Cambiazo, el militar-pirata chileno del siglo XIX

Recientemente no hemos incorporado al trabajo histórico: Cambiazo el último pirata del Estrecho, cuyo autor es el investigador de la historia austral de Chile, Armando Braun Menéndez, publicado por primera vez en el año 1971. A través de tal relato, nos hemos informado de uno de los aconteceres desconocidos e ignominiosos, protagonizados por el teniente de artillería del estamento naval, Miguel José Cambiazo en el año de 1851, cuando incipiente empezaba a configurarse la actual ciudad de Punta Arenas.

Tal relación nos permite adentrarnos en los orígenes de las fuerzas armadas chilenas, específicamente en este caso la marina de guerra y así comprender sucesos brillantes y luctuosos de la actividad castrense de las décadas posteriores entre uno y otro siglo. Como si fuera un relato novelesco, surgen en esta visión histórica, dos figuras: Entre los protagonistas, se encuentra el capitán de fragata, Benjamín Muñoz Gamero, uno de los primeros oficiales de la armada nacional chilena, que iniciaron su formación en la Academia Militar y quien después de acumular una brillante hoja de servicios, cuando recién se empinaba sobre los 30 años de edad, fue designado para asumir el cargo de gobernador de un centro más militar que civil de una población que estaba naciendo. El antagonista es Miguel José Cambiazo, individuo astuto, que desde la plaza de soldado se fue encumbrando en el tiempo hasta alcanzar los grados de sargento, alférez y teniente..Lamentablemente, su conducta en el orden humano no fue la más loable. Casado tempranamente en Ancud, sometió a torturas físicas a la cónyuge y en repetidas ocasiones trató incluso de eliminarla físicamente. Tales escándalos de la vida privada le significaron la separación de la rama militar. Sin embargo, al poco tiempo es llamado por la autoridad castrense y es designado como oficial de una compañía de artillería, creada en Punta Arenas, a la cual se destinaban los elementos más perturbadores e indisciplinados de la fuerza armada, por cuanto la labor va a ser desarrollada en un lugar inhóspito para la época y la misión fundamental estará dirigida en resguardar a un conjunto de confinados de alta peligrosidad de la capital y centro –sur del país de la república, que son relegados a ese lugar , a modo de escarmiento y penalización.

A poco andar, situados estos dos personajes de carne y hueso en sus respectivas destinaciones , los sucesos van demarcando nítidamente el accionar del uno y del otro. Mientras Muñoz Gamero asume las funciones, apegado a las instrucciones de los mandos superiores, en orden de mantener una relativa paz con los presidiarios del internado penal y acometer obras de desarrollo para un punto de colonización, Cambiazo dirigirá todos sus esfuerzos en promover la insubordinación contra el orden constituido. Y sobre la base del análisis que realiza en torno a la circunstancia que le favorece, empieza a complotar, inicia una sublevación en connivencia con mandos medios de escaso nivel moral, proyectando: “dos naturalezas: la una visible, que nos lo mostraba como oficial atildado, conocedor de su oficio, excelente oficinista; la otra la llevaba oculta. Esta segunda naturaleza era de una auténtica falsedad, propicia a una maldad diabólica”.

El complot de Cambiazo resulta exitoso y con el apoyo de un conjunto de insurrectos se alza en armas y le quita el mando a Muñoz Gamero, quien mostrando siempre una disposición de conciliación, tal vez con cierta debilidad sucumbe ante la barbarie, a la cual la impulsa el afán de dominar la plaza austral a como dé lugar, justificando tan malévola acción al sustentarse Cambiazo en posiciones partidarias, por cuanto esgrime como bandera de lucha , el apoyo que le brinda al general José María De la Cruz, quien se ha rebelado a nivel nacional, oponiéndose a los oligarcas de la capital chilena, que sustentan la candidatura presidencial de Manuel Montt, lo cual se dirime en la batalla de Loncomilla, el 8 de diciembre de 1851, cuando se imponen las fuerzas montistas sobre las del general nacido en Concepción. Instalado Cambiazo en el poder como un dictador que se respete y cuyo accionar se observará en ciertas instancias desgraciadas de la historia de Chile posterior, lo primero que pone en práctica es el decreto, figura jurídica a la que son tan adictos los sátrapas, cuando han interrumpido el hilo constitucional republicano para prácticamente autodesignarse Gobernador de la región de Magallanes, con el grado máximo del Ejército ,esto es, General de División, en tanto que al colaborador más cercano, Nicanor García lo asciende a general de Brigada Luego de reestructurar las fuerzas bajo el nuevo mando decide diseñar un nueva bandera con las siguientes características: ”Roja con una calavera con un par de canillas entrecruzadas y una inscripción que decía conmigo no hay cuartel”. Promulga en seguida un nuevo código militar, para regir a la población uniformada y civil bajo su égida siniestra Entre algunas de las disposiciones impuestas figura aquélla dirigida a los cobardes, término con el cual según sus particulares apreciaciones va a calificar a los opositores, decimos nosotros, a los cuales había que infligirle la siguiente pena: “Muerto a bayoneta sacándole al mismo tiempo los ojos; o aquel de arrancarle la lengua o quemarle los ojos con un fierro candente hasta carbonizarlos”. Iguamente se indicaba: “ descuartizarlo vivo, a secas o con la variante de hacerlo presa por presa principiando por los dedos de las manos, prefiriendo la derecha; o este otro: tenacear con un fierro hecho ascuas: quemarlo vivo”.

El distinguido oficial de la Armada, capitán de fragata, Benjamín Muñoz Gamero, Gobernador titular de Magallanes fue hecho prisionero y condenado a muerte por el “halcón” , José Miguel Cambiazo., describiéndose así los últimos momentos de su existencia: “Al abrir la puerta se oyeron desde afuera los sones de las cornetas que tocaban una marcha fúnebre. Se oía también el acompasado redoblar de los tambores”. Muñoz Gamero solicita hablar privadamente con Cambiazo, pero este deniega la petición e insiste en su ejecución:”El capitán Aguilera no esperó más y ordenó la descarga. Al gobernador le tiraron por la espalda como traidor. Al anochecer, el cadáver de quien fuera el capitán de fragata y gobernador de Magallanes don Benjamín Muñoz Gamero fue conducido en un carretón hacia un lugar cercano donde ardía una tremenda hoguera…Allí ,alzándolo entre dos personas, uno de las piernas y otro de la cabeza, lo balancearon varias veces para tomar impulso y lo arrojaron al fuego. Una abigarrada asistencia, con Cambiazo a la cabeza, celebró el acontecimiento cantando el himno nacional y entonando canciones populares. Se bebió en abundancia, se dispararon tiros de fusil y hasta de cañón, en tanto esperaban que los tres terneros que se habían puesto al asador, aprovechándose las brasas, estuvieran a punto”.

De este fugaz motín comandado por Cambiazo, ningún nivel del poder central civil y militar de la nación se entera por lo aislado de la región y carencia de comunicaciones plenas. De esta forma, Cambiazo logra afirmar la permanencia en el cargo , apresando dos embarcaciones que llegan a la zona, a cuya tripulación el sanguinario dictadorzuelo regional engaña, a través de una serie de artificios, lo cual le permite apoderarse de dos naves. Primero, el bergantín goleta norteamericano “Florida” y posteriormente la barca-goleta inglesa Elisa Cornish. De esta suerte, Cambiazo, convertido en un consumado pirata, acumula riquezas y elimina a sus víctimas con las penas máximas incorporadas en su Código Militar, tan sui generis. Como calcula que el tiempo se le va agotando, en los inicios de 1852, decide escapar en los dos barcos pirateados. Embarca a la plana mayor junto a una tripulación que le merece confianza y a unas cuantas familias magallánicas. Oculta el destino que va a seguir. Da vueltas por el estrecho y en su mente despiadada surge la idea de abandonar a los pasajeros que no les interesa y los va dejando en soledades australes, a merced de su suerte. Al final, decide enrumbarse por el Atlántico hacia Europa, donde piensa que puede vivir el resto de su existencia con el confort que le puede otorgar el botín logrado en el asalto a las goletas. Sin embargo no logra el objetivo, porque parte de la tripulación se rebela, se apoderan del mando de la nave y deciden retornar al centro del país. Mientras tanto, una nave que procede de Inglaterra arriba a Punta Arenas y constata la desolación después de la huida . Dada la alarma a las autoridades navales de Valparaíso, se ordena zarpar a naves de guerra para ir en su búsqueda , pero ya los amotinados han conducido a la Florida a buen puerto, Ancud, con el sanguinario dictadorzuelo apresado y engrillado.

En la parte final de la investigación se describe, en detalle muy detenidamente sobre la base de documentos jurídicos de la época, el proceso a que fue sometido Cambiazo y sus secuaces en Valparaíso., primer puerto comercial y militar del Pacífico sur en aquella época. Algunos fueron condenados a muerte y otros a prisión. En el caso específico de José Miguel Cambiazo, el teniente de artillería que se autoproclamó Gobernador de Magallanes con el grado de General de División fue condenado: “ a la pena de ser pasado por las armas, previa degradación y después descuartizarlo”.Se refiere que el día de aplicarle la sentencia: “se le vio a Cambiazo en su celda recortándose la barba cuidadosamente y pasándose el peine de manera repetida por su cabellera profusa. Fue además, entre los reos, quien con más ánimo y apetito hizo honor a la última comida que se otorgaba de costumbre a los condenados, almorzando y bebiendo opíparamente”. Una vez fusilado, un reo condenado por embriaguez y robos reiterados, aceptó de convertirse en el descuartizador del cadáver de Cambiazo a cambio de la libertad. Se señala, que tan macabra tarea no la culminó en su totalidad, por cuanto el Intendente porteño ordenó detener la horrenda faena: “ante el clamor de un grupo de damas, y el mirar horrorizado de los asistentes”.

Como conclusión, diremos, que este relato histórico no hace más que confirmar la presencia paralela de dos posiciones en el seno de las fuerzas armadas chilenas desde sus propios orígenes, que han estado configuradas por los llamados “halcones” y las “palomas”. Los primeros, son herederos, indudablemente del accionar del teniente de artillería, José Miguel Cambiazo, cuando se autonominó como Gobernador de Magallanes , con el grado de General de División que se otorgó por decreto. Aunque, Pinochet, uno de los grandes representantes de tal accionar represivo en los casi diecisiete años de feroz dictadura en el siglo XX, lo superó, porque llegó a otorgarse el grado de Capitán General . Por su parte, los segundos son los sectores militares que devienen del Capitán de Fragata, Benjamín Muñoz Gamero, más vinculados con la cultura, con el humanismo, más personas plenas , muy contenidos y conscientes del poder militar que ejercen, el cual está para proteger a sus semejantes y conciudadanos y podrían alzar sus armas de combate sólo para defender la soberanía, cuando la nación estuviere en peligro, siguiendo la senda de nuestros libertadores. Por supuesto que en este grupo, no se encuentra el oficial naval que ordenó en fecha reciente disparar a matar a un demente peruano de Tacna, que según el reportaje llevado a cabo por el canal de televisión nacional de Chile, merodeaba por la frontera que separa a estas dos naciones hermanas. Estamos a la espera de una aclaración de tan confuso incidente , protagonizado por factores que se apartan de esta línea y están mas cerca de la violencia, convertidos todavía en el presente en “gatillos alegres”., lo cual no honra a la nación aún en tránsito hacia la democracia total.

A los Cambiazos o “halcones” del siglo XIX, los conocimos con Pinochet en el siglo XX. Lamentablemente se encumbraron en el poder con la DINA, con las caravanas de la muerte, con los lanzamientos de detenidos al mar, con fusilamientos en cuarteles, como ocurrió con mi coterráneo y contemporáneo de Hualqui, Máximo Neira Salas y uno de los hijos menores del ex sargento de la marina de guerra, Lucas Candia, a quienes fusilaron sin proceso alguno en el Fuerte “Barros Borgoño”,situado en el recinto naval del puerto de Talcahuano, los también siniestros infantes de marina en la naciente alborada, un día de octubre de 1973. Ahora, los que han sido procesados y condenados, como Arturo Ramsés Alvarez Sgolia, quien cuando todavía era teniente.-coronel y ejercía el mando militar y civil en Copiapó, durante los primeros meses del año 1975, nos apresó como docentes universitarios y junto con otros detenidos a quienes conocimos en el presidio, pescadores de Caldera, mineros de El Salvador, urdió en su mente enfermiza un ilusorio “Plan Lobo Azul” que quebró nuestras existencias. Luego, este desequilibrado militar llegaría al generalato, y ahí participó como director máximo de un órgano represivo castrense en el asesinato del líder sindical, Tucapel Jiménez. Hoy, descansa -nos imaginamos- después de ser condenado sólo a ocho años de presidio en la cárcel- prisión , tipo resort, que se construyó especialmente a partir de 1990, para estos oscuros individuos criminales , a quienes contrariamente de lo sucedido con Cambiazo no se les degradó y continúan como generales, percibiendo sus salarios en actividad, los únicos de la administración pública, que en la actualidad mantienen ese privilegio en el país nativo.

Esta investigación histórica debiera ser reeditada para conocimiento de las actuales generaciones, a fin de mantener esa memoria histórica para no olvidar y estar atentos a que por nunca jamás los “halcones” vuelvan a apoderarse de las “palomas”, las cuales por su formación, van a estar siempre atenidas a los preceptos y a las normas que rigen a una república, eminentemente libertaria y en afanes siempre de lograr una democracia lo más perfectible posible.

* Escritor chileno, radicado en Venezuela desde enero de 1976.