Bolívar Contra la Reelección
El 4 de Junio de 1826, en carta al presidente del Senado de la República de Colombia de entonces, Bolívar se excusa de no asumir la primera magistratura que el órgano legislativo le ratifica en aclamación absoluta. Allí está escrito claramente su testimonio antireeleccionista, y tambien en el Discurso de Angostura de manera expresa.En la Carta de Jamaica hace referencia al punto cuando señala la tiranía de Iturbide en México.Anteriormente, tanto él como Simón Rodríguez, se separaron de la afinidad napoleónica cuando el corso se coronó emperador, en una respuesta que emuló Beethoven, contemporáneo a ellos, cuando tachó el nombre de Napoleón en la dedicatoria de su Sinfonía Heroica. Eso fue lo que admiró Goethe en Bolívar, una claridad republicana de una verticalidad incontrovertible, cuando señaló: “Bolívar es el hombre cabal, no carece de contradicciones….y si muere sin ceñirse una corona en su cabeza, será al varón más ilustre que haya dado este siglo”. Por ello lo ataca Carlos Marx, porque rechazó el poder absoluto que pretendían eternizar en sus manos para utilizarlo aún después de muerto. Los ideólogos del marxismo leninismo rojo rojito siempre lo supieron.Hasta que prepararon su caballo de Troya en la misma fuerza armada cuando falló la educación militar en los principios de Bolívar, disfrazando de rojo la estatua del Padre de la Patria. Podrán disfrazar la estatua pero no al hombre.Podrán usar al ícono pero no pueden usar su pluma.Es tarde para el plagio manipulado.Bolívar es mucho mas grande que Marx, que Lenín, que todos ellos juntos. Fue periodista y sociólogo antes que ellos.Estuvo en eso de la comunicación social mucho antes que Saint Simon.
Bolívar es la antítesis de la guerra de clases. Esa batalla fraticida nunca se la planteó. Bolívar creía en la unión de las clases. Y eso fue el factor determinante en la libertad de todas las américas, desde el norte hasta el sur. Cuando habla de la unión, se refiere a la unión de los intereses republicanos, a la unión de las clases. Que cesaran los partidos de clase, los de los mantuanos por un lado y los de los pardos por otro. Y esa es la unión que no soporta el rojo, porque Bolívar fue patricio toda su vida.Pero un patricio ilustrado, que entregó todo su patrimonio para darnos identidad. Una identidad que no podemos ver reducida a una caricatura canalla. Bolívar habla por él sin intérpretes.
Difundamos a Bolívar tal como es y su palabra orientará de nuevo al pueblo porque escribió en futuro para que la posteridad no distorsionase su testimonio. Difundamos a Bolívar, porque hoy como ayer, Bolívar sigue siendo nuestro auténtico y genuino Libertador, muy por encima de la mediocridad que siempre ha querido destruirlo en el corazón del pueblo con su falso halago y su perversa manipulación para torcer a favor de sus intereses su elevada imagen popular, que la ganó por el respeto que siempre tuvo a la dignidad del Pueblo, que siempre ponderó por encima de su ego e intereses personales. Y no dudó ni un instante en ejercer la docencia política a ese Pueblo que lo aclamaba, para enseñarle los valores de su autoestima constitucional republicana. Si Bolívar viviera, no quitaría ni una coma de las palabras que pronunció, en particular, en defensa de una república y no de un reino. Bolívar creó en el país la dignidad ciudadana con lo cual implantó de libertad y orgullo republicano al Pueblo de Venezuela , que con toda razón le reverencia y agradece eternamente esa lucha por su dignidad. Que no ha cesado ni cesará en tanto existan tiranuelos con la ambición de vestirse de Bolívar sin respetar la integridad de sus ideas, de sus luces, que seguirán iluminando el sendero seguro y creíble para la prosperidad de Venezuela, y no sólo de las naciones que liberó con su espada sino dándoles el espíritu de libertad que permanece por sobre la eventualidad de la guerra que le tocó afrontar y que es su principal patrimonio ante cualquier evento interno o externo que desee exterminarlo del corazón del pueblo, que seguirá siendo, hoy y siempre, bolivariano y no marxista.
