combatirla. Que debemos respetarnos. Que utilizar la palabra traición, vendido, no resuelve los problemas.

En un plan de esta naturaleza me inscribo para continuar la lucha más allá del 3D. Pero este actuar tiene que tomar en consideración la elección presidencial, la conquista de un candidato de máximo consenso y una propuesta de reconstrucción del país y de un verdadero combate contra la pobreza como una de las metas principales del millenium. Una propuesta de reconciliación nacional que ponga fin a los odios entre los venezolanos y venezolanas, a las listas Tascon y Maisanta, que entierre los miedos. Una propuesta de funcionamiento democrático de la sociedad venezolana que permita el pluralismo ideológico y político. Una propuesta que encarne los sentimientos reales de las grandes mayorías que vaya más allá del antichavismo y del chavismo. Una propuesta, en fin, que debe ser elaborada colectivamente y que debe tener presente al país, a sus habitantes. Una propuesta que no tiene fecha, que desecha el inmediatismo, sin dejar de tomar en cuenta el hoy. Una propuesta con miras a continuar la lucha por rescatar el arma del voto que la tenemos enterrada, que en parte nosotros mismos hemos contribuido a ello. Es rescatar al voto, votando y no renunciando a él: es ejemplificar la lucha por elecciones libres, contra las prácticas fraudulentas en la propia concurrencia electoral. Y persistir en esa dirección una y otra vez. La lucha por elecciones libres va a cumplir un período.

Nos decía Gabriel Puerta: los amigos de COPEI denuncian que en una casa se “albergan” más de dos millones de personas. ¿Por qué no se hace una manifestación hacia esa casa y se desbarata ese nido? Decía Vicente Díaz, el valiente Rector, en una reunión de “La Colina” que “nos paseásemos por el siguiente panorama: está el poder ejecutivo, el legislativo, el judicial, el poder ciudadano y el poder electoral. Bien, en todos ellos hay UNA SOLA PERSONA, esa soy yo. Cuando discutía sobre condiciones electorales no tenía al frente del CNE ni un solo oponente con un cartelito exigiéndolas”.

Otro gallo cantaría si detrás de mi se movilizaran decenas de millares de personas”. Y agrego yo: eso es una manera efectiva de luchar por elecciones libres frente a una autocracia. Tenemos las siguientes salidas: 1) que se produzca un golpe militar; 2) que se produzca una implosión en el régimen; 3) que se repita la abstención del 4D y se vuelva a sorprender al adversario por segunda vez; 4) que avancemos en la estructuración de un movimiento nacional frente al totalitarismo en los términos como lo ha dicho Teodoro. Que no abandonemos ningún escenario y sepamos valorar lo que son algunas posiciones, como lo ha demostrado Manuel Rosales en el Zulia. Yo me inclino por la última. Y la discusión está abierta.

PUNTICO (Para el recuadro)

Para mí todos los libros de Octavio Paz son fascinantes. Hay uno, TIEMPO NUBLADO (1983) donde se deslinda de Estados Unidos y de la URSS (lo había afectado mucho lo de Hungría y Checoslovaquia). Citemos este pasaje:
“En nuestros países coexisten el burro y el avión, los analfabetos y los poetas de vanguardia, las chozas y las fábricas de acero. Todas esas contradicciones culminan en una: nuestras constituciones son democráticas pero la realidad real y ubicua es la dictadura. Nuestra realidad política resume la contradictoria modernidad latinoamericana” (p. 119).

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