Bolívar y la legalidad
Los tratadistas del pensamiento bolivariano siempre expresaron inquietud en cuanto a que el Libertador aún no ha sido estudiado en toda su integridad. Entre el desconocimiento y la deificación del pensador caraqueño, muchas veces se ha obviado el aporte cardinal de su filosofía política a las instituciones democráticas, como el respeto al principio de la legalidad.
Desde el punto de vista constitucional, nos referimos esencialmente al concepto denominado “Estado de Derecho.” Para dar una simple definición podríamos decir que el Estado de Derecho es aquel que determina que el Estado, en todas sus manifestaciones, debe remitirse al cumplimiento global de las leyes, es decir, al ordenamiento contenido en la tesis kelseniana.
En efecto, entre muchos de los documentos emanados de Bolívar, podríamos citar las Constituciones de Angostura y Cúcuta. Ahí, el Libertador se despoja del poder para erigirse en constructor de normas jurídicas conforme a las cuales debían regirse los ciudadanos. Y ello sin mencionar los innumerables actos de gobierno y demás instrumentos por medio de los cuales él demostró su inequívoco sometimiento al Derecho. El fundador de repúblicas fue un precursor del Estado de Derecho en su acepción moderna.
Pese a no existir entonces noción alguna sobre el Estado de Derecho –cuya expresión es de origen francés-, él, con su pensar filosófico-jurídico y su consecuente actuación, dio a Venezuela, a las repúblicas americanas y a la humanidad misma, una clara definición del principio de la legalidad, como elemento primordial del orden social de una nación. La seguridad jurídica es una consecuencia lógica e inherente de la existencia y acatamiento del Estado de Derecho.
