Opinión Nacional

Bienvenu, Monsieur Chávez

Al cumplirse un mes de lo que se ha llamado “la pantalonade”, chapetones y gachupines siguen divididos, a pesar de la ejemplar conducta de la sociedad civil venezolana. Las rectificaciones que se exigen al presidente Chávez son tan profundas que no parecen muy factibles. Muchos opinan entonces que la solución a la grave crisis empieza por la renuncia del presidente o por un referéndum revocatorio.

Pero es infantil creer que la solución a la crisis depende de la salida o de la entrada de un hombre o de una mujer al palacio de Miraflores. La crisis de hoy es consecuencia de varias décadas de desidia, de no educar y no capacitar al ciudadano: vivir en democracia es mucho más que querer y poder elegir. El ciudadano debe estar muy bien preparado para ejercer con eficacia su rol de actor cívico, político y económico.

Hoy en día las circunstancias hacen despertar esta toma de conciencia, algo que se debe agradecer al presidente Chávez. Pero la capacitación no se improvisa. Prueba de ello son las opiniones, los escritos, las charlas, las declaraciones y las interpelaciones, todos muy brillantes, que no se materializan en soluciones concretas. Este fenómeno, por supuesto, no es exclusivo de Venezuela.

Ahora bien, de vez en cuando se presentan ciertos acontecimientos fortuitos que pueden hacer cambiar la historia. Por ejemplo, hace apenas dos semanas el seños Chirac fue re-electo a la presidencia de Francia. El presidente Chávez lo menciona siempre como su gran amigo. Muy bien. Esta es entonces la oportunidad histórica que se le presenta a Venezuela y al presidente Chávez para pedir un “time-out”, un sabático.

Renunciar a la presidencia no significa que el presidente Chávez debe renunciar a sus derechos políticos. Además, no hay nada de deshonroso en semejante acto. Al contrario. El primer ministro Jospin renunció hace poco a su cargo, y a toda actividad política, por mucho menos y se ganó el respeto y el cariño del pueblo francés.

En las actuales circunstancias, la renuncia del presidente Chávez sería una prueba de cordura y patriotismo. Además, el presidente Chávez goza de buena salud y tiene la edad para aspirar a un “come-back”. Y estoy seguro que su esposa e hijos se lo agradecerían.

En Francia, en toda Europa, están sucediendo cosas que enriquecerán el bagaje político del presidente Chávez. Como militar y bolivariano, el señor Chávez podrá también analizar la evolución de la Unión Europea, permitiéndole quizás dar los primeros pasos hacia el gran sueño de Bolívar: la Unión Latinoamericana. Vaya oportunidades para un revolucionario!

Como bolivariano, el presidente Chávez sabe también de antecedentes similares. El Libertador pasó buenas temporadas en Europa. Años luego, el Libertador, acusado por Piar, Ribas y Bermúdez de ser culpable de los reveses de la libertad, se ausentó de Venezuela para ir a Haití donde fue muy bien recibido por el presidente Pétion. El 31 de marzo de 1816, el Libertador regresa a Venezuela y lo demás es historia.

Claro está que la renuncia del presidente Chávez y su estadía en Europa no resolverán de inmediato los graves problemas que aquejan a Venezuela. Pero sería un gran alivio. Luego, una amplia y representativa Junta de Gobierno transitoria sería el primer paso hacia una ardua reconstrucción nacional.

Señor presidente: no tengo la menor duda que en Europa usted será recibido y tratado con todo el respeto y la consideración que se merece. Como venezolano-francés me ofrezco como cicerón y traductor.

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