Arrinconar a la nación
El proceso que se está sucediendo en Venezuela apunta a cercenarle a sus habitantes todos sus derechos.
También tiene como objetivo primario el que todos y cada uno de los habitantes sea sujeto de algún delito. Para esto se han consagrado como tales a actividades que eran licitas durante toda la historia patria.
Otra vertiente apunta a hacerles imposible a quienes así se determine la consecución de documentos y permisos para que tengan limitado el libre tránsito tanto dentro del país como para que se dirijan al exterior.
Ahora estamos a la víspera de que se le impida a RCTV la continuidad de las labores que viene desempeñando desde hace más de medio siglo.
Este exabrupto, que tiene fecha fijada el 27 de mayo, no tiene ningún sustento legal y por el contrario y de acuerdo a lo que hemos leído y escuchado, sólo se apoya en el deseo de retaliación del dictador hacia un ciudadano que no ha cometido otro delito que defender a la democracia y a la libertad de expresión.
RCTV es la empresa de comunicaciones televisiva fundada por los pioneros de la radiodifusión venezolana. Herederos de ese americano emprendedor que se vino a Venezuela y enriqueció muchos capítulos del acontecer nacional. La radio, la grabación de sonidos e imágenes, la industria y el comercio, las ciencias naturales, la urbanización de Caracas y la conformación de una familia trabajadora y emprendedora fueron las metas y la razón de ser de William H. Phelps quién sembró las semillas que han dado frutos maravillosos en nuestra sociedad.
RCTV ha sido una empresa de actividades de la comunicación que tiene la aceptación de la inmensa mayoría de su público que encuentra información y esparcimiento en toda su programación. Desde sus pioneros: Francisco Amado Pernía, Victor Saume, Amador Bendayán, Félix Cardona Moreno, América Alonso, Juana Sujo, Magdalena Sánchez, Juan Vicente Torrealba y tantos otros que se nos escapan y cuya relación haría esta nota infinita, hasta las recientes figuras que llevan a los hogares venezolanos las telenovelas que mantienen la distracción de cada noche en los más recónditos rincones de la geografía nacional, son personas que no tienen otra actividad que la de contribuir al esparcimiento de los venezolanos.
No tenemos información precisa que nos permita reportar el número de personas que perderían sus puestos de trabajo si se consumara esta arbitrariedad.
Mas nos parece oportuno señalar que amén de que la proyectada medida contra RCTV cuenta con el rechazo de siete de cada diez venezolanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos ha dictado medidas protectoras para la empresa y para periodistas que trabajan en ella y esas medidas han sido ignoradas por el régimen.
Con esto queremos dejar constancia de que no sólo se han atropellado los derechos de una empresa y de muchos ciudadanos, sino que el gobierno venezolano se coloca al margen de la ley y viola la Constitución al desconocer y enfrentar a las resoluciones del organismo especializado de la OEA.
No es secreto para nadie que el atropello de las leyes debería ser inaceptable y de acuerdo a la Constitución existen diferentes instancias que deberían exigir el cumplimiento de los extremos legales. Lamentablemente estas instancias están absolutamente entregadas a los designios del dueño de Miraflores.
