Candanga llegó a Twitter
Lo anunció el lunes pasado Diosdado Cabello, ministro de Obras Públicas y más cercano escudero del presidente Hugo Chávez. “La oposición venezolana se cree la dueña de las redes sociales. Creen que el Twitter (y el Facebook) es de ellos. Pues nosotros somos 7 millones de militantes (del Partido Socialista Unido de Venezuela), y toditos tendremos Twitter. Todos en el PSUV vamos a tener una cuenta; y el presidente Chávez también. Prepárense”.
Ese mismo día, el superministro activó su perfil (@dcabellor) y anunció que en pocas horas el comandante llegaría al Twitter para “tomar por asalto las redes sociales” con su perfil:@chavezcandanga. Comenzamos mal.
Según el DRAE, “Candanga” es una expresión coloquial que en El Salvador y Honduras significa “Diablo. Príncipe de los ángeles rebelados”; mientras, en Cuba se refiere a “Situación que produce molestia o hastío”. Escojan la definición que más les guste. ¿A quién carajo se le pudo ocurrir esta etiqueta?
El asunto quedó más claro la noche del martes, cuando Chávez anunció por televisión su incursión digital. Dijo que tenía “un equipo trabajando” en el tema, pero quedó claro que el arquitecto de la idea es el propio Cabello; un hombre que en el gobierno revolucionario ha sido vicepresidente ejecutivo, gobernador de Miranda, ministro de Infraestructura, ministro de la Secretaría, presidente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, y que ahora quiere sumar a su largo currículum una linea más: community manager del comandante en jefe.
– ¿Tu no fuiste el que te pusiste a decir eso por alli, Diosdado?
– Bueno, Presidente. Usted sabe que ellos han asumido que Twitter y las redes sociales les pertenecen.
– Ujum.
– (…) Y como habíamos hablado, usted hace poco comentó que cuando usted entrara a la red, eso iba a ser “candanga”. Entonces hubo la sugerencia de crear su página, su espacio allí… bueno, aquí el asunto es quitarle a ellos (la oposición) un espacio que pensaron en algún momento que era propiedad privada, sólo de ellos.
Se agradece la sinceridad del funcionario. Así queda claro desde el principio el objetivo de la estrategia: la idea no es comunicar, entrar en contacto directo con los seguidores, abrir una línea de conversación entre el jefe de Estado y los militantes del partido, debatir los asuntos públicos, posicionarse, opinar… nada de eso. El asunto es “quitarle” a la oposición un espacio, tomarlo. Exprópiese, he dicho. Somos 7 millones y ocuparemos un espacio que la burguesía pensaba que era suyo. Nada. A ellos ni agua. Eso es nuestro también. Tómese por asalto.
Más allá del chiste fácil, hay un asunto de fondo: la hegemonía comunicacional que el gobierno de Chávez desarrolla poco a poco en los medios masivos, televisión y radio, tiene que extenderse. Los medios alternativos se han convertido en una válvula de debate, protesta y comunicación para miles de ciudadanos que no comulgan con la doctrina oficial; y eso no es compatible con el proyecto político. Esa es la idea que movió a la revolución a ordenarle a sus cuadros avanzar sobre las redes sociales; porque en el fondo creen que eso funciona igual que los medios tradicionales. Pero se equivocan, así no funciona este asunto; y el que menos lo entiende es Diosdado Cabello. Este es un estracto de su timeline, este miércoles.
Cabello grita en Twitter consignas vacías, poco inteligentes. Le habla a “los escuálidos” a los “amargados”. Los reta, o cree él que lo hace. No le responde a nadie, no se comunica con nadie; sólo vocifera, con la esperanza de que los opositores lo escuchen, y se les “amargue” la vida. Esa es su misión del día. Porque la burguesía se creía dueña de esto, pero no. Ya llegamos para dejar claro que esto es nuestro también.
Cabello queda retratado en su perfil, deja claro que no tiene idea de cómo funciona esto; y más allá de la fascinación inicial por su llegada, esta manera de usar la herramienta lo hará frívolo, efímero, intrascendente. Esta condenado.
